20. Legado Uzumaki ~

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   Desperté con todo el cuerpo entumecido y un dolor punzante de cabeza. Alguien estaba colocando paños húmedos sobre mi frente y me habían tapado el cuerpo con ropas para abrigarme. Abrí mis ojos y ví a aquella chica que habíamos salvado sentada frente mío y Kiba dormido sobre su hombro.

   "Kiba, qué galán."

   Al parecer ellos me habían cuidado mientras estaba dormida y hasta tenía nuevas vendas en mis manos. Miré hacia afuera. Ya había anochecido.

   Intenté moverme pero mi tobillo dolía muchísimo. Recordé que estaba quebrado.

- Disculpa, no sabía cómo ayudarte con eso - dijo ella apenada señalando mi pierna - No conozco a nadie aquí que pueda curarlo, y me preocupa la herida en tu mano, es muy grande y puede infectarse.

- Oh... No te preocupes, ya me las arreglaré - le sonreí amable - Shanna, ¿Cierto? - asintió con una leve sonrisa - Creo que sí somos un poco parecidas...

- Eso dijo Kiba - rió bajo mientras ambas nos observamos atentamente.

- En fin... Gracias por cuidarme...

- Gracias a ustedes, me salvaron - dijo cabizbaja con tono preocupado - Parece que arriesgaron sus vidas sólo por mi...

- No pasa nada, no te preocupes, en serio. ¿Entre las... Pelirrojas debemos cuidarnos entre nosotras?

   Se nos escapó una risa que despertó a un somnoliento Kiba.

- Mm... ¿Ah? Veo doble... - se refregó los ojos mientras bostezaba - Aún debo estar soñando porque veo a dos lindas chicas que parecen gemelas junto a mí - dijo sonriendo como un tonto.

- Ay, Kiba, ni recién despierto se te quita lo tonto - suspiré divertida.

   Luego de un rato salimos de la cueva y nos encaminamos a buscar al resto de nuestros equipos. Kiba tuvo que llevarme en su espalda porque aún no podía caminar bien e iba a demorarlos mucho.

   Shanna venía con nosotros y a modo de agradecimiento nos entregó un pergamino a cada uno de los que había recolectado de los otros equipos. Kiba lo rechazó puesto que su equipo ya había logrado encontrar uno, en cambio yo sí aproveché en tomarlo.

   De camino nos cruzamos con un chico de anteojos redondos, se llamaba Kabuto, los demás lo habían conocido antes de que empezara el exámen. Me vió cojear con mi tobillo y se ofreció a curarme, acepté agradecida y Shanna le dió el pergamino que le sobraba para que pudiera aprobar con su equipo.

   No había podido arreglarlo del todo pero al menos ya podía caminar, un poco adolorida aún, eso sí. Encontramos a los demás y nos dirigimos todos juntos hacia la torre. Monoma se encontraba mejor pero necesitaba ir a alguna enfermería para ser curado de sus heridas.

   Una vez llegamos allí, ví de lejos a Gaara y me petrifiqué del terror. Cruzó su mirada con la mía y clavó sus ojos fríos en mí de una manera tenebrosa. Me alejé rápidamente de allí, ocultándome tras la espalda de Tetsu.
  
- Por cierto, Kiba... Antes, ¿A qué te referías con lo que te había dicho Akamaru sobre aquel chico de la Arena? - inquirió Shino observando de lejos a Gaara.

- Dijo que era muy peligroso... Porque su sed de sangre lo hacía matar indiscriminadamente y sin piedad a quien se le cruzara.

   Pocos grupos habían ido llegando, el que peor se veía era el mío. A comparación de los demás, sin contar al de Gaara que no tenian ni un rasguño y ni siquiera una sola mancha en sus ropas, nosotros estábamos sucios, con partes rotas en la ropa y Monoma y yo con muchas heridas.

𝓔𝓵 𝓛𝓲𝓵𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓪𝓱𝓸𝓻𝓪 𝓮𝓼 𝓡𝓸𝓳𝓸  (Neji Hyūga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora