3. La lluvia que esperó para volver ~

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<<En un parque oscuro, un pájaro extraño comienza a cantar al amanecer "¿dónde estás?"... >>

~ Si llegas a una aldea nueva, donde todos los equipos de genin ya están pre-formados (porque no había espacio para tí) y no hay lugar en ninguno, te la tienes que aguantar y, o repartirte de grupo en grupo de vez en cuando, o entrenar sola. La segunda nunca es buena opción. Si tenía que ser sincera, en ese entonces me asustaba un poquito la idea de estar en algún momento en el equipo de Guy sensei, el convivir con ese niño arrogante y maleducado no me hacía mucha ilusión. Me esforzaba muchísimo en los entrenamientos, porque la verdad es que, era mala.

Mi condición física no era de las mejores y mis habilidades eran mediocres, solían burlarse de mí a mis espaldas y reírse bajito cuando fallaba algo. Claro, la mayoría se burlaba de mí sutilmente, pero habían excepciones de algunos que lo hacían de frente y sin ningún tacto.

Sí, pensarían que me refiero al pequeño Hyuga, pero no. Neji Hyuga era peor. Él ni siquiera se dignaba a perder tiempo tomándome en cuenta. Básicamente yo era invisible para él, y eso me frustraba mucho más que una Ino o un Shikamaru susurrando "inútil" en medio de una práctica de lanzamiento de kunais.

Quería mejorar, quería ser buena, lo quería con todas mis fuerzas para no decepcionar a mis difuntos padres, pero más que nada, quería que la gente me reconociera. Sobre todo, aquellos que ignoraban mi existencia.

Luego de 5 fallos seguidos tratando de lanzar kunais, Kurenai sensei suspiró y se dirigió hacia mí para tomarme por los hombros de manera suave pero seria.

- Ibi, detente - agarró mi brazo, deteniéndome de lanzar un kunai de manera frustrada y violenta. Me caía sudor de la frente y unas lagrimitas rebeldes amenazaban con caer de mis ojos.

- Se... sensei... -miré frustrada al suelo y apretaba mis dientes con fuerza - ¿Por qué soy tan mala en esto? sensei - mi mentón y mi labio inferior temblaban - Quiero mejorar, quiero ser buena, pero lo intento, y lo intento - sobé un poco mi nariz que se humedecía con mis ojos -... Hasta Hinata es mejor que yo, incluso Naruto, el niño gracioso del equipo de Kakashi sensei, todos... Y todos se burlan de mí.

- Ibi, relájate

- Todos se burlan de mí, Kurenai sensei, todos - me cayeron las lágrimas y mi cuerpo quería tirarse en el césped pero ella me sostenía - Todos son muy malos conmigo...

- Ibi, estoy segura que-

- ¡Ninguno me ofrece ayuda para entrenar, o me da ánimos, no! - le interrumpí con la voz entrecortada- Y ese estúpido niño con ojos de ciego...

Me fui por las ramas mientras sollozaba y me quejaba para mí misma, maldiciendo a Neji maldito Hyuga y todos los demás que me caían mal por ser tan arrogantes. Kurenai ya sólo me escuchaba mientras me desahogaba, sin interrumpir, esperando a que dejara de llorar y me calmara. "Los Shinobis no deben mostrar emociones" lo sé. Lo sabía. Ella también lo sabía, y tal vez era demasiado blanda por no hacerme callar y decirme que me hiciera fuerte, que me deje de tonterías, que llorar no haría que mis problemas se fueran. Pero creo que también sabía que hace mucho me venía guardando mucha tristeza que nunca había podido sacarla de mi pecho, y que todo eso ya me desbordaba. ~

Las gotas de lluvia empezaron a caer

En mi infancia la tristeza y la desgracia predominaban mi vida. Cuando al fin pude sentirme plena y feliz, acompañada de gente maravillosa que me hinchaba el corazón de gozo, me sentí tan bien... Por primera vez era feliz, no tenía miedo a nada, sabía que todo se podía mejorar, que cualquier día lluvioso podía no ser necesariamente malo y que el sol siempre volvería a salir para mí, para iluminar mi rostro y dar calor a mi pecho.

Hace 8 años, esa feliz y dulce época acabó.

𝓔𝓵 𝓛𝓲𝓵𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓪𝓱𝓸𝓻𝓪 𝓮𝓼 𝓡𝓸𝓳𝓸  (Neji Hyūga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora