Rezando y fóllando 7u7 +[Larry Stylinson] +

IX

Hola, tardé un montón, perdón 😭😭😭🙈 espero que les guste.

Capítulo dedicado a sweetbbear y iblowurmind gracias por sus mensajes, significan mucho para mí 💗

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Dejó su auto estacionado a unas cuadras y caminó a pasos lentos hacia la casa de los Tomlinson, miró a su alrededor. Todo se había vuelto tan familiar para él, no sé había dado cuenta de que gran parte de su vida se encontraba allí ahora. No lo había pensado hasta la noche anterior mientras dormía solo en el apartamento que no había visitado por meses, se percató entonces de lo mucho que significaba Louis para él. La vida nunca había sido tan dulce antes de conocerlo. Al llegar a la entrada se quedó inmóvil mirando el jardín. No sabía si debía entrar, quizás debía marcharse. Una voz femenina lo sacó de sus pensamientos.

-Harry, querido ¿Por qué no entras a la casa? - Era la madre de Louis que iba saliendo rumbo a la iglesia. - Tienes las llaves, sabes que eres bienvenido.

- S-sí yo estaba por entrar. Gracias - el ojiverde le sonrió de forma encantadora. Palpó la llaves en su bolsillo recordando la vez en que la madre de Louis se las entregó diciendo que era "un muchachito encantador nacido en la gracia de Dios igual que su hijo Louis". En realidad ella estaba muy orgullosa de que su hijo lo hubiese podido encaminar por la senda del Señor. Dios perdona a todos siempre y cuando se arrepientan. Ahora Harry era un hombre de Dios.

- Pero no te quedes ahí, anda pasa. Louis está en la cocina. Qué bueno que vienes, luce muy estresado desde anoche, debe ser por los preparativos. Por favor ayúdale. Me voy ahora. Quedan con Dios, querido - Y diciendo así la mujer partió hacía su destino. Su larga falda ondeaba con el viento mientras se alejaba. Ella era muy buena con él, siempre le había tratado como a otro hijo e intentaba hacerle quedar bien con su marido, por eso el ojiverde le tenía cariño y respeto.

Después Harry entró a la cocina dudando un poco, traía en las manos una caja con varias cosas para terminar de hacer los adornos de la kermés. Se sentó frente a la mesa mirando el interior de la caja ensimismado, Louis lo miró de reojo y siguió con la decoración de los pasteles.

Hacía dos semanas que habían peleado. Sí. Otra vez. Todo había comenzado porque Louis se volvía cada vez más celoso a pesar de que Harry había dejado el hospital para comenzar a trabajar en el dispensario de la iglesia, con el sueldo reducido al triple, pero todo fuese por darle gusto a su caprichoso enamorado. La situación fue que Harry compartió una charla bastante normal y desinteresada con Niall acerca del color que los manteles deberían tener para la dichosa kermés, Louis ardió en celos al verlos y no desaprovechó la primera oportunidad que se le presentó para reclamarle a Harry, a quien le pareció que su novio no podía ser más adorable. Louis pensaba que Harry era capaz de engañarlo cuando el ojiverde no podía estar más enamorado de él.

Ojalá las cosas se hubieran arreglado tan rápido como comenzaron, porque Harry pensaba que era una tontería que pelearan por eso, pero no era tan simple. Habían estado pelando mucho últimamente, ambos sobreviviendo. Mientras Louis se ahogaba en un mar de pensamientos más tóxicos que el arsénico, Harry lo sostenía luchando por sacarlo. Jamás mentía cuando decía que lo amaba.

Quizás sólo se estaban terminando. Porque nada dura por siempre y ellos no eran diferentes. Lo de Niall fue simplemente la gota que terminó por desbordar el vaso de sus verdaderos problemas.

"¡Por qué no me terminas entonces!" gritó Louis en un impulso cuando Harry le reprochó que estaba cansado de tener que esconderse todo el tiempo. Y es que el ojiazul era cada vez más obsesivo, la paranoia de ser descubiertos no le abandonaba ni por un bendito instante, sentía que la culpa le estaba consumiendo el alma de a poco. Harry se calló en ese mismo instante y Louis se mordió el labio inferior, podía ver en los ojos del otro cuanto le había lastimado.