Capítulo 6

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Antes que nada, ¡ya van 3 capítulos en una semana!
¿Ven como si los consiento a veces?

Bueno ahora serios.

Que éste capítulo se viene con todo.

(Espacio para comentar que tal les está pareciendo la historia =D )

Me levanté de la cama en cuanto terminé de leer el pergamino, estaba sobresaltada.

Bastante confundida.

El único rollo que era imposible creer era el asunto yokai, ¿ y de verdad esperaban que yo...

Que yo...

Negué con la cabeza, los yokais eran lo único que me había traído problemas por mucho tiempo, y simplemente no quería ser uno.

Abrí la puerta de habitación pero al salir el cuarpo de alguien se interpuso en mi camino.

-Disculpe, pero no puede salir de la habitación señorita.

¿Señorita?

Ese era el mismo Yokai que vigilaba la puerta, ¿Que hacía ahí?

-¿Que? - Pregunté sin comprender en lo mas mínimo lo que sucedía.

-Fueron ordenes del amo Sesshomaru, su seguridad es nuestra prioridad.

Traté de pasar por un lado de él pero al instante se pudo frente a mí.

- Por favor entre a su habitación - Y lo hice, solo por que sabía que quedandome en ese lugar no conseguiría nada. Eso era muy frustrante, ¿Que significaba todo eso?

¿No podría salir de esa habitación?

¿Y en cuanto tiempo?

No podía quedarme de brazos cruzados después de todo lo que había pasado.

Abrí la puerta que estaba a unos metros de la puerta principal dando de lleno con el baño, abrí la siguiente y era un armario.

Salí por el balcón y era atemorizante la sola idea de acercarse al barandal.

Estaba sin escapatoria.

¿En que momento había llegado a esto?

¿Que es lo que hacía Sesshomaru y por que la orden de no dejarme salir?

¿Que mierda ocurría?

Abrí de nuevo la puerta.

-¿En donde está Sesshomaru?

- Me temo que no...

Sus palabra se vieron interrumpidas por un ruido que se esparció por todo el castillo.

Me estremecí junto a las paredes.

-¿Que fue... - Antes de poder completar mi oración un sinnumero de monstruos subieron por las escaleras introduciendose al pasillo.

Mi estabilidad fue golpeada.

Maldita sea.

Puta madre.

-Entre a la habitación - Avanzó hasta la orda de demonios alzando su espada.

Al poco tiempo más perdonas del castillo blandieron sus espadas contra los demonios.

Estuve a punto de entrar a la habitación pero una mano me apartó de ahí.

-Retroceda, no vamos a poder contenerlos mucho tiempo.

Asentí y corrí hasta el final del pasillo, en donde me abrí paso hasta un balcón con escaleras hacia el exterior del edificio.

Comencé a bajar por ellas con apresura, sin una idea clara de a donde ir.

Sin embargo no pude dar un paso más pues un golpe me empujó hacia la ventana del segundo piso de el castillo, la cual se rompió en cuanto mi cuerpo la golpeó.

-No es nada personal - La voz de Kagura resonó en dl salón, me puse de pie con dificultad - Pero no puedes seguir con vida - Se acercó otro par de pasos y yo retrocedí hasta que con otra rafaga de viento; los critales del suelo me atacaron.

De nuevo caí al suelo.

-Aunque tengo interés en saber que es lo que haces aquí - Y como lo dijo, por primera vez en su rostro noté intriga - ¿Por que una Humana está en el castillo del oeste? - Pasaron segundos sin que dijera una palabra hasta que de nuevo los cristales volaron a mí, esta vez tan fuerte como para lanzarme contra la pared.

Sentía la sangre recorrer mis brazos y piernas.

- Por alguna razón tu muerte fue solo encomendada a mí - Estando a 30 centimetros de mi rostro levantó un cristal del suelo y lo clavó en mi abdomen - Pensé que sería más complicado.

Con la vista nublada deslumbre a su figura ponerse de pie.

Presione con fuerza la herida, estaba desangrandome.

Pronto perdí la noción de mis sentidos justo antes de que saliera de la sala, miré mis manos teñidas de rojo, debajo de mí comenzaba a hacerse un charco de mi sangre.

Sentí la presencia de Sesshomaru acercarse.

No importaba cuanto hiciera, no importaba nada, estaba muriendo.

La puerta de el lugar se abrió y por ella entró él.

Estuvo frente a mí en un parpadeo.

Sujetó mi herida e intentó que la sangre dejara de brotar.

El frío se sentía abrumador contra mi espalda, sentada en el suelo no podía siquiera mantener mis ojos abiertos.

Y fue entonces que Sesshomaru blandió su espada. Colmillo sagrado brilló frente a mí.

Pero nunca palpitó, y por más cortes que Sesshomari hiciera a mis costados nada parecía cambiar.

Los movimientos fueron más bruscos, apresurados. La desesperación comenzaba a tomar el cuerpo del Yokai frente a mí.

-No funcionará - Susurré, él se detuvo acercandose a mí, su mandibula estaba tensa, y cada musculo en su cuerpo también - Colmillo sagrado solo puede usarse una vez, y tú ya lo has usado conmigo.

Eso era lo que decían los libros, en las primeras páginas Sesshomaru utilizó su espada para salvarme.

Suponía que esa era la ultima y única prueba que necesitaba para saber que todo lo que decían los libros era real.

-No vas a morir - Afirmó de pronto.

Las comisuras de mis labios se alzaron con la ultima fuerza que quedaba en mí.

-Por lo menos puedo decir que no morí sin saber la verdad - Cerré los ojos apoyando contra la pared mi cabeza, sabía que mi cuerpo no aguantaría mucho más - Maldición.

Era dificil, crear un lío amoroso con una persona a la que conocias de años.

Alguien con quien jamás imaginarías en todas esas situaciones.

- Es imposible creerlo - Su voz hizo que abriera los ojos, tenía tanta razón...

- Éste no es un buen final para esa historia


Oscuridad.

Las crónicas del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora