Capitulo 17

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Semanas después.......

-Kagome... - Susurraban lento, atrás de mí – Baja eso – de pronto observé la daga que descansaba sobre mis manos, la cual sujetaba con fuerza.

Le rogaba a mis piernas que se detuvieran, pero parecían actuar por si solas.

Podía sentir la risa de Naraku en mi interior.

Pero era demasiado tarde, abrí las puertas de una habitación, en donde descansaba un bebé.

... ... ... ...

Desperté abruptamente, sentándome en la cama apenas abrí los ojos y de mis labios se escapó el nombre de Sesshomaru.

Pero no estaba a mi lado, fruncí el ceño mientras trataba de controlar mi respiración.

Había pasado mucho tiempo desde que no tenía una pesadilla como esa.

Contuve las lágrimas.

"Solo era una pesadilla" – trataba de convencerme.

Por qué solo era un sueño, nada tenía por qué volverse real.

No pasó mucho tiempo hasta que sentí la presencia de Sesshomaru acercarse, y tiempo después como abría la puerta y se acercaba a mí.

La preocupación era visible en su rostro.

-¿Estás bien? – traté de asentir ante su pregunta, pero las lágrimas comenzaron a brotar nuevamente.

Había perdido la noción de mi cuerpo una vez, hace un tiempo frente a mis amigos, y no quería que eso volviera a ocurrir.

No quería poner en peligro la vida de nadie.

Así que pese a lo que quería; mi cabeza se movió de un lado al otro mientras negaba.

-No... - Susurré, con la voz rota por las lágrimas acumulándose en mi garganta.

Vi su expresión afligida antes de que me rodeara en un abrazo.

Me recargué en su pecho y dejé que su presencia me diera tranquilidad.

No supe con exactitud cuánto tiempo pasamos así, pero sí que fue el suficiente para que estuviera más tranquila.

-¿Qué sucedió? – Fue lo primero que salió de su boca en cuanto nos separamos.

Sonreí triste, y pasé un mechón de cabello detrás de mi oreja.

-Solo... - respiré profundo – Una pesadilla tonta – le resté importancia a lo ocurrido, pero Sesshomaru no dejaba de verme con preocupación.

-Tus sueños suelen ser muy severos – Dijo, y yo suspiré, mientras bajaba la mirada.

-No tiene importancia – Aseguré, le sonreí para darle tranquilidad, y pareció funcionar pues su expresión cambió.

Pero de nuevo algo oprimió mi pecho.

-No estabas cuando desperté – Susurré, la preocupación palpando cada una de mis palabras.

Ninguno lo había dicho, pero ambos sabíamos que mientras durmiera con él las pesadillas no se harían presentes.

No sabía exactamente la razón, pero si sabía que eso me era suficiente.

No se iría de mi lado a no ser que se tratara de una emergencia.

-¿Sucede algo? – Él asintió.

-Suponemos que Naraku sabe de tu estado – y ahí estaba de nuevo la falta de aire en mis pulmones – Y de ser así corres mucho riesgo.

-No solo yo – Aseguré, si Naraku sabía del embarazo, entonces yo era quien menos corría peligro.

-No podía quedar con la duda ni un momento más, tuve que ir, lo lamento – Negué con la cabeza.

-Para nada – Lo abracé – Siempre estarás para mí y lo sé, no dudaste en venir en cuanto te necesité.

No podía cansarme de estar entre sus brazos.

La mañana transcurrió de lo más normal a partir de ahí, pasé con Rin la mayor parte del tiempo y nos sentó demasiado bien a ambas.

Nos divertimos durante un buen rato.

Pero ningún momento perfecto tendía a durar por mucho tiempo.

"Kagome" – Una voz resonó dentro de mi cabeza.

Me tensé al instante, sintiendo a mi cuerpo desfallecer.

Mi alma me pesaba.

"Tienes poco tiempo" – Tragué con fuerza, reconociendo la voz de Kanna.

Observé a Rin, no tenía ni idea de lo que ocurría, pero no quería que ella estuviera involucrada, o siquiera cerca de mí si es que Kanna estaba presente.

-Rin – Llamé a la niña que juntaba flores a mi lado - ¿Quieres ir por aperitivos?

Ella asintió y corrió hacia la entrada del castillo.

"Bien hecho" – Me puse de pie, tratando de localizar un punto desde donde se encontrara - "Yo no estoy ahí Kagome" - tomó una pausa - "Pero Naraku y todas sus exenciones sí que lo están"

Comencé a hiper ventilar todo esto me ponía muy mal.

Pero debía ser fuerte, lo sabía.

"Escucha" - Y muy a mi pasar, lo unico que podía hacer era hacerle caso a su voz - "No queremos dañar a nadie" - De alguna manera me tranquilizó - "Ni a tu bebé" - Sin embargo, el que supieran de ese dato me robó la calma - "Solo te queremos a ti"

Por el rabillo del ojo observe a un sirviente quien me miraba desde lejos, con un poco de intriga.

Después de tantas situaciones se han estado muy pendientes de mí por ordenes de Sesshomaru.

Por mera protección mía, y el chico comenzaba a acercarse a mi posición.

Mi mirada hizo que se detuviera, quizá Kanna no podía verle, y esa era mi oportunidad.

-¿A donde quieres que vaya Kanna? - Preuncié en voz alta, lo suficiente para que él me escuchara y se alarmara.

Asentí ligeramente a su dirección y no necesitó de más para que corriera en busca de Sesshomaru.

-"En realidad... - Me atraganté al escuchar un ligera pero perceptible risa - "Solo era un aviso".

Figuré arriba de mi a Kagura, quien agitó su abanico en mi dirección y antes de poder si quiera pensarlo, una enorme ventisca me arrastró hasta la orilla de las nubes, de donde caí hasta llegar a escasos metros del suelo.

En donde -como lo había dicho Kanna- Me esperaba una orda de demonios. 

Las crónicas del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora