Cap. 3: Están todos locos.

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06-01-20

Me acabo de levantar de la cama por primera vez en demasiados días. Con lo terremoto que soy ya no podía estarme más quieta.
Fui a clase de 'Parto'. No me estaba creyendo lo que me estaban contando. Era coña, ¿No?
Según esta gente, me tengo que dejar violar. Pero no sólo eso. Sino que me tumbaría al borde de la cama y mientras el marido me penetraba la mujer de él se tendría que sentar con las piernas abiertas justo encima de mi cabeza y cogerme las manos.
Y es que se supone que cuando me embistiese el hombre mi cabeza tendría que dar con el útero de su mujer, así se supone que es como si fuese a ella a quien está follando. Espero que me estén vacilando.
Lo mejor de todo es que nos están contando que nosotras llevaremos a sus hijos por nueve meses y luego, en cuanto salga el niño o niña, se lo llevarán como si hubiesen parido ellas. Estarán en cama unos días, como si estuvieran cansadas de no hacer absolutamente nada; y luego será el nombre del niño que ellas digan, le cuidarán ellas y todo ellas. No me creo nada de todo esto. Espero de verdad que me estén vacilando. Esto es surrealista.

10-01-20.

04:38

Nos acaban de despertar. ¿Qué pasa?
Sólo nos han dicho que nos vistamos que nos vamos. Que ya estamos preparadas. Sé que nos van a separar. Espero que Julia esté cerca de mí.
No sé nada de Marta, de María, de Miki, de nadie. Sólo de Julia. Joder, ojalá estén en sus casas tranquilos. Ojalá no tengan que estar en este infierno. Por Dios, como hayan encontrado a Marta y a María juntas las habrán matado. En las clases decían que los 'Maricas y bolleras' estában condenados a muerte. Que serían ahorcados en la plaza. Por Dios que no las hayan pillado. Que estén vivas.

10-01-20.

06:12

Acabo de llegar a mi nueva casa. Al lugar donde me van a tener como si fuese una cucaracha. Miro a Julia justo antes de bajarme y suspiro. La susurro un 'Te quiero, suerte' y ella me sonríe triste. Te voy a echar de menos Juls.
Entro en la casa y mientras miro alrededor veo muchos retratos de alguien muy parecida a ti. No, seguro que se me está yendo la olla. Seguro que no estás aquí. Pero que de pensarte piense que estás.

-Tus amos están durmiendo. Así que súbete a la planta de arriba y descansa hasta las 8. Y te pondrás en pie para recoger la casa.

Asentí con la cabeza sin ninguna gana y empecé a subir las escaleras, pero el hombre que me trajo me cogió del brazo girándome.

-Debes despedirte de ellos siempre. ¿Entendido?

-Hmm... ¿Qué quieres decir?

-Que debes despedirte como lo hacen aquí. No vale que asientas. Debes decir 'Que Dios nos resguarde' o si no te matarán por irrespetuosa- Miré a los ojos al hombre confundida. ¿Por qué me ayuda? No entiendo nada.

-Vale... Que Dios nos resguarde...

Me soltó el brazo y me fui a mi habitación. Qué coño es esto. Joder. Y ahora estaba sola. No tenía a Julia. No tenía a Marta. Ni a María. Ni a Miki. Ni a nadie. Joder.
Qué puto miedo estar aquí. Ojalá estuvieras aquí abrazándome. Ah no, que yo sólo era para ti un Amor de Verano. Me gustabas, mucho. Qué tonta fui de creerte. De pensar que me quisiste igual que yo a ti. Ojalá no verte nunca más.

02-07-19.

17:10

Salí de casa fumando. Como casi siempre que estaba nerviosa. Me daba ansias conocerte sin estar borracha. Ver si eras siempre igual de niñata si estabas sobria. O si en realidad eras así sólo cuando bebías. Ojalá seas siempre igual de chulita. Porque me hace gracia que te dé tanto miedo no tener el control sobre mí. Pero que a la vez te guste tanto saber que lo tengo yo. Que yo manejo tus manos y tu sonrisa. Que manejo nuestras conversaciones. Pequeña pero matona cariño. O eso me decían de pequeña.
Fui hacia donde quedamos. Miré el reloj. Y veinte. Y diez minutos sin hacer nada. Esperándote. Imaginando tu forma de actuar cuando no vas con un par de copas de más. Ojalá me sigas tanto el rollo como lo hicimos anoche. Como cuando te dije que era Nadie Importante y que no venía de Ninguna parte. Y aún así insististe. Mis caderas no se te podían resistir, ¿No? Tal vez algún día puedas tocarlas sin resistencia. Yo también tengo ganas. Pero no te voy a dejar porque me encanta ver cómo te desespera que no te deje. Me encanta ver tu ansiedad por mi cuerpo. Qué divertida eres Nat.
Y media. Y te veo de lejos. Y me pongo recta. Y me peino el flequillo. Y tiro la colilla. Y suspiro. Y ay, que vienes. Que yo no soy tan lanzada cuando estoy sobria. Mierda, no quiero cagarla.

-Hombre. Buenas tardes Nadie Importante- Y me sonríes con tus aires de grandeza. En efecto, eres igual de guaperas que es mejor que los demás.

-Buenas, Nat.

-¿Me dejas llevarte a un sitio?

-¿Qué sitio?

-A Ninguna Parte- Imbécil.

-Sí, claro. Vamos- Y me acerco a ti. Y andamos. Y me intentas coger la mano. Levanto la cabeza y sonrío al ver cómo miras al frente como si nada. Qué mona eres cuando te haces la guaperas. Agarro tu mano con delicadeza y te acaricio sin mirarte. No te miro porque yo también soy igual de guay que tú. Y no te voy a dejar tener el control. Y te la suelto. Para que me busques. Y claro que lo haces. Y yo suelto una risita silenciosa porque las dos sabemos que yo tengo el mando en ti. Y que en realidad te gusta. Y tú me miras sonriendo de lado. Te haces la tonta y me sueltas un "¿Qué?". Pues que eres muy pequeña. Que a mí no me engañas. Que a mí no me cuela que vayas de guaperas porque seas así. Te niego con la cabeza sin que se me quite la sonrisa. Me provocas una sonrisa de idiota y no puedo quitármela. Y a tí te hace gracia. Qué cabrona. No te rías que me pongo roja y eso ya sí que no lo controlo.
Te haces la loca y me dices un "Mira, ahí está, vamos" y tiras de mi mano. Como si me agarrases para ir más rápido. Aunque las dos sepamos que no es así. Que es que nos apetecía ir más cerca. Sentirnos.
Tiras de mí y yo voy corriendo detrás tuya de tu mano. Estás preciosa. Y encima te has puesto unos pantalones negros y una camisa blanca. Y vas preciosa. Dios, qué tonta eres. Y cómo me tienes.
Llegamos a un portal. ¿Dónde me llevas? Paras justo delante y me miras un poco cansada de correr. Sonríes divertida y vuelves a tirar de mí hacia dentro.
Me has traído al lugar más bonito del mundo. Es una librería. Pero también tienen cosas para dibujar. Puedes dejar tus dibujos ahí. Hay muchísimos. Y son todos preciosos. Tienen música clásica de fondo. Y hay un jardín enorme tras unas puertas de cristal. Me miraste sonriente y me acariciaste la mano. Te miré. Mis ojos brillaban. Y los tuyos también. Dios, Nat. Qué bonito es esto.

-¿Dónde estamos?

-En Ninguna parte. Es tu tierra, peque- Sonreí. Eres tonta.

-¿A que es bonita?

-Es preciosa. Ya entiendo muchas cosas.

-¿Qué entiendes?

-De dónde sale una persona tan bonita- Cuando dices esas cosas me entran escalofríos.

-Me llamo Alba.

-¿Me mentiste? Qué mal. Pero me gusta más Alba. Es más cortito- Sonreíste mientras me mirabas. Tus pupilas eran oscuras y a mí me encantaban.

-Vamos fuera anda. Te va a encantar el jardín- Y volviste a tirar de mí. Y Dios. Qué bonito es esto.

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Hoy estoy mega soft.
Espero que os gustee
Jo, yo estoy mega emocionadísima con esta historia.
Tengo unas ganas increíbles de escribirla.

Os quieroo

Fx~~

𝑇𝑖𝑚𝑜𝑟 - Albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora