Cap. 17: Camino.

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20-01-20.

-Acabamos de llegar.

Me acaricias el pelo y yo abro los ojos. Me he quedado dormida en tu pecho y me has abrazado durante todo el trayecto.
Miro alrededor desorientada y veo por la ventana a varios policías en la boca del metro. Me aparto de ti y bajamos del coche. El hombre que conducía baja y nos abre el maletero con las mochilas. Nos da un móvil a cada una con dos contactos. 1 y 2.

-El dos soy yo. Si algo se tuerce me llamáis e iré a por vosotras donde estéis. Soy uno de los agentes de aquí y os ayudaré a lo que necesitéis. El uno sois vosotras. Alba, tú tienes el de Natalia. Natalia, tú el de Alba. Si os perdéis y no os encontráis tan sólo debéis esconderos y llamaros. Tenéis el tren dentro de diez minutos. Os da tiempo de sobra para bajar tranquilas hasta vuestra estación y coger el 278. Si lo perdéis llamadme y os diré cuál es el siguiente. Suerte chicas.

-Gracias Famous. Destrozaremos esta mafia y te sacaremos de aquí.

Agarras nuestro equipaje y le das un abrazo a Famous. Él cierra el maletero y se sube al coche y tú me miras empezando a andar. Yo te sigo en silencio y agacho levemente la cabeza.
Llegamos a la boca del metro y uno de los agentes te para. A mi me entra el pánico porque lleva una metralleta cargada y pienso que si nos pillan estamos acabadas. Hablas con él algo que no soy capaz de escuchar porque estoy concentrada en el poder que tiene entre sus manos. En el poder que tiene todo este lugar. Hasta dónde ha llegado todo esto. Si era un puto exerimento está muy bien organizado.
Empiezas a bajar las escaleras y yo bajo detrás tuya con nerviosismo. Llegamos a los túneles y leo los carteles a toda prisa. Me estoy empezando a marear pero sigo tu ritmo de velocidad porque no quiero atrasarnos. Noto las luces del techo aumentar de potencia y me ciega. No veo bien y noto que me tambaleo. Me está dando uno de los ataques de ansiedad que me dan y joder, me estresa porque lo único que queremos es no llamar la atención. Me apoyo en una de las paredes casi sin ver nada más que luz blanca y noto cómo paras y me miras. Tiras de mí y nos metes en algún sitio más oscuro. Me apoyas en algo de mármol que está frío. No te veo y apenas te escucho. Noto que tus brazos me envuelven y me acaricias la espalda y yo me apoyo en lo que parece tu hombro. Cierro los ojos con agobio porque no escucho nada a mi alrededor más que un pitido y con los ojos cerrados por lo menos no veo la luz cegada. Te escucho decir algo pero a mí se me va la vida. Me quedo en un vacío. El color de esta sensación sería el gris. Neutro. Sin más. Ni dolor. Ni agobio. Ni felicidad. Nada. No te encuentro; eso sí, pero no sé por qué no me importa. Es como si supiese que voy a volver.

-Alba. Amor. Despierta anda. Despierta.

Eres tú. Tu voz me calma y me despierto como si hubiese estado en un trance. Estoy perfectamente bien. No me duele nada. Miro alrededor y te veo aguantándome por la espalda. Me tienes apoyada en el lavabo de un baño y yo te miro desorientada.
Creo que es el mismo lugar donde me estaba dando el ataque. Me miras a los ojos y me intentas animar.

-Hey, Albi. Cariño. ¿Estás bien? Te has desmayado. Tranquila. Tenemos que irnos. ¿Puedes andar?- Asiento porque me siento mejor que en mucho tiempo y tú me agarras las manos andando hacia atrás para comprobar que puedo andar.

-Vamos. Estoy bien Nat. Vámonos ya. Que lo perdemos.

Te extrañas de que esté tan bien de repente, pero no dices nada, tan solo me sueltas la espalda y me agarras la mano para seguir nuestro camino. Yo te sigo con decisión. De repente me siento con fuerza. Tengo ganas de vivir y no me da miedo revindicarme. Parece que se me ha olvidado lo que me he pasado en estas semanas. Parece que es verano. Nuestro verano.
Caminos y caminos. Tus pasos acelerados y los míos tras ellos. Mi mirada alrededor busca algo que no sé qué es. Noto todo el rato un nerviosismo que recorre todo mi estómago y me sube a la garganta, que me hace temblar un poco. Como cuando estás conociendo a alguien que te gusta. Llegamos a nuestro destino. La gente de allí no mira a su alrededor. Miro todas las caras. Y le veo. Veo cómo viene desde las escaleras acelerándose. Me levanto y voy hacia él dispuesta a hacer algo que te salve. Llego a su altura pero me da la vuelta y me apunta con el cañón de la pistola en la sien. Y me paralizo. No me puedo mover y sólo veo cómo pegas un grito de miedo. Veo a todo nuestro alrededor correr y vuelvo a ti. Estás asustada y veo cómo le haces una señal de que baje el arma.

-Baja ese puto arma ahora mismo.

-Ni de coña. ¿Te crees que no sabía que te follabas a la criada? No soy idiota. Tanto dormir con ella. Tan juntitas siempre. ¡Y una mierda! La voy a volar la cabeza y tú te vas a casar conmigo porque nada te lo va a impedir si me la quito de en medio.

-Mikel, tranquilízate. Yo no me follo a nadie. Por favor. Suéltala.

-¡He dicho que no! Y ahora quítate la puta ropa.

Y silencio. Tengo ganas de matarle pero no puedo hablar. Me miras a los ojos y te intento tranquilizar. Muevo las manos hasta mi bolsillo y busco el teléfono que nos ha dado Famous.

-¡Ya!- Grita tan cerca de mi oído que me pita y me desoriento un poco. Tú te encojes un poco y te empiezas a quitar muy lento la ropa que llevas.

La falda y consigo desbloquear el teléfono. Te subes la camisa y marco el número. La camiseta interior y le llamo. Coge el teléfono y lo dejo encendido para que escuche todo.
Te has quedado en ropa interior y yo no soy capaz de hacer nada por ayudarte. Se aparta de mí y me echa a tu lado. Me apunta todo el rato a la cabeza.

-Ahora tú- Me he paralizado. No soy capaz de creerme lo que me está diciendo. Vuelven mis monstruos y me hago pequeñita.

-¿Qué? ¡No, Mikel! ¡A ella no!

Se acerca a mí y tira de mi ropa rompiéndola. Me araña y yo me quejo un poco. Me dejo porque no soy capaz de hacer absolutamente nada. Me deja en ropa interior y me manosea. No te mueves porque me está apuntando en el abdomen y no quieres que me muera. Mi cuerpo está tenso y no soy capaz de hacer nada. Me toca las caderas y arrima sus caderas a mi cuerpo. Me toquetea todo y me aprieta en el pecho. Reprimo un quejido de dolor y él se piensa que es un gemido porque se ríe.

-Si al final te gustará y todo. Agáchate.

-Mikel, basta. Por favor, déjala. Hazme a mí lo que quieras pero déjala.

-Cállate. Agáchate sirvienta.

Mi cuerpo no es capaz de reaccionar y eso a él le desespera. Me presiona de los hombros hacia abajo y acabo de rodillas justo delante suya. Te oigo llorar de lejos y noto cómo me apunta a la cabeza. Me agarra del pelo con fuerza y me hace acercarme más a su pelvis. No quiero seguir con esto.

-Para Mikel.

-Cállate Natalia.

-Para he dicho.

-Que te calles puta zorra.

-Mikel, por favor...

-¡Joder!

Y un disparo.

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Holi :)

Ufuf. Intensita estoy hoy.
Cómo estáis? Yo biennn.
Os informo que posiblemente el siguiente o dentro de dos capítulos será el final :(
Espero que os haya gustadoo, y si es así me alegro muchooo
Os quierooo ❤❤

Fx~~

𝑇𝑖𝑚𝑜𝑟 - Albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora