LILITH | SUPERNATURAL (THE DIRECTOR'S CUT) [ ✓ ]

━━ 04. the bar

CAPITULO CUATRO.
❝ EL BAR ❞

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                    AL DÍA SIGUIENTE SE DESPERTÓ CON EL SONIDO DE LA TELEVISIÓN LLEGANDO DESDE EL SALÓN. Lilith pasó por el baño y el agua fresca la despertó después de las largas horas de sueño, había descansado tan bien que parecía haberse calmado después del detestable día de ayer. No se le ocurría decir que hoy mejoraría o que su ánimo se mantendría amigable, sin embargo, la mujercita descendió por las escaleras atando su cabello largo y perlado en una cola de caballo alta y desordenada. En el salón los rostros de ambos hermanos, desperezados y tan prolijo como un cazador que vivía en la carretera podía, la saludaron diciendo buenos días.

      —Me gusta tu remera —le dijo Dean sosteniendo la misma taza de Spiderman con la que disfrutaba tomar café. La siguió hasta la cocina y fue considerado en lavar la taza y guardarla en su lugar. Aunque, debía decir, que su madre los había llegado a retar a los hermanos por dejar la casa patas arriba y desde entonces eran muy obedientes con la limpieza de su casa—. ¿Dónde la conseguiste?

      —En una tienda de por aquí, hay en talla de hombre, si quieres te compro una —respondió Lilith preparándose una taza de café con leche, y luego abrió algunas puertas buscando el paquete de galletitas oreos que tenía escondidas, pero no las encontró—. ¡Dean! —de repente chilló—. ¿Y mis oreos?

      —En mi panza, estaban deliciosas —dijo sin importancia. A veces se preguntaba si Dean solo tenía empatía cuando salía a cazar monstruos y salvaba personas, porque con ella nunca.

      Lilith dejó que un suspiro la guiara a buscar otra cosa con que alimentar su cuerpo, se le habían antojado muy fuerte desayunar un café con leche y oreos, las tripas le rugían de solo pensar lo que pudo ser y no era por culpa de Dean y su apetito extremo; no fue muy buena idea irse a la cama con el estómago vacío. Lilith se paró de puntitas frente a un gabinete empotrado en la pared y estiró su mano con el deseo de encontrar algo, pero la profundidad de los estantes superaba su brazo larguirucho. Palpó una bolsa de plástico y la arrastró.