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23 de febrero del 2014
Tres meses después

Luke no tenía tiempo para esto. Mas bien ahora mismo no tenia tiempo para nada.

Sabía que debió haber arreglado sus cosas el día anterior en vez de ir a aquella fiesta a la cual uno de sus excompañeros de la secundaria lo invitaron. Eso no fue para nada como lo había planeado.

Acabo demasiado ebrio como para poder alistar sus cosas el día anterior. Además de casi terminar en la casa de una omega la cual había estado demasiado pegada a él toda la noche. Para su suerte pudo tomar un taxi hacia su casa, lo que no tomo en cuenta era la larga siesta que tomaría y solo le dejaría con tres horas antes de su vuelo devuelta a Londres.

Sus clases en la universidad habían comenzado hace un poco mas de un mes. Por ahora todo iba bien, estas no eran tan difíciles como imagino, pero sabía que no debía relajarse porque la carrera de derecho podía ponerse difícil. Había ido a unas cuantas fiestas, pero pasaba su mayor tiempo en la biblioteca, ya que su compañero de habitación siempre traía nueva compañía cada fin de semana. Por suerte en julio ya tendría su propio departamento.

Ashton era un buen tipo y siempre lo invitaba a todas las fiestas que iba (y eran varias), pero a veces le gustaría que le avisara si iba a llevar a alguien y no someterse a situaciones comprometedoras.

Termino de meter unos cuantos pantalones negros a su maleta junto a unas camisetas que había dejado la vez pasada y decidió dejar el traje que uso en el evento que fue obligado asistir el día anterior. Si, su padre lo había hecho tomar un avión de Londres a Sídney para ir a otro de sus grandes eventos de su compañía.

Como era de esperarse este fue aburrido, en el cual se la paso probando comida que ni siquiera podía pronunciar y escuchando aburridas charlas entre hombres de negocios. Para su mala suerte, Sam no había asistido por un proyecto de su universidad (además que sus padres eran lo suficientemente consientes para no hacerla tomar un avión desde Nueva York hasta Sídney), por lo cual estuvo mirando la pantalla de su celular la mayor parte del día.

Hablando de su celular, ¿Dónde lo había dejado?

Al voltear su cabeza, en un intento de ver si su teléfono estaba sobre su escritorio sus ojos se posaron unos segundos en su ventana, la cual daba en dirección a la habitación de Michael. Las cortinas de la otra habitación estaban abiertas, y Michael se encontraba sentado en su cama mirando hacia su televisor, posiblemente jugando algún videojuego.

La ultima vez que supo algo sobre Michael Clifford fue hacia unas semanas. Tenia cinco botellas de cerveza en su sistema digestivo, y lo mejor que su cerebro pudo pensar en ese momento fue mandarle mensajes al chico de ojos verdes. Para su suerte no fue nada de lo que se pudiera arrepentir, solo letras mescladas, casi imposibles de leer y diferentes caritas amarillas. Michael solo respondió "suerte con la resaca". Al día siguiente él se disculpó, hubo un cierto intercambio de preguntas, más de Michael hacía él, preguntándole sobre cómo le estaba yendo.

El ultimo mensaje fue de él diciéndole a Michael que volvería a Sídney la siguiente semana a lo que este respondió con una carita sorprendida. No supo que decir después de eso, tampoco era como si le quedaran mas esperanzas con Michael Clifford.

Nunca se sabe cuándo será la siguiente vez que se lo encontraría.

•••

Michael estaba seguro de que la vida lo odiaba, no tenia ninguna duda de aquello.

¿Pero que acaso la vida no podía esperar a que pasara el nivel 8? ¿Acaso eso era mucho pedir?

Cuando comenzó a sentir el calor en su cuerpo supo de nuevo que su celo ya había llegado, esta vez no lo tomo por sorpresa. Se había tomado sus supresores el día anterior, además de avisarle a su madre sobre esto. Siempre le avisaba a Charlotte de esto ya que odiaba que sus padres estuvieran presentes en sus celos.

Estaba solo en estos momentos y sabía que en cualquier momento dejaría de tener el control. Sus celos se volvían cada vez más difícil de ser controlados, era como si su omega adquiriera mas control cada tiempo, rogando por atención. Esto solo empeoro después de pasar uno de sus celos con Luke.

Era difícil mantener la calma, soportar el calor, el dolor y la necesidad, pero no había nada que pudiera hacer, solo intentar mantenerse controlado.

Hoy era un día de estos en los que intentaba concentrarse en la pantalla de su televisión, hasta que estuviera lo suficientemente caliente como para tener que recurrir a sus manos. Odiaba eso.

No le gustaba para nada tener que tocarse. Aquello nunca fue un problema cuando inicio su adolescencia, pero desde que su primer celo llego fue demasiado difícil poder sentirse a gusto con su cuerpo. Era incomodo y la sensación de placer no era la suficiente como para bajar su erección. Siempre tenia que recurrir a frotarse contra algún objeto e intentar ignorar lo estúpido que se sentía al hacerlo.

Un jadeo amenazo con salir de sus labios en el momento que el mando de su consola rozo su entrepierna de casualidad. Tuvo que poner pausa y soltar un bufido. Se puso de pie para poder cerrar la cortina de su habitación y comenzar con la misma agonía que tenia pasar cada tres meses, de no ser porque se encontró con cierto rubio de ojos azules del otro lado de esta.

Luke se encontraba sentado en el piso de su habitación a lado de una maleta y con una pila de ropa a su lado. Algo dentro suyo tembló al ver al alfa y se atrevió a abrir ligeramente la ventana, logrando captar ligeramente el aroma adictivo que hacia retorcerse a su omega.

Al parecer Luke sintió su mirada porque no tarde en voltear su cabeza, pero Michael logro reaccionar lo suficientemente rápido como para cerrar las cortinas antes que lograran hacer contacto visual.

Comenzó a deshacerte de sus pantalones y se echo sobre su cama, comenzando a sentir un poco de la sustancia viscosa salir de entre sus piernas, haciéndolo hacer una mueca. Su palma paso por su erección causando que un bajo jadeo saliera de si, pero aquello no era suficiente para hacer pasar el dolor que estaba sintiendo.

Esta vez queria más. Necesitaba más. Especialmente ahora, que su nariz había captado el olor a vainilla que lo volvía loco.

Con las manos algo temblorosas agarro su teléfono que se encontraba en la mesa de noche. Sus dedos no tardar en encontrar el numero que estaba buscando, presionando la opción "Llamar" rápidamente.

Oh, sabía que se arrepentiría de esto.

—¿Michael? —pregunto una voz ronca al otro lado de la línea, haciendo que tuviera que aguantar un jadeo —. ¿Esta bien? Te vi a hace un rato y no te veías bi-...

—L-Luke... alfa —un quejido salió de sus labios. Ya no podía controlar las palabras que salían de su boca, ni su mano alrededor de su erección podía hacer pasar el dolor y el calor que estaba sintiendo —. N-No puedo pasar por otro solo-... ya- duele... D-Duele demasiado.

—¿Q-Que? —la voz de Luke salió como un suspiro, casi inaudible, pero para él fue lo suficiente como para que un jadeo saliera de sus labios.

—N-Necesito-... frío. Haz que pare de doler, por favor —lloriqueo dejando el teléfono a un lado de su cabeza para que su otra mano pudiera limpiar el sudor que bajaba por su frente.

—Michael, ¿estás en celo?

—E-El último fue demasiado... no pude si quiera- —intento hablar, pero no podía siquiera forma una oración coherente al sentir el fuego abrazador de nuevo corriendo por todo su cuerpo —. D-Desde que tú... No sé que hacer-... no tengo a quién-

—No —contesto de inmediato el alfa. Su voz era firme, gruesa, acompañada de un gruñido que lo hizo temblar —. ¿Quieres que yo-...?

—Ven.

Corto la llamada en ese momento, sabiendo que si decía algo mas solo serian balbuceos o palabras sin ningún sentido que no ayudaran en nada a su situación. Por suerte, Luke vendría (o eso esperaba) antes que lo mismo que la anterior vez pasara.

Su anterior celo recuerda haberse deshidratado, se desmayo una vez y se sentido demasiado débil por los siguientes días como para salir de su cama.

Luke tenía que venir.

Lo necesitaba.

•••

Olvide preguntarles, ¿que les pareció Easier?

¿Les gusto la canción? ¿Que opinan del video? ¿LOS AGUDOS DE LUKE?

It Is Complicated✧mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora