09

1.4K 156 91
                                    

10 de agosto del 2013
Tres meses después.

El sonido de las copas de cristal chocando entre ellas era lo que mas había escuchado toda la tarde, después de todo era un día para celebrar.

Su padre había firmado un importante contrato con otra empresa, que solo ayudaría a mejorar sus ganancias y lograrían darle una mejor reputación a su compañía. No era algo que fuera relevante para él, pero como futuro dueño de esta tendría que estar en el comedor, escuchando las aburridas charlas de su padre con sus nuevos socios.

Los últimos días habían sido demasiados aburridos desde acabo la secundaria. Casi todo cambio cuando cumplió 18, su padre se había vuelto mas insistente con su presencia en las reuniones de trabajo o fiestas privadas a las que era invitado.

Aquella seria su nueva vida a partir de ahora y no había nada que pudiera hacer o decir para cambiarlo.

Dado que no había si quiera empezado con su ensayo, lo único que le quedaba era seguir las ordenes de su padre por el momento hasta que la inspiración le llegara (cosa que esperaba que fuera lo más rápido posible porque estaba empezando a molestarle tener mas trajes que pantalones negros en su armario).

Sin que nadie se diera cuenta dirigió su mano al primer botón de su camisa, desabotonándolo, pudiendo por fin respirar cómodamente y no tener que estar moviendo su cabeza sintiéndose sofocado. Sus ojos fueron hacia su hermano, quien estaba demasiado ocupado conversando con unos sujetos como para captar su atención.

Su hermano ya llevaba varios años en la universidad, pero hacia lo posible para venir a la casa cada vez que se presentaba uno de los eventos de su padre, asegurándose de comenzar a hacerse conocido en la empresa y el circulo social de su padre. Estaba haciendo un buen trabajo, no tanto como él, quien se encontraba sentando en su silla, jugando con su tenedor y un guisante.

—¿Luke Hemmings? —dijo una voz llamando su atención, haciendo que dejara de ver el pequeño guisante verde que amenazaba con escapar de su plato —. Soy Samanta —se presento una morena con una sonrisa en el rostro.

—Uh, ¿Hola?

—Soy hija los Darren —volvió a hablar la pelinegra de manera obvia para después soltar una risa —. Mi padre me hizo acercarme a hablarte, perdón si interrumpo algo.

Su mirada volvió a su plato, haciéndolo fruncir el ceño al ver que el guisante había desaparecido ¿En que momento paso? ¿Y en que momento la chica llego a su lado? Solo esperaba que aquel no fuera otro de los planes de su madre para conseguirle pareja.

Era común que los alfas ya tuvieran pareja a esta edad, encontrando a la persona con la que formarían su lazo si es que este era un omega (eso le había comentado su madre hace un tiempo), y al parecer aquello estaba volviendo loca a Gloria. Era obvio que no querían que su menor hijo se quedara solo toda la vida.

Él no tenia ningún apuro en encontrar a una persona con la que pasar el resto de su vida, era joven, tenía una vida por delante y varios años para conocer a demasiada gente. Lo que queria ahora mismo era poder acabar aquel maldito ensayo para irse de su hogar y alejarse de estas reuniones aburridas en las cuales nunca había postres.

Volvió a fijar su atención en la chica, quien obviamente era una omega. Ella tenía una sonrisa amigable, y parecía estarse divirtiendo al verlo jugar con su comida en su plato. Aunque sea esta vez su madre (si es que ella tenía algo que ver) logro conseguirle a alguien que no paraba mirándose al espejo cada cinco segundos como el anterior chico.

—No interrumpes —respondió, dejando sus cubiertos a un lado —. Dime que estas acá por obligación y no porque te gusta hablar de acciones como a mi hermano.

It Is Complicated✧mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora