prólogo

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*Magnus*

Las lágrimas nublan mis ojos, camino sin rumbo. Sin darme cuenta termino aquí, en este puente, aquel donde todo comenzó. Tal vez aquí debía ser el fin...

Mi fin.

Todos los recuerdos llegan a mí, afligen mi corazón, por culpa de ella. Si, ella, tal vez es mi culpa también... Por amarla.

Ella es feliz, estará mejor sin mí.

Quizás nadie me necesite, quizás Cat lloré por mí, también Raynor. Se que me quiere pero no lo demuestra, además de ellos no soy nada para nadie más.

El viento frío golpea mi cara, erizando mi piel. Mis manos se apoyan en el frío metal. Subo al borde de aquel puente, aquí , aquí donde la conocí.

Miró hacia abajo es muy tarde, por eso no hay nadie, nadie para darme el último adiós o para detenerme. Respiro me despido mentalmente de todo y todos, aunque ya había dejado una nota a Cat y Ragnor.

"Lo siento Cat, se que te debo mucho, gracias por estar siempre para mi. Pero ya no tengo motivos para seguir, Ragnor si estas leyendo esto cuida a Cat, esta fue última estupideces que hago los amo mucho, son lo más cercano a una familia que tuve.
Pero ella me robó la sonrisa, la alegría y la esperanza. "

Adiós amigos míos

M.G


Tomo el último respiro, me inclinó y...

Y unos fuertes brazos me rodean, evitando mi caída.

Siento mi cuerpo desfallecer, me toma y me gira, haciendo que le de la cara. Me encuentro con unos hermosos ojos azules. Llenos de preocupación, ¿Preocupación por mí?, ¿Porqué aquel extraño de hermosos ojos, estaría preocupado por mí?.

Traté de luchar y zafarse de sus brazos él sólo me abrazó, se sentía tan bien, sentía que mi lugar era ese, sintiendo como me rodeaba con su cuerpo, escuchando su corazón, sintiendo su olor. Entonces deje caer todas mi barreras, al fin él sólo era un desconocido.

Lloré, lloré con nunca. Él sólo se aferró a mí. No se cuanto tiempo paso cuando me quede sin lágrimas. Él me ayudó a levantarme del suelo, cuando me soltó sentí que mi vida perdía sentido, extraño inmediatamente su tacto.

Mi cuerpo no reaccionó, me fallaron las piernas. Él me atrapó antes de que callera, me tomó en sus brazos cual princesa y susurró a mi oído—yo te voy a proteger—mientras caminaba.

Podía ser un secuestrador, un violador, un asesino serial, pero no me importó igual mi vida ya no valía nada.

Olvide mencionar que había bebido mucho, muchísimo. Sentí mis párpados cerrase, hundiéndome en la oscuridad. No sentía miedo o temor alguno extrañamente me sentía seguro en los brazos de aquel joven de ojos azules.



¡No me dejes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora