¡No me dejes!

lo prometiste

«te lo dije Bane, Alec es y siempre será mío»

Esas palabras retumbaron en mi mente, en ese momento sentí el verdadero miedo corriendome por las venas, helandome la sangre, paralizando mis piernas, acelerando mi corazón. Todo se congelo, recordé como conocí a Alec, él fue mi luz cuando creí estar perdido en las tinieblas pero eso no fue nada a comparación con esto. Él es la razón por la que tengo fuerzas para enfrentar a Camille, por él me levanto cada mañana, es el motivo y la razón de mi sonrisa, él es mi todo.

Yo jamás quise lastimarlo, Alec me ayudó ha superar y ha curarme de mi pasado, solamente quería liberarlo del suyo y sólo habia logrado sembrar duda y dolor en mi chico de ojos azules.

—¡Magnus!—el grito de Alec me hizo volver a la realidad, la cruel realidad.

—¡Cállate!— Jonathan empujó a Alec, mientras me apuntaba a mi, él calló al suelo. Jonathan lo sujeto del cabello y halo.— no puedes hablar sin mi permiso.

— sueltalo— no podía permitir que lo traté de esa manera.

—si no obedeces—siguió, ignorando mi queja— pondré una bala entre los ojos de idiota y otra en su pecho ¿Entendiste?

Alexander afirmó con un leve movimiento de cabeza.

—déjalo ya— intenté avanzar pero Ragnor se interpuso.— no hagas otra idiotas, Bane.

—ahora, sube al auto— un auto negro, estaba estacionado algo lejos del camino. Volvió a levantarlo y regreso el arma hacia la cabeza de Alec.

Al llegar al automóvil alexander regreso la mirada hacia mi— lo prometiste.—dijo y recordé aquella vez. Cuando encontramos a Jonathan con Camille.

«—promete que no dejarás que me lleve y si lo hace no dejaras solos a mis hermanos.

—lo prometo, prometo que no te dejaré ir con él.»

—Alec— grite y corrí hacia ellos en una fracción de segundos, vi como Jonathan se volvió hacia mi apuntando el arma, escuche el sonido del disparo, vi la cara de terror de alec y luego....