final?

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—¡Max!—escuche a Magnus poner el grito en el cielo, yo estaba en la cocina, detrás de la isla— Max Michael Lightwood-Bane.

Él apareció como un rayo y se escondió detras de mí—papi me matará.— no pude evitar reír ante eso.

—cuando te ponga las manos encima, ya verás pequeño. Te dejaré sin videojuegos y sin regalos de Navidad o cumpleaños, hasta que seas mayor—decía Magnus mientras bajaba por las escaleras con algo brillante entre las manos. Llegó hasta la cocina, pero se posicionó al lado contrario de donde yo estaba, evitando así ver a Max.

—¿Qué hizo?— le pregunté, él estendio su camisa favorita. Azul cielo con lentejuelas, le faltaba un pedazo.

— la cortó, Alexander, la corto—cuando me di cuenta, una traicionera lagrima se deslizaba por su mejilla.

—oh, cariño—dije, mientras me acercaba a él. Dejando a Max escondido— es sólo una camisa, encontraras otra igual o incluso más brillante.— en ese momento máx salió corriendo escaleras arriba.

—no me importa la camisa,—lo mire extrañado.— tarde mucho encontrandola y es mi favorita por que es del mismo azul de tus ojos y los de Max.

Él pequeño apareció nuevamente, pasándose de puntillas dejó una hoja de papel sobre la isla, al tomarla mi corazón se estrujo de emoción y se que el de Magnus también.

—lo siento, papi Magnus. Yo sólo quería que llevaras tu camisa favorita en mi dibujo.— y empezó a sollozar. Instintivamente Magnus abrió los brazos y lo acuno como cuando era un pequeño bebé. Volví a mirar el papel, en el estábamos Magnus y yo, con él entre nosotros. Había pegado el pedazo de tela faltante a modo de camisa en un dibujo que pretendía ser Magnus, había un pedazo de tela azul en la ropa de él, y un pedazo de... No puede ser.

—¿Acaso... esto es un pedazo de mi chaqueta de cuero?—dije, mientras Magnus empezó a reír— el karma.

Reí junto a él.

¿Qué paso luego de la muerte de cat? Pues Magnus se mantuvo fuerte y entre los dos sacamos adelante al pequeño Max. Ahora tiene 5 años, es un niño hermoso.

Mi teléfono sonó.—Alexander ¿Max esta listo? Pasaré por él en un momento— escuche a Isabelle

—mierda—susurre, Max no podía escucharme decir ese tipo de palabrotas.—lo olvide, estará listo en unos minutos.—corte la llamada.

Magnus me miró y pareció leer mi mente—la pijamada en casa de Rizzy— miró a Max y lo tomó de la mano—vamos pequeño arándano a ducharse, papá alistara tu ropa.

Rizzy Santiago Lightwood era la pequeña hija de Isabelle, a mi hermana le gustaba hacer pijamadas con todos los niños. Era una niña muy bonita, tenía 4 años. Tenía la piel bronceada de Raphael, los ojos marrones de Isabelle, y el cabello negro. En una pequeña maleta arregle unos cambios de ropa, su pijama, su cepillo de repuesto, etc.

Minutos después mientras Magnus intentaba domar el cabello de Max, tocaron el timbre.—llegó la tía más hermosa de la cuidad—dijo Isabelle resonando sus tacones al caminar.

—pero no veo a Clary por ningún lado— me dedico una mirada herida y luego rió.

Conversamos brevemente sobre cosas triviales— bueno pequeño debemos irnos, aún tengo que recoger a luka.—después de dejarnos un beso más partió junto a su tía. Agradeciamos esas pijamadas pues nos daban un tiempo para nosotros mismos.

Luka Lewis Chen, tenia 4 años es solamente unos meses mayor que Rizzy. Él era la mini-copia de Simón.

Max, Luka, Rizzi eran inseparables Y pronto se les uniría Ignis, ese era el nombre elegido para la bebé de Jace y Clary.

***

La ropa poco a poco empezó a desaparecer, sin la presencia del pequeño y sin el constante temor de que nos descubran podíamos ser más libres.
Bese cada centímetro de su piel, dibujando de memoria cada línea de su figura. Conocía cada lunar, cicatriz y marca en su acaramelada piel, como él de la mía. Siempre nos amamos con la misma intensidad del primer día, era celestial estar dentro de él. Ser uno, unir no solamente dos cuerpos vacíos buscando satisfacción, Sino unir dos almas, dos corazones que se aman.

—te encontré cuando creí que era mi final, pero en realidad era el comienzo. El comienzo de mi vida, una verdadera vida, a tu lado—susurró Magnus a mi oído, erizando mi piel—como dice el refrán "no hay mal que por bien no venga" y tu fuiste mi bien. Cuando el mundo se destruya  Yo tendré un lugar al que llamar hogar mientras tu estés allí. Sólo te pido una cosa— lo mire y sus ojos estaban cristalizado, su cabello era un desatre, y estaba sonrojado.

—¿Qué cosa? Pideme lo que quieras— respondí.

no me dejes— esas palabras retumbaron en mi corazón.

—jamás te dejaré— respondí con toda sinceridad. Nos abrazamos durante un tiempo en silencio, sólo acompañados del sonido de nuestra respiración y nuestros corazones.

***

El teléfono de Magnus sonó.

—no contestes—le pedí. 

—puede ser sobre Max.— tenía razón algunas veces Max se enfermaba por probar la comida de mi hermana.

—yo contestare— tome su móvil y oprimi contestar.

—isabelle espero que no le hayas dado...— empecé, ella me interrumpió su voz sonaba desesperada.

—él regresó y tiene a los niños.— y mi mundo se calló.— se los llevo mientras recogía a Luka—Al notar mi palidez Magnus preguntó que sucedía.

—Jonathan tiene a Max y a Rizzy.

¡No me dejes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora