¡No me dejes!

¿Mi novio?

—él la esperaba a ella, no a ti—se dijo alec mentalmente mientras escuchaba a Magnus,—pero ¿Por que me esperaría?, si ni siquiera nos conocíamos.

—en cambio, apareció un chico con el cielo en su mirada, deteniendome y cuidandome.

Alec se sonrojo Magnus lo miró fijamente. Se fue acercando lentamente al pelinegro, dándole tiempo a retirarse, pero no lo hizo. Necesitaba más cercanía, necesitaba su calor. En un arranque de valor alec tomó el rostro de Magnus entre sus manos, acunandolo con cariño y lo besó.

Fue un beso tierno, lento, saboreandose el uno al otro. La burbuja se rompió por el sonido del teléfono de Alec.

—¿alec?, si aún estas con el chico sexy, dile que esta noche cenara con nosotros.—dijo izzi al otro lado del teléfono.

—y queremos saber si son novios—grito Jace, Magnus que seguía cerca de Alec podía escuchar perfectamente y este lo sabía, así que se sonrojo.

—claro que son novios, los esperamos a cenar.—respondió izzi y corto la llamada, sin darle tiempo a alec de responder.

No sabía que decirle a Magnus. ¿Eran novios?, camino apresuradamente hacia la puerta pero una mano lo detuvo al girarse encontró a Magnus con sus hermosos ojos. Sujetandolo, evitando que huya.

—¿a que hora es la cena?, cariño

—t-tu irás a la cena, ¿co-como mi no-novio?—por que demonios había preguntado eso, el acaba de salir de una mala relación y tal vez sentía que lo estaba presionando, al fin y al cabo sólo fue un beso.

Mi primer beso.

Si, le entregue mi primer beso a aquel chico de mirada hermosa, él cual era prácticamente un desconocido.

—pues....—vi una chispa de inseguridad en sus ojos— si no quieres que valla...

—claro que quiero que vallas—dijo alec con más emoción de la que pretendía, sonrojandose al instante— claro... si tu quieres—dijo evitando mirarlo.

—claro que quiero—un brillo apareció en sus ojos—ahora dime a que hora debo estar listo para conocer a la familia de mi hermoso novio.

Si por que ahora era novio de Magnus Bane—pensó Alec

—A las 8—fue lo único que alec contestó antes de chocar sus labio con los del moreno.

Entre besos apasionados y caricias, llegaron a la habitación, callendo sobre la cama pesadamente. Magnus sobre Alec.

—¿Aún la amas?—preguntó Alec de pronto, dejando a Magnus confundido un momento hasta que entendió a quien se refería.

—no, creí que la necesitaba que mi vida ya no tenía sentido sin ella, por que me hizo pensar que de ella, de su presencia dependía mi vida, llevo sufriendo por ella 6 meses. Hasta que apareciste, se que me puedo estar equivocando y que tal vez esto es muy pronto, pero siento que eres el indicado, en tus ojos no hay maldad. Tu mirada muestra la sinceridad de tus palabras y quiero intentarlo.

Magnus le dio un último beso y fue a ducharse.