algo anda mal

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—no,no,no...— la había regado, ahora tenía Alec creyendo que lo dejaria.— cariño, calmate.

— pero...— sorbio por la nariz y seco las lágrimas que estaban a punto de escapar de sus ojos— ¿No me dejarás?

— oh, cariño. Eso jamás pasará mientras tu no me dejes a mi— Alec se cubrió la cara con ambas manos.

—me siento tan estúpido— dijo mientras sus mejillas se teñian de carmesí.

—no cariño—lo rodeó con sus brazos— el estúpido soy yo, hice una mala elección de palabras.

—bueno ¿qué es lo que querías hablar entonces?—se removió un poco entre los brazos de Magnus, para acomodarse.

—mi amiga Tessa tiene una gran pasión por los libros y bueno, quería saber si ¿Podrías acompañarla a comprar unos cuantos?— le había pedido a todos los Príncipes de Edom, para que Alec asepte. Lo necesitaba fuera de casa para que pueda realizar su plan.

Alec escondió la cara en el pecho de Magnus y empezó a reír— claro que si, ¿no pudiste haberme dicho eso desde el principio?

—lo siento— soltó a Alec— ¿Vemos la casa de papel?— el ojiazul asintió y se dirigió a preparar todo. Magnus tomo su celular y envió un mensaje.

Listo, Alec estará fuera.

***

Alec se estaba vistiendo para encontrarse con Tessa, ella lo encontraría en un café cercano. Vestía un cómodo y desgastado suéter, junto con unos Jean.

Dejó su móvil junto al de Magnus en la isla de la cocina. Estaba por marcharse pero tuvo que salvar a presidente miau de ser convertido en un abrigo por Magnus.

—calmate, es sólo un inocente gato— trataba de abogar Alec mientras os tenia al gato entre sus brazos, dejándolo fuera del alcance del moreno.— no sabía lo que hacia.

—él es un ser del infierno— le arrojó un cojín, que Alec esquivó— sabía lo que hacía, yo lo vi sonreír mientras hacía jirones mi chaqueta, ¡¡MI CHAQUETA CON BRILLOS, ALEC!!.

—tienes muchas chaquetas con brillo— Magnus le lanzó una mirada furiosa— y presi no estaba sonriendo.

—si, y lo esta haciendo ahora. Porque lo estás defendiendo a él en lugar de a mí— mientras se cruzaba de brazos con actitud ofendida.

Alec dejó a presi en el suelo, el animal se movió con agilidad y elegancia hacia la cocina, Alec se acercó a Magnus y lo rodeó con sus brazos.

—tonto, sólo evitó que hagas algo de lo que después lamentaras— el moreno se resistió a mirarlo.

—jamás le he hecho algo a presi de lo que me arrepienta— Alec sonrió de lado.

—¿recuerdas la semana pasada, cuándo lo dejaste fuera porque tiró uno de tus frascos de brillantina?—Magnus lo miró con indignación pues sabía lo que seguía.— luego lo buscaste por toda la manzana, ya que no lo viste, incluso me echaste de la cama para dormir con él.

—eso fue un caso especial—Alec sonrió.

— puedo contarte muchas cosas así....— no pudo terminar la frase, Magnus colocó las palmas de las manos sobre su pecho y le dio un breve beso.

—pero tienes que ver a Tessa— Alec abrió mucho los ojos, pues estaba tarde.— adiós

Alec tomó su móvil, sus llaves y salio.

***

Al llegar encontró a Tessa en una de las mesas del fondo. Estaba leyendo un ejemplar de "orgullo y prejuicio".

—es un buen libro— dijo haciendo que ella levante la mirada— lo siento por la tardanza.

—no te preocupes—cerró el libro y lo invitó a sentarse— quieres café, antes de ir a buscar libros.

—claro, hice una lista de mis preferidos— ella sonrió, le causaba ternura ver a ese chico tan, tan distinto a Magnus. Tomó su teléfono y miró el aparato como si fuese un objeto de otro planeta.

—¿Que sucede?— preguntó la castaña.

—tomé el móvil de Magnus por accidente.— y con el único que Magnus descuidaria su móvil.

Estaba por guardarlo cuando llegó un mensaje.

Alec ya se fue?

Le pareció raro, pero contestó un "si".
Tessa se acerco a Alec y miró el móvil. Pronto el número desconocido contestó.

Estoy en camino, prepárate.

La maldita duda se instaló en el pecho de Alec, como un visitante molesto. Deslizó la pantalla, para ver los mensajes anteriores.

Te encargaste de Alec? 

No, dame unos minutos y lo solicionare.

Esta bien, brillitos

Listo, Alec estará fuera.

Entonces, te veré mañana dulzura.

Te esperó, bombón.

El color abandonó incluso el rostro de Tessa, Magnus no sería capaz.

—Alec, esto debe ser un malen....— no pudo terminar pues Alec ya había abandonado el café y se diría presuroso al apartamento.







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