no digas nada

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Les pido escuchen la canción

Unas horas antes.

—señora Loss— la joven enfermera me despertó, había huido de mi habitación para venir a revisar a Ragnor. Y me quedé dormida, junto a él, tomando su mano.— debe ir a su habitación, no le hace bien a su bebé.— ella tenía razón, no era bueno para mi niño.

Estaba por levantarme y cuando iba a soltar la mano de rag sucedió.

—Cat....— su voz fue apenas un susurró. Pero lo escuché, mire a la enfermera y ella tenía la misma expresión sorprendida que yo, eso queria que ella tambien lo había escuchando. No me lo estaba imaginado. Ella salió de inmediato a llamar al médico.

—Rag, mi amor, no te esfuerzes ya aún estás débil— pero la menos estaba despierto.

—cat, no tengo mucho tiempo— ¿De que demonios hablaba? Debió de ver el terror en mis ojos— no me hagas caso estoy delirando.—sonreí y el por instinto también lo hizo. Y por Lilith esa sonrisa, como amo esa sonrisa.

—cat, te amo—extendió su mano y me hizo un lado en la camilla. Me recoste y él acarició mi cabello. El doctor ingreso a la habitación—sólo denos unos minutos— y el doctor extrañamente se retiró sin decir más.

Él continuó extrañaba esto, su calor, el sonido de sus latidos, su olor, su respiración, a él.

—cat, escuchame y no me interrumpas— estaba esforzando su voz pero no lo interrumpi tal como pidió— te amo, eres el motivo de mi sonrisa. Fuiste, eres y siempre serás mi mejor amiga, mi novia, mi vida, la niña de mis ojos. Me alegré mucho cuando supe que estabas embarazada.— sentí sus lágrimas mojar mi cabello, Pero no me dejo levantarme— fui el hombre más feliz del mundo, al saber que dentro de ti había una personita, fruto de nuestro amor. Se que tengo defectos, que no soy una persona muy alegre. Pero tu logras hacerme reír hasta que duela, por que tu eres la única que saca lo bueno de mi. En esta y en otra vida te amaré, eso no lo olvides. No hubo un día en que te ame menos, para mi todo en ti es perfecto. Tus raros antojos y malestares me tenian con los nervios de punta, más cuando querías que pruebe tus raras combinaciones— soltó una pequeña risa— no quiero que me expliques nada, simplemente quédate aquí, conmigo. ¿Sabes? Todo este tiempo escuché tus palabras y con eso me basta, se que te escapas de tu habitación como una adolescente sólo para verme. Se que nuestro bebé es un niño. Guarda silencio y quédate aquí. Mañana veremos que hacer. — el silencio de la noche se propagó, unos minutos después.

—te amo— fue lo único que respondi.

Al despertar sentía unos fuertes brazos cubrirla y pegarla al cuerpo de su amado, pero algo no estaba bien, escucho el pitido incesante de una de las máquinas. Habían dormido algunas horas, debían ser las 2 talvez 3 de la tarde. Pero algo no estaba bien, faltaban el característico calor de Ragnor, faltaba su respiración erizandome la piel, faltaban.....
Sus latidos.

Me levanté de golpe, es estaba muy frío, incluso fue difícil que Me suelte, su cuerpo estaba rígido. Las lágrimas empezaron a traicionarme, ya que aunque lo quisiera negar en el fondo sabía que ocurría.

—¡enfermera!—apenas grité, tomé más fuerza— ¡¡ayuda!! ¡¡Enfermera, ayuda!!.

Segundos después la enfermera y médico estaban en la ha habitación, alarmados por mis gritos. Miran el monitor de donde proviene el sonido, ella me ayuda a levantarme y me saca del lugar. Escucho, movimiento y órdenes del médico pero mi cerebro no lo procesa. Sólo tengo la imagen de mi amado en esa camilla sin pulso, sin calor, sin..... vida.

Llegue a la habitación que me designaron—señora Loss— hablo la joven con amabilidad— no ha probado nada durante el día, le traeré algo de comer.— estuve a punto de protestar pero recordé que tenia un bebé al cual cuidar. Simplemente asenti con la cabeza.

Cuando ella se fue, me abrace a mi misma y lloré, lloré por que sabía lo que acababa de ocurrir pero mi corazón se negaba a aceptarlo.

Minutos  después la misma joven regreso con una ensalada de frutas, sin muchas ganas la comí— ¿Cómo esta mi Ragnor?— pregunte cuando ella estaba por llevarse el plato. Ella me miró y juro que había lástima en sus ojos.

—llamaré al doctor— sin más se retiró.

***

—yo...— sabía que los médicos parecen insensibles al dar malas noticias, pero a este hombre en realidad le está costando—iré al punto, lo siento hicimos todo lo que estuvo en nuestro poder. Pero cuando llegamos el ya había muerto. — sentí mi mundo derrumbarse, escucharlo lo volvía más real, ya no era simplemente una pesadilla.

Me quedé sóla, con un niño en el vientre. Pensé en Magnus, él esta tan preocupado por Alexander pero tengo que avisarle.

Raphael....

Regreseeeee!!!!

No hice la muricion, lo siento Por desaparecer. Mi disculpa es todos los cap seguidos. Y para mñn el epílogo.

¡No me dejes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora