Noveno capítulo.

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— eso lo tendrás que descubrir niña. Quédate con la mascarilla, pero que sepas que cuando uno se mete en la mierda, es muy difícil salir. –comentó en un tono divertido. Me miró con una macabra sonrisa en sus labios y solo se levantó de la mesa– cuídate, Min.

Se acercó a mi y desordenó mi cabello amistosamente como si fuéramos amigos de toda la vida, parecía divertido, cosa que era muy rara en él. Podría decirse que lo suyo es el sarcasmo y la ironía.

Cuando salí de mis pensamientos tan solo me di cuenta de que él se alejaba a paso lento con sus manos en los bolsillos de sus pantalones negros, como el resto de su ropa.
Observé pacientemente como su silueta se iba difuminando cuando él se alejaba cada vez más, al final salió de mi vista dejándome sola, en el limbo con miles de pensamientos en mi cabeza que se clavaban como agujas a mi cerebro para que les preste atención a cada uno de ellos.

Pero en este momento la pregunta que le había hecho me carcomía la cabeza, ¿yo le gusto?
No puede ser, él es... él. No hay nada más que decir, pero pensándolo mejor, Jeon no habría tenido problema en decir un simple "no" a mi pregunta, y todo arreglado. O quizás sus intenciones eran que me comiera la cabeza, y si esas eran, lo había conseguido.

La campaña me sacó de mi ensoñación y solo me levanté tomando mis cosa ay yendo a mi próxima clase. Aún tenía la mascarilla de Jung, no me la iba a quitar y si los profesores me decían de hacerlo, que se fueran a la mierda. No sé que les importará, tampoco es que participe en clase a si que no hay motivo para retirar el cubre bocas. Una gilipollez.

Las horas de clase iban pasando una a una, cada cual más aburrida que la anterior hasta al fin terminar la maldita jornada de instituto de North Balley.
A la salida, pude divisar al grupo del inútil de Jimin, tan solo estaban tratando de ver debajo de las faldas de las animadoras. Supongo que no tienen otra cosa que hacer, aunque no tenían que esforzarse en mirar, esas faldas eran igual de cortas que la inteligencia del grupo.

En lo que yo me burlaba mentalmente del grupo, Jeonpareció por la puerta acercándose a mi y pasando sus manos por mi cintura haciendo que me sobresaltara. Él, al ver mi reacción, soltó una pequeña risa acompañada de un "shhh".

— hey, soy yo, no te asustes que no te voy a secuestrar. Te voy a llevar a un sitio pero no es un secuestro. ¿Entendido? –comentó divertido cerca de mi oido– venga, se nos va a hacer tarde. Tengo el auto estacionado allí. Y no preguntes como está allí si está mañana vine caminando.

Parecía que leyera mi mente, estaba pensando en preguntarle qué hacía aquí su auto pero bueno, supongo que aunque pregunte no voy a obtener respuesta.
Me dejé guiar por el, sintiendo como él pegaba mi cuerpo al suyo pero sin ninguna mala intención, aunque la manera en la que lo hacía era algo sobre protectora. La gente empezó a mirarnos bastante extrañada de que Jeon estuviera conmigo, y viceversa, que yo estuviera con él. Aunque no nos importaba a ninguno de los dos.
Nada más llegamos al estacionamiento, comencé a mirar a nuestro alrededor tratando de adivinar cuál sería su auto. Apostaría por algo básico, no demasiado caro y de un color... negro, eso lo tenía más que claro.

Jeon siguió guiándome por el lugar hasta llegar frente a un deportivo negro mate que se encontraba en la esquina del estacionamiento, escondido detrás de unos cubos de basura para que no fuera visto. Estaba colocado estratégicamente para que nadie lo viera.

— ¿enserio este es tu auto? –pregunté incrédula extendiendo mi brazo y acariciando la hermosa carrocería del coche– es tan... inusual.

— anda, solo monta. Por cierto, bonito collar. — me dio una pequeña sonrisa sin mostrar sus dientes de conejo y seguidamente, se subió al auto como piloto comenzando a prender el motor.– venga, no tengo toda la tarde.

No podía reaccionar bien al cambio de actitud tan repentino que mostraba conmigo. Ahora era agradable y hasta caballeroso. Me había sorprendido aquel alago, el del collar, que un día apareció en mi cuarto por arte de magia. Lo llevaba puesto desde aquel día, no me lo había quitado en ningún momento. Era lindo pero la razón era algo más del primer mundo, me daba pereza quitarlo.
Además era muy torpe con esas cosas y prefería no perder mi tiempo abriendo y cerrando el cierre del collar.

Escuché el claxon del auto y vi que Jungkook estaba perdiendo la paciencia que había desarrollado, a si que preferí mejor no agotarla. Me subí rápidamente como copiloto y me puse el cinturón de seguridad.

— ¿me puedes decir a donde vamos? Sabiendo tan solo un poco de ti puedo asegurar que eres capaz de ir a un precipicio y pisar a fondo el acelerador hasta caer. –lo miré pero él no me dirigió su mirada y tampoco abrió su boca en señal de que no iba a hablar a si que solo me quedé mirando enfrente de mi como salíamos del instituto– podrías pasar por mudo perfectamente y sin problema alguno.

— y tú podrías hacer hablar a uno de lo cotorra que eres –dijo con gracia mientras manejaba hacía una zona que yo no conocía– el baile de fin de curso está cerca.

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Yaya, ya reviví. Siento haber dejado esta historia abandonada pero ya reviví.
Ahora actualizaré más seguido porque tengo la inspiración por las nubes. Les agradezco el amor que están dando a esta historia, sigan así y compartidla, me hace muy feliz que llegue a tantas lecturas.

Bueno no me enrollo más. Si le dan mucho amor a este cap publicaré el siguiente más rápido.
Bais, los amooo 💕

Playgirl - jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora