Capítulo diecinueve

2.9K 236 50
                                    

El hospital enfrente de mi, el viento moviendo mi cabello, el calor haciendo que mis manos sudasen. Aunque quizás no era el calor, si no los nervios que estaba sintiendo en aquel momento.
No estaba preparado para entrar en la sala, pero lo haría. Por ella y por mi, por nosotros. Yo sé que estamos destinados a estar juntos, yo sé que podemos casarnos. Tener una familia a su lado es mi mayor sueño y me gustaría poder cumplirlo, pero sólo podría si ella me perdonara.

Lo que yo había hecho, era imperdonable pero el corazón de mi pequeña, aunque al principio sea duro y te rechace, termina por aceptarte y cuando lo hace ya no hay forma de que te odie, a no ser que hayas hecho algo muy grave.
Y esperaba que mi acción no hubiera sido lo suficientemente grave como para desalojarme de su corazón, de aquel lugar palpitante y lleno de vida que me acogía como si fuera mi casa.

Volví a sentir las lágrimas invadir mis mejillas, comenzando una carrera por quien llegaba antes de mi mentón para luego caer hasta un vacío que terminaba en el suelo. Pero sabía que tenía que hacerlo. Yo era en el único en quien ella confiaba, y sin mi, no confiaría en nadie más aunque rezara porque siguiera confiando.
Al menos en el amor...

Con una mano en el pestillo y mi mirada alta, abrí aquella puerta, la puerta de mis miedos.
Al verla ahí, acostada con una máscara respiratoria y un gran vendaje en su estómago sentí como mi interior se revolvía queriendo irme de allí para matar a mi hermano, pero ahora sólo quería estar con ella.

— Todo estará bien... todo estará bien... –dije acercándome a la camilla posando una de mis manos sobre la suya.– Pequeña, siempre estaré para ti. Entenderé si ya no me amas, si ya no confías en mi. Pero solo quiero que sepas que nunca fuiste un urgí para mi, yo te amo de verdad... No sé si me recordarás, yo era el hermano pequeño de JungHyung... el que algunas veces aparecía en la habitación para llevarte el desayuno. Aunque no creo que lo recuerdes, siempre estabas dormida... te veías tan tierna como ahora. Siento no haber tenido agallas en el pasado, podía haber evitado los maltratos pero solo me dedicaba a llorar en una esquina de mi habitación mientras escuchaba tus pequeños gritos. Yo estaba enamorado de ti, bebé... y quiero que sepas que siempre lo estaré. Pero solo quiero que me perdones, por lo idiota que fui en el pasado y por lo gilipollas que soy ahora. Quería pedirte una segunda oportunidad pero... con que me perdones me basta. Pero quiero que me prometas una cosa... –acaricié sus frías manos y las acerqué a mi rostro dejando un húmedo beso en cada una de ellas.– Cree en el amor... sigue creyendo. Puede que haga daño pero... si encuentras a la persona indicada, te hará muy feliz y compensará todo lo malo que has pasado. Quizás esa persona no soy yo, pero no me importa. Yo solo quise que seas feliz...

Tapé mi rostro con una de sus manos tratando de que sintiera mi piel pero ella estaba inconsciente, en coma. Sentía un gran dolor en mi pecho y temía que aquel pitido, lento y rítmico de la máquina cuenta pulsaciones, cesara.

Estaba tratando de ser fuerte, no pensar en las Mil posibilidades de que ella muriera, pero no podría aguantar mucho más.
Al poco tiempo me desplomé sobre su cuello, llenando este de lágrimas. Quería poder abrazarla y ser correspondido, escuchar su voz llamarme idiota y luego recibir un golpe de su parte. Quería cualquier cosa suya... un pequeño balbuceo me bastaba.

Pero sabía que eso no iba a pasar, pues no iba a despertar...

Cerré mis ojos con fuerza, sintiendo como su pecho subía y bajaba levemente con ayuda de la máquina que la ayudaba a respirar. Quería poder estar en su lugar. Ella podría rehacer su vida mientras yo cumplía condena por haber sido un completo idiota y quedarme en estado vegetativo por siempre. Solo quiera que ella fuera libre, sin ataduras ni compromisos. Como aquel pájaro libre con el que hablé la primera vez, aunque no era ella, solo la barrera que la protegía.

Su verdadera faceta era mi bebé, aquella tierna chica que me invitaba a pasar la noche con ella sin ningunas segundas intenciones. La que me abría la ventana para que su madre no se enterara de que estaba allí, aquella que manchaba mi nariz de helado para luego limpiarme con un beso. La extrañaba, y tan solo habían pasado dos días...
La quería de vuelta...

- Daría todo por que despertaras... moriría para que tú fueras feliz. Prometo acabar con JungHyung... lo haré por ti, por nosotros o lo que fue nuestra relación... pero sobre todo por ti bebé. Para mi siempre serás mi pequeña... –limpié con brusquedad mis lágrimas y dejé un pequeño beso en su frente acariciando su cabello. Pasé algunos mechones que cubrían su rostro atrás de sus orejas para despejar sus hermosas facciones.– Te amo..

Playgirl - jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora