CAPITULO VEINTE

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Estaba impaciente lo sabía.

Quería que anocheciera y poder encerrarse en su dormitorio con ella, que le repitiera que deseaba aquello tanto como él.

Así que cuando se inclinó ante la sala y luego ante él para indicar que daba el día por terminado y que se retiraba, su sangre comenzó a arder dentro de su venas, transpiraba por la agitación, tenía que limpiarse el sudor de las palmas de las manos en la ropa.

Pero y que pasaría si ella había cambiado de idea, si volvía a ser la fría y centrada guerrera que le guardaba la espalda?

Estaba en el pasillo, delante de la puerta, indeciso, en una de las vueltas sobre si mismo, vio a la ama subir la escalera con una bandeja portando un tazón de leche, la mujer pareció enrojecerse al vele en la puerta.

*-Que sucede ama?

*-Como ayer os costó conciliar el sueño, me he tomado la libertad de traeros esto por si más tarde lo necesitáis.

Y un cuerno iba a permitir entrar a nadie en su dormitorio y que pudiera distraer las intenciones de Kara, si es que las tenía. Cogió el tazón y se lo trasegó sin respirar, quedándose un poco impactado.

*-Estaba muy caliente señor¡¡

La hizo un movimiento repetitivo con la mano para indicarla que podía retirarse, más porque se había abrasado la garganta que por no hablarla. La mujer de edad avanzada, realizo una inclinación de cabeza en señal de respeto y despedida y se marchó bajando la escalera.

Ahora si necesitaba parar un minuto o dos antes de poder entrar en el dormitorio.

Lentamente movió la manilla de la puerta y la empujo despacio esperanzado en que no chirriara y le delatara, quería intentar adivinar que pensaba Kara antes de actuar.

Pero el dormitorio estaba casi a oscuras, cuando nunca había estado así. También había un olor en el ambiente algo diferente, un aroma intenso y familiar que...

Un sonido entre sorpresa y recogimiento le atrajo la mirada hasta la chimenea, en donde vio una tina.

*-Habéis subido pronto.

Kara estaba en la bañera con el cabello sujeto en lo alto de la cabeza y parcialmente escondida por la espuma del jabón.

*-Perdona no sabía...

*-Me retire temprano para poder tomar un baño sin molestar a nadie.

*-Porque iba a molestarme que te bañaras ¿

*-Se necesitan varias criadas entrando y saliendo durante un buen rato para llenarla y del mismo modo para vaciarla.

*-Y ya has terminado?

Ella movió la cabeza negativamente.

El despacio se subió la manga de la camisa, doblándola pertinentemente y asió el paño que estaba en el bode de la tina, enjabonado, claramente dispuesto para hacer de esponja.

*-Me permites frotarte la espalda?

Ella asintió.

Evidentemente ambos sabían que después de la espalda, vendrían otras partes del cuerpo, hasta que poco a poco, él había recorrido toda su anatomía, excitando cada centímetro de piel.

*-Kara debes de darme una respuesta clara ahora mismo.

*-Cual es la pregunta ¿

*-Me acompañaras a la cama y me dejaras poseerte o tendré que salir de este cuarto hasta mañana.

Ella se puso de pie en la tina y sonrió.

*-Mejor me acompañáis vos a mí.

Y de repenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora