A la mañana siguiente, todo seguía igual, las ojeras de la señora eran más que evidentes, al ordenar que las camas de los dos hombres por despertar fueran movidas, hacia los ventanales, para facilitarles el aire fresco, ya que allí era el lugar donde habían estado los primeros hombres en despertar.
Mando que uno de los mozos de las caballerizas, les diera un baño de lienzo, para que estuvieran frescos y les vistió como se vestían ellos en un diario, les dijo que quizás se sintieran tentados de volver antes, si los trataban como siempre en lugar de como enfermos.
Y porque la noche anterior, la pareció recibir señales de que el regente estaba por despertar, que no faltaba ya mucho.
Atendió los asuntos que la presentaron delante como urgentes el resto de consejeros y después fue a visitar al maestro, supuestamente sería una visita corta, pero llego a más de dos horas.
Lo que los demás no sabían era que al reposar la cabeza en el sofá de visitas del cuarto del maestro, se había quedado profundamente dormida, durante esas dos horas.
Termino después de despachar los asuntos de la casa y marcho a cenar, para a continuación ir raudamente hasta el lugar en donde velaría a los dos hombres.
La noche como siempre comenzó con el silencio roto por sus palabras, comentándoles a ambos que había ocurrido a lo largo del día.
Se sentó a leer y pareció quedarse un rato transpuesta, hasta que un ruido la llamo la atención.
Salió para comprobar que ocurría.
Al segundo de abandonar el cuarto, un hombre joven, vestido de negro, entro en escena colándose por los ventanales. Asió un cojín de una de las sillas cercanas a los camastros y camino, con malas intenciones hasta la cama en donde estaba el regente postrado con ambos brazos estirados a lo largo del cuerpo.
Avanzo muy despacio, tenía que ser cuidadoso y evitar que el hombre se agitara mucho, tenía que parecer una muerte natural por asfixia.
Le coloco el cojín y espero alguna reacción, que al no obtener, le indico que debía apretar el cojín con cuidado y firmeza para conseguir cortar la comunicación de aire.
Casi al mismo tiempo, sintió como Liam le cogía de un brazo, Aidam del otro mientras que una delicada y afilada daga, le hacía levantar la cabeza para evitar el peligro de cortarse en el cuello.
*-Por fin te atrapamos sabandija.
El hombre no despegaba los labios, solo los miraba destilando veneno por los ojos, que brillaban verdes a la luz de las antorchas.
*-No me suena su cara de algo?
Ella se acercó y tirando del bigote se lo arranco.
*-Así se parece al heredero del oeste, pero así...-tiro de su barba- tenemos a Nelia, la guardesa que entreno con nosotros durante mucho tiempo, antes de ser destinada a vuestra madre.
*-Por eso no conseguíamos encontrar a la mujer que sedujo a tío, porque ahora era un hombre.
*-Hasta cuatro personajes ha estado haciendo en la mansión.
*-Y tu descubriste esto...?
*-El día de la explosión, vi como algo era tirando contra los vidrios de la ventana, lo hicieron para que estallara la casa, así que mande a una persona ajena a nosotros a perseguir las huellas de quien hubiera sido y como no era un soldado, aunque posiblemente lo vio varias veces tras de sí, no se percató de ello. Debemos darle una sustanciosa paga.
Un grupo de guardia duramente armado entro en la habitación y se llevó a la prisionera sin miramientos ningunos a una mazmorra en donde seria interrogada
*-Ahora quiero que salgáis de esas camas y me abracéis como es debido, me habéis tenido muerta de miedo los dos, pero claro, sabía que no debía de dejaros solos, sois ambos un par de luchadores, cabezotas y taimados.
Los tres se fundieron en un abrazo, y así fue como se los encontró la ama, que no sabía, si reír, llorar o salir a cotillear las buenas nuevas. Así que opto por lo último y día la noticia del que el señor y su guardián habían despertado.