CAPITULO VENTICUATRO

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El registro de dicho pabellón de caza, resulto un cumulo de información, sobre todo reciente, ya que se advertía, que había seguido siendo usado hasta hace poco, quizás esa misma mañana.

Ropa de mujer y de hombre, desperdigada por todas partes, como si hubieran tenido que salir a la carrera o como si no se preocuparan del aseo del lugar.

Encontraron algunos documentos y estaban bastante alborozados porque eso les acercaba más al traidor real y sobre todo a los peones. No podían darse el lujo de ir a por la cabeza pensante sin eliminar al mismo tiempo a los ejecutores activos.

*-Me parece a mí o ha subido bastante la temperatura en el rato que llevamos aquí?

*-De hecho me siento incómodo y pegajoso, reconozco que he mirado varias veces la chimenea para cerciorarme de que estuviera apagada pues huelo a humo.

El maestro, asió los brazos de los dos jóvenes muchachos al tiempo que levantaba la cabeza sobresaltado.

*-Hay un tipo de fuego químico provocado de combustión lenta, se va esparciendo por lo bajo de los incendios y apenas crea humo, hasta que es alcanzado por una entrada de oxígeno, entonces crea una deflagración y provoca una detonación parecida a la bala de un cañón.

*-Vos creéis...?

*-Es posible que al entrar y tocar sin control alguno hayamos activado una trampa.

*-Entonces...?

*-He de decir que lamentablemente aunque conozco sobre el tema no sé cómo podemos salir ilesos de esta si este es el caso.

Liam grito fuertemente.

*-Todo el mundo aléjense de las puertas y ventanas no toquen nada más.

Los tres soldados que estaban con ellos retrocedieron asustados hasta el centro del lugar.

Liam avanzó en sentido contrario para hacerse oír por los soldados que estaban en el exterior.

*-No quiero que nadie se acerque a la casa, márchense todos y traigan 2 carros llenos de arena. Contenedores con agua y personal de labranza para controlar un incendio.

Pase orden de que nadie se acerque a la casa ni a dos metros.

Solo en caso de que se incendie tienen permitido el paso, y actúen rápido hay seis personas dentro.

Se dio la vuelta y miro a sus compañeros.

*-Como se actúa para repeler una bala de cañón?

*-No se puede.

*-Pero si nos podemos parapetar y esperar que no nos alcance de pleno ¿No?

Todos asintieron con la cabeza.

*-Maestro guarde esas pruebas en esa caja de latón, quizás si tenemos suerte las necesitaremos.

Nosotros haremos una barricada con todos los muebles que podamos arrastrar. Los más pesados abajo.

Tú, corta unos pedazos de mantelería y busca donde mojarlos, si no hay agua, usa el de los floreros.

Tenemos que hacer una madriguera que nos proteja y no nos abrase.

A trabajar.

Todos empezaron a colaborar, lo más aprisa que les daba el tiempo, ya que no sabían cuánto tiempo les quedaba.

Y de repenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora