Tercera persona.
Kise era una persona amable, que siempre sonríe y que ayuda a los demás apenas tiene tiempo libre. Pero en estos momentos, es como si un aura negra le siguiera y nadie se atrevía a hablarle.
Y es que, Kise lo odia, odiaba y odiara el resto de su vida, estaba mas molesto con cada día que pasaba y aun mas enojado con cada momento que sentía la maldita marca arder. Durante esos días, miles de pensamientos habían pasado por su mente, todos relacionadas a castigos contra el moreno, muy dolorosos castigos, cabe decir.
-hm... Kise- habla su manager al notar que el rubio no le estaba prestando atención- ¿escuchaste todo lo que tenía que decirte?
-la verdad no y no me importa- habla molesto mientras mira su teléfono en busca de noticias, o alguna página, que le diera alguna salida de uno de sus grandes problemas.
El otro... oh, demonios, el otro problema le tenia con los pelos de punta.
Definitivamente, había cometido un error, un gran error al bajar la guardia de esa manera.
Ahora que el idiota de Yukio sabía donde trabajaba, no le iba a dejar en paz jamás, pronto sabría donde vivía, peor aún, si comienza a abrir la boca de que tenía pareja, pronto no podría ir a ningún lado tranquilo.
Todo era culpa del idiota de Aomine, sin duda.
Y hablando del chocolate ese, Kise le había enviado un mensaje en la mañana y aún no respondía ¿¡como se atrevía!? En la mañana le había pedido que fuera a un doctor en busca de ayuda, pero aún no tenía ninguna noticia por parte de Aomine y eso le ponía molesto.
Luego de que por su culpa, estaba en un problema enorme, se atrevía a no responder.
Sin duda, nunca debió involucrarse con ese idiota.
Desde un comienzo, su intención solo había sido molestarlo, de hecho, Kise estaba seguro que escaparía apenas le dijera que quería tener sexo con él, pero resultó ser bastante bueno en la cama, y tenía un miembro que se ajustaba realmente bien con el, por eso, decidió seguir como amigos sexuales, pero nunca se espero a salir marcado.
Suspira mientras le comienzan a maquillar y peinar, tenía una sesión de traje de baño, la cual, había pedido muy exhaustivamente, que no se le tomarán fotografías de espalda, aunque debía pasar por los de peinado, quienes se entrarían igualmente.
Pero Kise se negaba a darle detalles a los chismosos, le preocupaba lo que dijeran, si, pero sería su palabra contra la suya.
Estaba molesto mientras hacía muecas al espejo, cuando su teléfono comenzó a sonar.
-al fin respondes- habla enojado- ¿encontraste algo?
-nada aún, hay algunas que son cosméticas pero nada más- habla el moreno desde la otra línea mientras Kise suspira con fuerza- ¿y tú?
-solo a un idiota que dice poder romper todos los vínculos, le pedí una cita para mañana- habla mientras el chico que le peina a ajustaba los últimos detalles.
-bien, entiendes veremos que dice- habla en tono sin ánimo, para luego cortar.
Kise se molesta un poco por la manera en la que el moreno termina la llamada, pero le quita importancia al pensar que Aomine siempre ha sido brusco... En todo sentido.
Su teléfono suena nuevamente y contesta sin mirar el número.
-escucha, si tienes algo más que decir, envíame un mensaje, estoy por entrar a una sesión y no puedo responder llamadas- habla a punto de cortar pero la voz en el teléfono le hiela la sangre.
-siempre que hablas, tu voz es muy hermosa- susurra aquella voz que solo le causa pesadillas- ¿tienes trabajo hasta tarde hoy?
De solo escuchar lo último, Kise corta y apaga su teléfono asustado, ahora ya no podría huir.
Luego de eso, Kise se enfoca en trabajar, nada más, no atiende llamadas, no ve televisión, ni sale del edificio.
Aunque esa es la menor de sus preocupaciones.
Pasan algunos días, en los cuales, sólo va a trabajar y a casa, procura salir lo más cubierto posible para que Yukio no pueda reconocerle, incluso ha pensado en comprar una peluca para poder estar más tranquilo.
Inventa que ha perdido su teléfono para cambiar el número, aunque aún no se atreve a contestar números desconocidos. Nuevamente, Kise vive en el miedo de perder su privacidad de nuevo, le aterra la idea de saber que Yukio aparecerá en cualquier momento.
Una tarde, cuando quiere salir para ir a casa, la puerta se encuentra llena de reporteros, quienes gritan preguntas al rubio de todo tipo.
El equipo de seguridad le ayuda a llegar a un taxi, para luego llegar a su hogar, donde habían más personas a la espera de que llegara para llenarle de preguntas.
Aunque la que más le lleno de dudas fue ¿cuando es la boda?
¿Boda?
Cansado, llega a su departamento para darse una larga ducha y tirarse a su sofá, donde decide prender la televisión.
Pero al prender la TV, se lleva una gran sorpresa...
"OFICIAL: KISE RYOUTA ESTÁ MARCADO Y COMPROMETIDO"
-así es, señoras y señores, Kise Ryouta se casa, con un alfa, un deportista, si mal no nos informan- sonríe la presentadora mientras imágenes de el y Aomine aparecen en pantalla, imágenes de ambos hace unas semanas y casi cuando apenas comenzaron a "salir"
No conformes con eso, había fotos de su marca, muy claras, por cierto, que confirmaban que estaba unido a un alfa.
Quien sea que haya inventado aquella noticia, le estaba siguiendo hace bastante tiempo, y Kise se podía hacer una muy clara idea de quien podría ser aquel hombre que le seguía.
Su teléfono comienza a sonar y Kise responde a ver de quién se trataba.
-¿que mierda has hecho?- pregunta furioso el moreno mientras el rubio aún mira la pantalla atónito.
Si antes se había jodido todo, ahora alguien estaba destruyendo las cenizas de su derrota.
***
Se viene lo bueno, espero les guste!
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Tentaciones (Aokise yaoi)
FanfictionKise Ryouta era conocido por hacer caer a cualquier chico a sus pies, pero siempre había tenido un objetivo que no lograba cumplir. Dormir con Aomine Daiki. Omegaverse yaoi