Tercera persona.
Después de toda la insistencia de Kise, y de que prácticamente le amenazara con huir de él si no iba al dichoso país, Aomine había aceptado la oferta de aquel equipo, sin antes, pedir al menos estar presente durante la totalidad del embarazo de Kise.
Muy a regañadientes, el equipo había aceptado, en especial, su manager, quien no estaba muy feliz con la noticia de su enlace y su próximo hijo.
Los meses pasaban demasiado rápido a visión del moreno, cada día, abrazaba a Kise como si fuese a desaparecer, lo mimaba, le mostraba tanto cariño que el rubio casi le pedía que lo dejara en paz, pero es que, no podía evitar pensar, que a pesar de la alegría de ver a su hijo nacer, quedaría siempre el miedo a separarse de ambos, cosa que se aproximaba cada vez más rápido.
En dicho punto, se atrevía a mencionar que incluso, la sola idea de tener que dejar a Kise solo, le asustaba. Todo había pasado muy rápido, su amorío, su relación, y pensar que dejar a Kise con el bebé era un error no le dejaba dormir en paz.
Pero no podía negar, que cada día, sabía que sus sentimientos estaban con el rubio, había olvidado por completo el asunto de borrar la marca, de no ser porque Midorima había aparecido con una maldita respuesta que nadie necesitaba oír.
-Tengo una solución- dice el peliverde mientras bebe de su taza de té de manera calmada- no canse hasta estar seguro, pero sé que se puede hacer.
-Midorima, no creo que sea necesario ahora- dice Aomine recién recordando cual había sido la razón por la que se había acercado al peliverde en primer lugar.
-no, yo quiero escuchar- dice Kise con una seguridad que asustó a Aomine- quiero saber que se puede hacer, por favor.
-La verdad no es tan difícil como pensaba, solo debes encontrar un alfa de elite- dice calmado y Kise hace una mueca- pero no cualquiera, hay alfas que tienen un alto grado de producción de hormonas, y logran provocar que los omegas, aun marcados, entren en celo y eso hace, que puedas eliminar la marca.
El rubio pareció pensarlo un momento y luego negó para levantarse en busca de algo en la cocina.
Aomine por su parte, sintió que las fuerzas abandonaban su cuerpo, impidiendo que pudiera ir en búsqueda de Kise. Se mantuvo en la mayoría del tiempo en silencio, mirando más que nada al rubio en todo momento, con la esperanza de que Kise no tuviera intenciones de eliminar su marca, pero mientras hacía aquello, no podía evitar tener la intención de memorizar su rostro, cada parte del mismo, ante la eventual posibilidad de una separación.
Esa noche, abrazo a Kise como si fuese la última vez, como si nunca más pudiese hacerlo, mientras las preguntas rondaban en su mente, pero era demasiado cobarde como para preguntarle a Kise acerca de ello.
Los días pasaron, y Aomine quiso creer que había olvidado el asunto, sin embargo, la pregunta rondaba en su mente constantemente.
¿Por qué quería saber si podría deshacer la marca?
Tuvieron su cita en el medico y Kise estaba estupendamente, al haber dado las entrevistas en los diferentes medios de comunicación, la prensa ya no les acosaba y las actividades cotidianas se habían vuelto más fáciles de realizar.
-¿quieren saber el sexo del bebé?- pregunta la doctora mientras revisa con un aparato el vientre del rubio, mismo que apenas se dejaba ver lo suficiente.
-¡Sí!- dice Kise rápidamente, había estado en las semanas previas ansioso por saber aquello.
-Entonces...- habla ella comenzando a mover el aparato, que apenas les dejaba ver una silueta- es un niño, felicidades- habla ella con una sonrisa y Kise mira embelesado la pantalla.
Un pequeño bebe, un hermoso y perfecto hijo con los genes de Kise y suyos, creciendo fuerte y sano.
Luego de ello, ambos comenzaron a preparar las cosas para la llegada del pequeño Aoki.
Primero fue un cambio de casa, regalada por parte de los padres de Kise, que se encontraba más cerca de la casa de sus suegros, lo que le permitiría al rubio tener apoyo en caso de ser necesario.
Luego, comenzó la decoración de la habitación, en colores pastel, con detalles en amarillo, patos, había dicho Kise y el no dudo en darle en el gusto.
Los días eran divertidos, llenos de amor y de paz, lo que le permitía a Aomine disfrutar del embarazo del rubio, a pesar de que había pequeñas peleas por la comida del mismo de manera casi diaria, era algo que para Kise, no generaba un estrés mayor.
Cierta tarde, mientras Kise acomodaba unos peluches en la habitación del bebe y Aomine terminaba de armar un caballo de madera, el moreno se quedó fijamente mirándole, mientras no podía evitar sonreír ante la escena frente a él.
-¿no crees que deberíamos comprar monitores? Obviamente el dormirá conmigo gran parte del tiempo, pero no me gustaría que quedase solo cuando- habla el rubio y Aomine le interrumpe.
-te amo- dice sin dudar de aquellas palabras- te amo, no podría decir desde cuándo, ni cómo empezó, pero solo se, que te amo, te amo demasiado- dice mientras Kise le mira con los ojos muy abiertos, pero sin ninguna expresión en el rostro.
Aomine duda en un momento si aquellas palabras estuvieron bien, pero cuando el rubio se acerca y le da un pequeño beso en los labios, sonríe al abrazar a Kise.
Están unidos durante un largo tiempo, hasta que Kise decide sentarse en su regazo, acariciando su nuca con la punta de sus dedos.
-yo lo dije primero- sonríe Kise de manera boba mientras Aomine se mantiene dejando pequeños besos en el rostro del rubio.
-lo sé, no podría olvidarlo jamás- sonríe disfrutando del espacio que se había formado entre ambos- no quiero dejarte ir- dice apoyando la cabeza en el pecho del rubio, quien mantenía una respiración calmada.
-entonces no lo hagas- dice sonriendo mientras deja al alfa llenar sus pulmones liberando sus hormonas.
Los días pasan y Kise nota que Aomine ha cambiado, no deja de ser cariñoso, no deja de ser acosadoramente adorable cuando busca la atención del rubio, sin embargo, se mantiene distante cuando habla por teléfono y aquello es algo que al rubio le molesta demasiado.
Intenta no sobre pensar en lo que Aomine estaría haciendo, después de todo, debe ser algo relacionado con su próximo viaje, recientemente Aomine había tenido entrevistas de manera regular relacionado con ello, pero la duda siempre aparece de manera molesta en más de una oportunidad.
Y es que, ¿Por qué no podía contestar frente a él?
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Hola, llegaron muchas notificaciones de esto, pero estaba editando, publicare de a poco, intentare llegar pronto al final, para no dejar nada inconcluso.
Un abrazo, espero les guste!
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Tentaciones (Aokise yaoi)
FanficKise Ryouta era conocido por hacer caer a cualquier chico a sus pies, pero siempre había tenido un objetivo que no lograba cumplir. Dormir con Aomine Daiki. Omegaverse yaoi