8.

958 100 7
                                    

Tercera persona.

Miraba la pantalla completamente ido, a pesar de escuchar más y más gritos por el telefono. 

-¡Puta madre!- grita colgando para luego buscar el numero de su manager, intentando contactarle, pero Aomine no dejaba de llamarle o enviar mensajes, por ello, no pudo comunicarse con nadie durante varios minutos. Ademas, tambien recibia mensajes molestos de cierta persona que odiaba mas que a nada en el mundo.

Estaba caminando por su hogar, de un lado a otro, cuando escucho su puerta ser golpeada con fuerza. 

Con un poco de miedo, Kise se dirige a su puerta y se asoma a la mirilla, suspirando mas relajado cuando nota que es Aomine. 

-¿que crees que haces aqui?- pregunta enojado el rubio y Aomine le empuja para entrar.

-¿Que hago? ¿¡haz prendido el maldito televisor!? ¡Tienen mi casa vigilada!- habla furioso- ¡Hay tantos estúpidos idiotas afuera que no puedo ni entrar!

-¿y aqui es mejor? ¿has visto afuera? Por si no lo notas, tengo muchos mas problemas que tu- pregunta de brazos cruzados mientras Aomine se sienta en su sofá. 

-pude entrar por la parte de atras, por cierto, este edificio es muy inseguro- habla suspirando cansado para sentarse en el sofá- antes de comenzar a pelear ¿me quieres decir que mierda pasa? 

Kise camina a la cocina para servir un cafe para ambos. 

-alguien subio una foto de mi, en la cual, iba contigo- habla sentandose frente al moreno- y notaron que tenia el cuello demasiado cubierto, alguien del equipo filtro que era por una marca o quizas lo inventaron, no tengo idea, lo unico que se, es que todo se fue a la mierda. 

Aomine le mira seriamente para luego negar. 

-entonces ¿estamos jodidos?- pregunta mas calmado de lo que Kise pensaria que estuviese. 

-no es tan asi, recuerda que mañana puede que nos libremos de esta mierda- habla suspirando- le dire a mi manager que arregle una declaracion oficial para que el acoso se detenga un poco, mientras tanto, ignora las preguntas de los periodistas, no se te ocurra decir que me conoces ni te aparezcas mas por aqui, ya es suficiente con que tengan algunas imagenes de nosotros. 

Aomine asiente, aun molesto, pero esperanzado de que le pudiesen dar alguna solucion al dia siguiente. De todo corazon, esperaba que no fuese un estupido charlatan.

Por otro lado, Kise fue regañado duramente por su manager, no por el escandalo que habia ocasionado, sino que, por ocultar la noticia que tenia pareja. Ademas, el rubio tuvo que confesar que estaba recibiendo llamadas de una persona molesta, quien, llamada cada dia al menos unas 20 veces por dia, razon por la cual el rubio apenas prendia su telefono. 

Con la promesa de que le cambiarian numero y actualizarian todo tipo de contactos, el manager dejo ir a Kise para que pudiese cumplir con sus tareas del dia. Habia hecho una reservacion para ver a la persona que podria ayudarles a romper el vinculo en la tarde, por lo que, le habia dicho a Aomine que se reunieran a la salida, aunque no en su trabajo. 

El dia habia sido horriblemente pesado para el rubio, tuvo 3 sesiones de fotos, con diferentes fotografos y equipos, ademas, apenas habia logrado comer algo cuando las nauseas le habian atacado y habia vomitado todo. 

De hecho, ahora que lo recordaba, de solo pensar en todo el problema que se avecinaba por la marca y el estupido drama, las nauseas y el dolor de cabeza regresaban, eso sumado a que nuevamente se encontraba haciendo dieta para un desfile, no podian hacer mas que hacerle sentir peor. 

La hora de salida llego y se vistio lo mas cubierto posible, al punto en el que no se le veian ni las cejas, salio por el estacionamiento en direccion a la casa donde el dichoso hombre atendia para reunirse con Aomine, quien ya estaba afuera del lugar cuando Kise iba caminando. 

-te tardaste- habla el moreno serio. 

-¿y?- pregunto el rubio pasando a su lado para entrar al lugar, mirando en su telefono si realmente era la direccion que habia anotado. 

Mientras estaba en ello, Aomine se para a su lado para leer la placa del lugar.

-¿Midorima?- pregunta sorprendido Aomine al ver el nombre en la placa que habia afuera- no hablas en serio ¿verdad? 

-¿de que estas hablando?- pregunta el rubio viendole fijamente- ¿lo conoces?

-eso creo...- susurra el moreno para entrar junto a Kise. 

Ambos entran al lugar que se veia mas normal de lo que ambos pensaron en un comienzo, sin embargo, cuando un chico pequeño se acerca a ellos vestido con una larga tunica, entienden que estan en el lugar indicado. 

-bienvenidos sean, Shintaro-sama les vera de inmediato- habla el sin mirarles. 

-¿Takaocchi?- pregunta el rubio y recien ahi, el chico les mira.

-¿Kise? ¿Que haces aqui?- pregunta riendo el chico mientras se acerca al rubio. 

-bueno, necesito ayuda, muy urgentemente- habla el rubio suspirando mientras Takao mira a su acompañante. 

-¿tu pareja?- pregunta, logrando que los presentes frente a el hagan una mueca de asco. 

-¿no crees que yo tendria mejor gusto? ¡Claro que no es mi pareja!- habla indignado el rubio mientras Takao rie y Aomine se sienta molesto en uno de los sofas. 

Takao rie un rato mas, hasta que escucha una voz de su pareja a la distancia llamar a los recien llegados. 

Al verle, Aomine efectivamente lo conocia, aunque su saludo no fue tan afectivo como lo fue el de Takao y Kise, el rubio fue quien le hablo primero, comenzando a hablar de lo urgente que era romper el lazo de inmediato, ademas, de hacerlo de la manera mas discreta posible, a lo cual, el peliverde suspira de manera un tanto exagerada para luego asentir.

-es posible, de hecho- habla serio, y Aomine conociendo al peliverde como lo hacia, sabia que hablaba en serio. 

Ambos se miraron, para luego sentir que al fin, todo su martirio acabaria... al menos eso esperaban.

Tentaciones (Aokise yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora