Tercera persona.
Kise prácticamente estaba tirando las cosas a su maleta, estaba furioso, si ¡y como no estarlo!
Desde ese día en que Aomine le había pedido un tiempo, Kise no le había visto mas allá de los partidos, el moreno había solicitado otra habitación, dejando al rubio solo en la ultima noche que paso en el hotel, por ello, esa mañana empacaba sus cosas desquitando toda su rabia.
Kuroko había hablado con el, pero Kise no le quiso decir nada, de hecho, solo quería regresar a su hogar lo mas pronto posible.
-¡Mierda!- grita de nuevo enojado mientras tira una camiseta toda arrugada en su maleta.
Cada vez que pensaba en las palabras del moreno, Kise no podía evitar sentirse aun mas enojado.
Ese día, estuvo lleno de tensión para todos los presentes, era claro, demasiado a opinión del resto, que Kise estaba furioso con Aomine, tanto así, que el moreno ni se había acercado al rubio en todo el viaje de regreso, incluso, se había sentado lo mas alejado posible del rubio, con la intención de mantener una clara distancia.
-¡Kise!- grita Kagami cuando llegan a su destino y el rubio prácticamente corre para evitar tener que hablar con todos ellos.
Toma un Taxi y a lo lejos, mira como Aomine se despide de los demás.
Al llegar a su hogar, toma una bolsa de basura y comienza a poner la ropa y todo lo que pertenece a Aomine dentro. Tira libros, videos, ropa ¡incluso comida! Esta en eso cuando escucha la puerta y el moreno se acerca a su lado, viéndole confundido.
-¿ que se supone que estas haciendo?- pregunta Aomine notando el caos en el lugar.
-te ayudo a empacar- habla Kise sin detener su tarea, metiendo mas ropa en la bolsa.
-¿es mi ropa?- pregunta, aunque mas parece una afirmación- ¿que mierda te pasa?- habla Aomine tomando su muñeca con la intención de que se detenga.
-¡Ya lo dije! Te ayudo a empacar- habla enojado el rubio intentando apartarse- ¿no querías un tiempo? ¿distancia?- habla Kise riendo de manera irónica- ¡Aquí tienes tu tiempo!- grita lanzandole la bolsa, a lo que Aomine suspira intentando calmarse.
-no se que es lo que se te ha metido en la cabeza ahora- habla pasando la mano por su rostro- pero deja de hacerlo.
-¿Que se me ha metido? ¿has olvidado nuestra pequeña conversación?- pregunta Kise molesto- solo hago lo que no tienes valor de pedirme, te saco de aquí, así ahora puedes ser feliz lejos de mi.
-Kise, si me voy, no pienso regresar- habla serio- cuando te pedí tiempo era porque... ¡porque quiero tener una distancia de toda esta mierda! pero pensaba quedarme aquí, para ayudarte por la marca y toda esa mierda.
-No te necesito- responde el rubio apretando los dientes- ¡no necesito ningún maldito idiota como tu!- grita furioso y Aomine asiente tomando sus cosas.
-Bien- habla molesto para tomar todo lo que era suyo.
-¡Bien!- grita Kise desde la habitación, que ahora había quedado mas vacía, para luego sentarse en la cama- bien- murmura como si se estuviese auto convenciendo.
Kise pasa los demás días libres en casa, aunque siempre estaba molesto y prefería estar en cama, porque de alguna manera todo le irritaba.
Cuando tuvo que regresar a trabajar, todos supieron que algo sucedía con el rubio, pues la energía de este había cambiado drásticamente y Kise solo se dedicaba a hacer su trabajo, prácticamente, no hablaba nada, algo muy extraño para el rubio que tenia fama de ser alguien muy hablador.
A medida que los días pasan, Kise no va mejorando en absoluto, de hecho, solo se torna mas violento y gruñón.
Una semana alcanza a trabajar el equipo con el antes de pedirle al manager que le diera un descanso al rubio, porque trabajar con el se tornaba insoportable.
Obviamente el rubio no se lo tomo de la mejor manera.
Decidido a olvidar todo lo que estaba pasando con Aomine, Kise comenzó a participar mas activamente del gimnasio al cual su manager le había obligado a inscribirse (al cual nunca había ido por cierto).
Comenzó a participar en todos los talleres que encontraba en todos lados, incluso, había comenzado cursos de cocina y de otros idiomas, aunque con los idiomas se había rendido luego de un par de días.
Ya se encontraba un poco mejor cuando volvió al trabajo y todo continuo con su misma rutina.
Kise lentamente comenzaba a aceptar que Aomine había salido de su vida.
Aunque no estaba lo suficientemente preparado para verlo.
Y aquello le jugo en contra cuando lo vio riendo y hablando animadamente con otras personas.
Aomine estaba en una cafetería, riendo con sus compañeros de equipo, ademas de Kuroko y el pequeño chico llamado Sakurai. cuando le vio bromear con el castaño omega y a este sonreír, Kise noto que no tenia oportunidad de meterse ahí.
Casi un mes había pasado desde que Aomine se había ido cuando Kise notó que realmente lo extrañaba mas de lo que quería admitir.
Y lo noto apenas abrió su mueble y encontró una camiseta negra, mas grande de las que el tenia y muy diferente de la ropa que solía comprar.
Era solo una camiseta, se dijo a si mismo, con la intención de tirarla.
Pero no pudo.
Apenas percibió un leve aroma en ella, se aferro a la misma con la necesidad de quien no ha bebido una gota de agua y frente a el encuentra un manantial.
Aunque no quisiera, los ojos se le llenan de lagrimas, aunque se quiera negar a que su corazón lata con fuerza, este se niega a calmarse.
Llora irreparablemente mientras se aferra a aquella prenda, hasta que siente un fuerte dolor en su torso.
Asustado, sin saber que hacer y en completa soledad, Kise toma su teléfono para enviar un mensaje.
Envía un audio a su manager, al menos eso piensa el, aunque en realidad se lo envía a Kuroko.
-¡Estoy en mi casa, Ayúdame!- grita en el audio negándose a soltar aquella prenda que parecía ser lo único que apaciguaba su dolor.
Luego de unos segundo escucha la puerta, pero no logra ver quien es quien entra.
La oscuridad es lo único que Kise logra ver.
***
Chan Chan chan!!!
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Tentaciones (Aokise yaoi)
FanfictionKise Ryouta era conocido por hacer caer a cualquier chico a sus pies, pero siempre había tenido un objetivo que no lograba cumplir. Dormir con Aomine Daiki. Omegaverse yaoi