↬Capítulo 13↫

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JiMin salió del ascensor y se paró en seco. Normalmente se dirigía a la derecha, a su departamento.
El de YoonGi estaba en el lado opuesto.

Le había prometido a Tae que lo haría. Si iba a invitarlo a cenar, lo mejor sería hacerlo en persona.

Caminó hasta la puerta de YoonGi y alargó el cuello, tratando de escuchar si había ruido dentro. Había un silencio pétreo, por supuesto, a ese hombre le gustaba la vida calmada y silenciosa.

Levantó la mano para llamar, pero se detuvo.

Eran más de las siete, no era buen momento, SunHee podía estar acostada, o en el baño, o igual era la hora del cuento.

Aunque él no sabía nada de Sun y sus rutinas, pues YoonGi nunca le hablaba de su hija. Entonces cuando se iba a dar la vuelta, se le cayó el bolso de las manos y el termo de metal que usaba para llevar el té.

El termo hizo un ruido horrible al estrellarse contra el suelo.

A toda prisa, lo recogió y se fue a la puerta de su casa.
Cuando iba a meter la llave en la cerradura, oyó la voz de él a su espalda.

-¿JiMin?

Se le puso el corazón en la garganta, y color se le subió a las mejillas.

-He oído un ruido.

-YoonGi. Qué casualidad -dijo JiMin, y cuando se dio media vuelta tuvo que contener la respiración al verlo.

Su imponente presencia no hacía más que despertar las heridas de la otra noche.

-¿Te lo parece? A mí no, ya que vivimos uno enfrente de otro.

JiMin menó la cabeza, tratando de poner en orden sus pensamientos, que se empeñaban en revivir el beso que habían compartido. Ansiaba repetirlo. Solo para comprobar que no era tan mágico como lo recordaba, solo un beso normal y corriente, y tendría fuerzas para dejar de pensar en Min YoonGi a todas horas.

-Ha sido un día muy largo, por favor ahórrate los comentarios sarcásticos.

El pelinegro se metió las manos en los bolsillos. Tenía la camisa remangada hasta los codos, lo que solo sirvió para atormentar a JiMin con la visión de sus musculosos brazos.

-Ah, ya, lo siento. Creo que no te di las gracias como es debido por lo de anoche. Eso es todo -dijo Min y cerró los ojos un momento.

«¿Darme las gracias por qué?

¿Por la fiesta? ¿O por haberme desnudado para luego decirme que no soy adecuado para ti?»

Se preguntó el castaño conteniéndose para no decir las palabras en voz alta. Era mejor dejar para otro día la invitación a cenar, pensó.

◌Mi Atractivo Vecino◌ || [Yoonmin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora