Tu corazón es mío (Terminada)

Parte 47: No, otra vez no.

8/10 para el final.

POV ANTONIA

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***

La pesadez de mi cuerpo me hundía en el colchón de la cama, el sudor recorriendo mi frente era la reacción ante las pesadillas que se recreaban en mi mente constantemente, siempre la misma pesadilla, siempre la misma casa y la misma sala, nada cambiaba de lugar aunque los años pasarán, nunca dejaba de ver aquella niña de 4 años que me representaba en el pasado completamente asustada y con sus ojos llenos de tristeza.

Camine a paso lento por la sala oscura deseando despertar lo más pronto posible, cerré mis ojos con fuerza intentando de alguna manera salir de esa horrible escena, la sala se ilumino un poco y observe el cuerpo inerte de mi mamá Martina sobre el sofá, mi corazón empezó a latir con más fuerte al ver desde otro punto de vista y con una mente más madura las jeringas cerca de su brazo, el líquido amarillento que ingresaba en sus venas se adueñó de su vida y poco a poco la droga consumió su vida.

Gire mi cuerpo y suspire intentando contener las ganas de llorar, empecé a caminar hacia la cocina con pesadez en mis pasos sintiendo que de alguna manera esta vez la pesadilla era diferente.

Levante mi vista y solté un sollozo que mis lágrimas acompañaron, mi respiración incremento su ritmo y volví a cerrar los ojos, no quería observarla, no quería seguir reviviendo la misma pesadilla, quería liberarme de mi pasado, quiera olvidar para siempre.

Escuche un quejido y mi corazón se rompió, respire profundo y abrí mis ojos para enfocarlos en uno de los soportes del mesón, camine lento y me arrodille quedando a la altura de mi Yo de 4 años, aquella niña estaba prácticamente desnuda con un collar de perro que sujetaba con fuerza su cuello a una de los soportes del mesón, mi pequeño cuerpo estaba lleno de heridas provocadas por los cigarrillos que Mala apagaba en mi cuerpo.

Mi rostro frágil e inocente estaba lleno de hematomas por los golpes de Mala, mis ojos reflejaban una profunda tristeza que provenía desde lo más profundo de mi alma, siempre que recordaba mi vida antes de mis madres adoptivas terminaba agradeciendo lo afortunada que fui al salir de ese infierno y llegar al corazón de Dios por medio de mis madres adoptivas.

-Todo mejorará – susurre sentándome– seremos felices, pero necesito que me dejes ir, no quiero recordarte más.

-¿Porque? – en todas mis pesadillas por primera vez mi Yo de 4 años habló.

Estaba totalmente convencida que mi pesadilla era diferente, el escenario era el mismo pero su esencia tenía una carga extrema de dolor y terror.

-Porque las cosas que duelen deben ser olvidadas – respondí acariciando su mejilla.

-¿Si olvidas los golpes de la vida cual sería la importancia de sanar con amor? – Bajo su rostro y suspiro – el amor dejaría de ser nuestra arma y se convertiría en un término básico que muchos dirían conocer, no puedes sanar si no hay heridas y no puedes fortalecer tu corazón si no hay dolor que el amor calme, ¿entonces dime porque quieres olvidarme?

-Porque me duele pequeña, me duele verte en mis sueños así, mamá Martina nos lastimo y Mala nos dañó.

-Antonia – una pequeña sonrisa triste apareció su rostro – ¿comprendes que más personas nos dañaran?

Sonreí con nostalgia acercándome más y suspire con mis ojos llenos de lágrimas.

-Lo comprendo, quien diría que mi Yo de 4 años me enseñaría sobre el dolor.