Tu corazón es mío (Terminada)

Parte 9: La brida

POV POCHÉ

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La oscuridad inundaba mis sentidos, estaba en un lugar totalmente abstracto a mi realidad, una pequeña luz se encendió permitiéndome enfocar mi mirada allí.

Empecé a presenciar una escena alejada en el tiempo pero propia a mi vida, reconocí inmediatamente la habitación que aquella luz iluminaba, di unos cuantos pasos y al estar cerca escuche mi voz, en ese momento comprendí que estaba presenciando de nuevo el pasado.

Ingrese a la habitación y me vi más joven, las lágrimas bajaban por mi rostro, mientras el terror me acorralaba en la esquina de esa habitación, en la cama estaba sentado Frank tenía su cabeza gacha y con sus manos presionaba su frente intentando contener la ira.

De nuevo estaba recreando una de las muchas escenas que me atormentan en mis sueños.

-¿Amor no entiendo porque estás enojado? – escuche decir a esa Poché indefensa y llena de miedo que me representaba unos años atrás.

-Déjame en paz María.

-Lo siento, no quería molestarte amor.

Presenciaba aquella escena como si fuera un fantasma atrapado en el tiempo, todo estaba intacto en mi mente a tal punto que recordaba los sentimientos que abatían mi corazón.

Despierta Poché, - me dije cerrando los ojos y empecé a pellizcarme – vamos, tu puedes despertar – mi corazón empezó a latir velozmente – no quiero presenciar lo que pasará ahora.

-María – escuche a Frank hablar y eso me hizo abrir lentamente mis ojos - Estoy cansado de tener que enseñarte todo.

-Lo lamento Frank – bajo su rostro – te juro que hago lo mejor para ti.

-¡Lo que haces es una mierda! – grito haciendo que mi corazón se rompiera de nuevo.

Por favor despierta ahora –empecé a golpear mis mejillas – por favor no quiero vivir esto de nuevo, solo despierta Poché, despierta...

-Hoy tu amiguita estuvo preguntando por ti – dijo bajando la mirada – llevas mucho tiempo sin ir a esa universidad, aun no comprendo porque eres la Directora de esa universidad si apenas eres una estúpida Doctora Oncológica, tu no sirves para eso, eres tan poca cosa que solo sirves de prostituta, mi prostituta.

Volví a recordar como en ese momento esas palabras destrozaron cada partícula de mi ser, mi alma se apaciguo y se hundió en un profundo desierto desolado.

-Quizás – escuche mi voz salir.

No lo digas Poché – le dije a mi recuerdo mientras mi respiración se aceleraba – que debo hacer para despertar, mami ayúdame por favor...

-Puedo volver a la universidad y así no habrán sospechas que me tienes encerrada desde hace 2 semanas aquí – dije con inocencia.

Vi como la cara de Frank se transformaba y sus ojos se volvían más oscuros dejándome ver una profunda ira que solo su corazón soportaba.

-¡Esto es tu maldita culpa! – grito levantándose de golpe dirigiéndose a la esquina de la habitación.

-Perdón Frank – las lágrimas acompañadas de sollozos desesperados empezaron a salir – juro que si me dejas ir no le diré a nadie.

-Si no hubieras mirado a ese hombre nunca te hubiera encerrado aquí.

-Yo no mire a nadie amor...