Capítulo 15

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Al salir del edificio, la luz solar de la tarde me golpea la cara directamente y tengo que entrecierra los ojos para no quedar ciega. Saco mis lentes de sol de mi bolso y le los pongo para proteger mis ojos. Jamás había visto que en esta cuidad pudiera hacer tanto sol considerando que el cielo casi siempre está enamorado por grises nubes. En el tiempo que he estado en esta ciudad, hoy ha sido el día más soleado que he visto. A mi lado Steve también se coloca sus gafas de sol y se acomoda sobre los hombros la mochila donde llevamos las mantas, la comida china, los sándwiches que acabamos de preparar y algunos refrescos.

El me toma de la mano y comenzamos a caminar en dirección al parque. Observo detenidamente todos a mi alredor en busca de los guardespaldas con el ceñía frincido. No lo puedo evitar. Estoy algo paranoica al respecto con el maldito narco por ahí suelto. Se que los guardespaldas están pisándonos los talones sin que Steve y yo lo notemos. Incluyendo a Peter. Ellos no dejarían a Steve sin protección como si nada. Si lo llegan a hacer, Steve les cortaría las cabezas.

De eso no me cabe la menor duda.

—Cariño, estaremos bien. –Su voz es tranquila.  —Los guardespaldas nos están vigilando todo el tiempo. No tienes de qué preocuparte.  —El me rodea los hombros con Susan brazos y me besa el pelo.

Carajo. A veces pienso que este hombre es capaz de olerme la mente. O quizás soy demasiado obvia.

—Lo se.  —Susurro.  —Pero no puedo evitar que una parte de mi se preocupe demasiado por todo lo que esta pasando.  —Alzó la mirada hacia el y el asiente de acuerdo con mi preocupación.

—Hoy es tu cumpleaños cariño, no piense en ese imbecil.  —Me besa el pelo otra vez y continuamos caminando por las aceras abrazaos.

Cinco minutos de caminata después, ya estamos frente a la entrada principal del parque y nos adentramos en el. Como ha de esperarse en un día precioso como el de hoy, el parque está lleno de gente que disfruta del aire libre en una tarde cálida como está en parejas ventadas sobre el césped mirando hacia el cielo recibiendo los rayos del sol, niños correteándole entre si... Al parecer todas estas personas estuvieron de acuerdo conmigo en que hoy era un día perfecto para pasar al aire libre.

—Ven, busquemos un lugar donde haya un poc de sombra.

Steve me jala hacia el y continuamos caminando a través del parqué esquivando algunas personas que se nos quedan viendo con algo de atención al pasar frente a ellas hasta que finalmente encontramos un enorme árbol que con su sombra cubre una gran parte del césped verde y frondoso donde hay mucha sombra y está totalmente vacío.

Uff, que alivio. Menos mal que la mayoría de la gente está reunida en el centro del parque y no en esta área que está un poc apartada de todo con unas pocas bancas donde sentarnos.

Steve y yo caminamos hacia el césped debajo del enorme árbol y le quitó la mochila de los hombros. Saco la manta de esta y la coloco muy bien estirada sobre el verde césped. Me siento sobre el apoyando mi espalda contra el tronco del árbol y Steve se sienta frente a mi.

—Menos mal que pudimos encontrar este lugar.  —El se quita los menté de sol colocándoselos de manera sexy en el cuello V de su camiseta y comienza a sacar la comida de la mochila.  —De lo contrario tendríamos que habernoa regresado al apartamento para almorzar.

—En eso tienes razón.  —Me quito los lentes de sol y los guardo en lo bolso.  —Parece que hoy a todo el mundo se le ocurrió venir a pasar el día aquí.  —Tomos los paquetes de comida china y saco los embates con sushi.

—Bueno, el día eat alucinante así que, supongo que es algo normal.  —Le quita el plástico a uno de los sándwiches y le da un buen mordisco.  —Mmm, estos sandwiches nos quedaron muy buenos.  —Saboreo cada bocado con ganas y ahora le creo cuando me dijo que estaba muerto de hambre.

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