Capítulo 20

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—¿Tienes idea de que clase de coche quieres comprarte mañana?  —La voz de Steve me saca de mi ensoñacion y lo miro salir del enorme armario solo con sus pants grises.

Me mierdo el interior de la mejilla.

No tengo ninguna preferencia sobre coches. Si de eso hablamos, solo me importa que no consuma tanta gasolina y que sea perfectamente capaz de tramsportarme adende sea y cuando sea, que es lo mas importante. Lo demas, son solo pequeñeses sin importancia.

—No.  —Confiezo.  —No he pensado en ninguna clace de coche en general.  —Me encojo de hombros.  —Lo que me importa es que me transporte.  —Me levanto de la cama quitandome los tacones de una patada y me desperezo.  —Sabes que esas cosas no tienen importancia para mi. —Tomo el dobladillo de mi top rojo y me lo saco por encima de los hombros.

Steve pone los ojos en blanco.

—Bueno, eso ya lo veremos el sabado.  —Da grandes sancadas hacia mi y me toma de las manos.  —¿Estas nerviosa por lo de mañana?  —Me acaricia los nudillos y suelto un suspiro.

Si soy honesta, la verdad es que si estoy algo nerviosa por la inauguracion de las minicamaras mañana en la noche. Me aterra un poco la opinion que tengan sobre mi las personas que asistiran alli. Todos me jusgaran a la primera y no me quiero ni imaginar las barbaridades que pensaran de mi cuando me vean llegar al evento en manos de Steve. De seguro me ganare el odio de muchas mujeres que quieran llamar la atencion.

Lo miro.

—Un poco.  —Sonrio de medio lado.  —¿Y tu?  —Me muerdo el labio y el sacude la cabeza algo divertido.

—Ya estoy acostumbrado a este tipo de cosas.  —Jugueta con nuestros dedos entrelazados.  —Solo mostraremos el aparato ante la prensa y luego vendra la fiesta. Eso es todo.

Lo miro a los ojos y parece bastante relajado y seguro de si mismo. El dia de hoy estuvo concretando todo para que mañana no haya ningun tipo de falla mientras yo estaba en la universidad. Hoy fue un dia realmente ajeteadro para ambos.

Inconcientemente miro hacia el gran paquete con letras Dior que esta sobre la cama y pienso en el precioso vestido que esta misma tarde compre antes de que tuvieramos que ir al aeropuerto para buscar a Clare y a Erick que ahora estan en la cocina preparando la cena.

—Estoy segura de que mañana las cosas saldran bien.  —Sonrio ampliamente y el asiente.

—Si.  —Suspira.  —Ademas, he triplicado la segiridad y no creo que pase algun inconveniente.

El jodido yonqui.

Hace ya un par de dias que no sabemos absolutamente nada de el. Lo ultimo que supimos fue que los hombres de Peter lo vieron coger un tren hacia Brookling y desde entonces las autoridades de esta ciudad estan en su busquedad. No han encontrado nada de el hasta el dia de hoy.

Trato de no preocuparme mucho por esto pero no puedo evitarlo. Es como una señal de "peligro" con luces fluhorescentes dentro de mi cabeza que no puedo ignorar. Es como una corazonada.

—Eso espero porque, por mas que quiera, no puedo quitarme esta sensacion.  —Le confiezo soltando mis manos de las suyas y me paso una por el pelo.  —Es algo que no puedo quitarme de la cabeza.  —Me levanto de la cama desabrochandone los pantalones ajustados y me los quito de una patada dejandolos a un lado.

El me mira algo extrañado justo cuando le doy la espalda.

—¿Que es eso que no te puedes quitar de la cabeza?  —Da un paso hacia mi y se cruza de brazos sobre su pecho.

Me giro hacia el y lo miro.

—Es que hace ya un par de dias que no hemos sabido nada sorbre el maldito yonqui y, tengo algo de miedo que mañana en la presentacion se aparesca y haga algo malo.

Destino EscritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora