Capítulo 05

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Chaeyoung.

Las sábanas se sintieron muy cómodas, muy cálidas y era agradable concentrarme en eso ya que un ligero dolor de cabeza comenzó a molestarme. Mi cuerpo se sintió pesado cuando quise moverme, al igual que mis párpados cuando quise abrir mis ojos, pero tampoco me tomé la simple molestia de levantarme de una buena vez, estaba lo suficientemente cómoda como para salir de la cama.

Hasta que escuché unos pasos ir de un lado a otro y algunos murmullos.

— Amor... —escuché a lo lejos, pero solo gruñí— Chae... —nuevamente— ¡Son Chaeyoung, levántate de una buena vez! —aquel grito me sobresaltó por completo y me senté rápidamente, pero terminé llevando ambas manos a mi cabeza.

— Dios... —murmure y parpadee un par de veces antes de enfocar a Mina frente a mí, su ceño estaba fruncido y mantenía las manos en sus caderas.

— Vaya, hasta que por fin despiertas. —su tono me dio a entender que estaba molesta.

— Amor...

— Son las siete y media, Chaeyoung, tengo un asunto que discutir con mi padre así que no podré ir a dejarte. —dijo antes de acomodar su blusa blanca de botones.

Mierda, ¿A qué hora regresé anoche? Joder, si tan solo hubiese hecho caso omiso a las peticiones de mis compañeras.

— Está bien... Oh, no, espera... —me tome unos segundos— hoy mi jornada comienza a las diez.

Me levanté y mientras ella le daba algunos retoques a su maquillaje, rodee su cintura con algo de fuerza y apoyé mi mejilla en su espalda. Su olor era agradable y dulce.

— De todas formas ve a bañarte, ni siquiera te quitaste esa ropa. —espetó al darse la vuelta y me miró.

— ¿Estás enojada?

— No puedo llegar tarde. —ignoró mi pregunta y sus labios presionaron mi mejilla, muy cerca de mis labios antes de alejarse.

Suspiré de mala gana, pero fui directo al baño cuando mi estómago se revolvió y escuché la puerta principal cerrarse.



Cuando llegué al hospital me encontré con Rose en el estacionamiento, eran las 10:15am así que dimos por sentado que Yeri no iría a trabajar ya que fue la que más bebió la noche anterior y nosotras tan solo unas tres cervezas. Pero durante un momento me detuve a pensar, ¿Fue solo eso? ¿Por qué no recordaba algo más?

— No volveré a beber whisky nuevamente. —dijo con una mueca de asco y simuló tener arcadas.

— ¿Bebiste whisky?

— Sí, tú también y...

— ¡¿Qué?! Pero si solo fueron cervezas... —mi ceño se frunció de inmediato.

— Chae, te lleve a tu departamento a las dos de la madrugada y recuerdo que fuiste tú quién me invitó un trago de esa cosa. —dijo mientras reía y yo traté de recordar aquello, pero me fue completamente imposible y terminé cerrando los ojos con fuerza. Mierda, ¿Acaso estaba loca?

— No recuerdo eso...

— Vamos, no es nada grave. —dijo como si nada.

— Mi novia está molesta por eso, se suponía que regresaría mucho más temprano. —respondí rascando mi cuello.

— Oh... Espera, ¿Acaso viven juntas? —preguntó llena de curiosidad.

— Sí.

— Interesante. —su mirada no se apartó de la mía durante algunos segundos, cosa que me pareció extraña, sobre todo cuando terminó sonriendo— mi novia aún no quiere que vivamos juntas.

— ¿Por qué? —ella se encogió de hombros— debo decir que es muy agradable, no me arrepiento de hacerlo.

— ¿Incluso si se molesta por una simple salida? Creo que actúa como una madre. —sonrió con algo de burla— además, eres joven, son jóvenes. —corrigió— y creo que aún les falta mucha diversión.

— No toda la diversión se centra en eso y Mina solo se preocupa. —terminé diciendo cuando saqué el uniforme de mi casillero— yo también actuaría de esa forma a pesar de saber que no es una niña.

"Y porque estoy dispuesta a cuidar de ella a como de lugar." Pensé.

— Que envidia, Lisa no es así. —hizo una mueca y aparté la mirada un poco nerviosa cuando sin más comenzó a quitarse la camiseta— ¿No vas a ponerte el uniforme?

— Ajá... —solo asentí con mi cabeza, tomé mi uniforme y fui directo al baño; no quería cambiarme frente a ella.

Rose era agradable, pero con el tiempo que teníamos en el hospital no nos habíamos dado la oportunidad de conocernos muy bien y la noche anterior logramos hacerlo un poco, o al menos eso me dio a entender aunque no recordara absolutamente nada.

Su confianza ahora era mayor, incluso sus sonrisas eran sinceras y no tan incómodas.

— Bien, Chaeyoung... —dijo con entusiasmo cuando salí del baño y colocó su brazo alrededor de mis hombros— ¡Vamos a trabajar!

Otro día más.

Umbrella 2; MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora