Capítulo 27

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Chaeyoung.

Durante el trayecto al hospital traté de buscar algún tema de conversación con Mina, pero solo obtenía respuestas sumamente cortas y a decir verdad, me estaba volviendo loca, porque ni siquiera entendía su distante actitud. Tampoco pude pasar por alto lo cansada y pensativa que lucia, su silencio se volvió repentino de la noche a la mañana y era algo que me preocupaba.

Acaso, ¿Había hecho algo mal?

— ¿Quieres que venga a buscarte? —preguntó Mina cuando detuve el coche y se quitó el cinturón de seguridad sin mirarme.

— Claro, bueno... ¿Tendrás tiempo? —pregunté muy entusiasmada con la esperanza de que al menos aceptara.

— De sobra. —dijo y finalmente sonrió— bien, solo escríbeme cuando estés a punto de salir.

— Lo haré, pero...

— ¿Pero? —preguntó al mirarme de reojo.

— Mina, has estado mucho más callada de lo normal. ¿Ocurrió algo? —ella no respondió, solo apretó sus labios en una fina línea al no querer hablar— dime, por favor. Incluso me dejaste conducir y sé que odias mi manera de hacerlo.

— Esa chica tuvo el descaro de decirme lo que siente por ti. —confesó finalmente y traté de entender lo que estaba diciendo, ¿En qué momento ocurrió? ¿Cómo? ¿Dónde?— no sé cómo consiguió mi número, pero incluso dijo que tú podrías...

— ¿Sentir algo por ella? —la interrumpí y ella asintió con miedo— eso no pasará, Mina y a decir verdad, ya estoy cansada de que pienses eso. —traté de no sonar muy dura, pero me estaba molestando y no precisamente por los pensamientos sin sentidos de mi novia— bien, hablaré con ella, porque no puedo permitir que interfiera de ese modo en nuestra relación, pero lo que más me sorprende, es que lo hayas tomado en cuenta.

— Lo lamento. —dijo en voz baja.

— ¿Puedes confiar en mí? ¿Por favor?

Ella no respondió, solo bajó la mirada completamente avergonzada y acaricie su mejilla antes de levantar su rostro. Tomé sus labios en un corto beso, pero segundos después cuando intentó alejarse coloqué mi mano en su nuca para impedírselo.

— Solo deja de pensar en esas cosas. —susurre sobre su boca y acaricie su labio inferior con mi lengua lo que provocó un lento suspiro de su parte— detesto que me ignores solo por eso, es absurdo.

— Chae, estamos...

— No hay nadie. —la interrumpí y miré nuestro alrededor detenidamente.

— No estarás pensando en... —dejó su oración a medias cuando sonreí— ¿Estás loca?

— Será como hacerlo en tu oficina. —comenté y sus mejillas se tornaron rojas.

— No lo será. —afirmó al negar con su cabeza— pueden vernos, no puedes... ¿Esperar? Además, no creo que sea lo mejor en este momento.

— ¿Por qué no? No puedo esperar. —dije al quitarme el cinturón de seguridad— necesito demostrarte lo que solo tú eres capaz de provocarme con tan solo un beso.

Continué mirándola, esta vez sin decir algo más y volví a acercarme a ella, su respiración aumentó gracias a eso y comencé con pequeños besos sobre sus labios los cuales ella correspondía de manera tímida. Estaba segura de que nadie podía vernos, las ventanas oscuras no daban ninguna vista hacia el interior del coche y ella lo sabía, solo estaba sorprendida de mi repentina petición, pero no podía permitir que continuara pensando dichas cosas.

Umbrella 2; MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora