Capítulo 22

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Chaeyoung.

El ambiente dentro del auto no fue el mejor, Mina mantenía su mirada fija en la carretera y yo solo traté de descifrar su expresión con el pasar de los minutos. Estaba molesta, eso sin duda, pero aún no podía entender del todo su por qué.

Aclaré mi garganta con la intensión de llamar su atención, pero ni siquiera me miró, me ignoró por completo, justo como lo hizo el día anterior.

— Mina. —traté de llamarla, pero no obtuve respuesta— Mina, ¿Qué sucede?

— No tengas el descaro de preguntar, Chaeyoung. —a pesar de haberlo dicho de forma baja, su voz sonó dura— solo actúa como si nada, déjalo pasar.

— ¿Qué? No has querido dirigirme la palabra gracias a eso, ¿Cómo puedes pedirme que pretenda que no es nada? —traté de sonar tranquila, pero mi voz fue desesperada— ¡No hice nada!

— Chaeyoung, basta. Ahora no.

— ¿Cuándo? —pregunté de manera rápida, pero no obtuve respuesta.

El auto se detuvo frente a la casa de los Myoui, Mina sin decir algo más salió de él y camino hacia la entrada, pero justo cuando quise volver a hablar, la puerta se abrió y la señora Park nos recibió con una gran sonrisa.

— Que alegría verlas. —se hizo a un lado y ambas entramos— los señores están en el jardín con la pequeña Nako. —informó.

— Gracias, señora Park. —sonrió Mina y recibió una caricia en su mejilla.

— Quiten esas caras. —esta vez me miró— son muy malas actuando. —negó con su cabeza y se retiró.

Mina no quiso mirarme, solo tomó mi mano de una forma bastante débil y me guió hasta el jardín en completo silencio.

Los tres estaban sentados en el césped, justo debajo del gran árbol. Nako sostenía en sus pequeñas manos una casita de madera y observaba el árbol sobre ella como si estuviese buscando algo.

— ¿Dónde vivirán ahora? —preguntó de forma triste y la señora Myoui acarició su mejilla— pueden enfermar.

— Me encargaré de ponerla en su lugar. —dijo él y el rostro de Nako se iluminó.

Podía ver lo cómoda que se sentía, después de todo ya los había visto muchas veces antes y sus presencias no la asustaban. Eso me hizo sentir tranquila.

— ¿Y podré verlos al llegar? ¿Puedo quedarme con ellos? —preguntó de manera inocente, el señor Myoui susurró algo en su oído y en ese entonces notó nuestra presencia— ¡Chaeyoung! ¡Mina!

Se levantó rápidamente, corrió hasta nosotras y de inmediato trató de abrazarnos al mismo tiempo, pero como era de esperarse aquello le resultó algo muy difícil.

— ¿Qué hacías, pequeña? —preguntó Mina al inclinarse.

— La casita se cayó, pero pronto la dejarán donde estaba. —señaló el enorme árbol.

— Oh, ¿En serio?

— Ajá. —movió su cabeza de arriba hacia abajo— y podré verlos y quedarme con ellos, él dijo que también tendré un perrito y dos conejos. —dijo y luego miró al hombre con una gran sonrisa, todas lo hicimos.

— ¿Q-qué? —preguntó él mediante una risa nerviosa y miró a Mina— eh... Mina, ¿Trajiste el documento que te pedí?

— ¿Qué? Jamás me pediste...

— ¡Oh, cierto! Está en mi despacho, ya vuelvo. —dijo al levantarse y sin más huyó del lugar.

— ¿Él mintió? —preguntó Nako con voz inocente.

Umbrella 2; MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora