Umbrella 2; MICHAENG

Capítulo 37

Mina.

— Aún es muy pronto, Mina... ¿No crees que es demasiado? —preguntó por enésima vez, pero la sala del departamento quedó en silencio unos pocos segundos y tomó mis manos muy desesperada— no pierdas tu juventud tan pronto, aún tienes cosas por ver, por vivir y de esa forma no podrás hacerlo.

— Deja el dramatismo, Sana. —resoplé al soltarme de su agarre— lo que dices no tiene ningún sentido, ¿Qué harás cuando Dahyun piense lo mismo? —su rostro palideció ante mis palabras y cayó de espalda en el sofá.

— Saldrá corriendo y adiós Dahyun. —intervino Momo a mi lado— ¿Puedo dar mi opinión? —preguntó con amabilidad y yo asentí— creo que debes conversar con Chaeyoung sobre ese tema, tal vez eso que dijo solo fue en broma. —se encogió un poco de hombros— ¿Qué harás si en realidad reacciona como ella? —señaló a una Sana completamente perdida y que solo balbuceaba cosas sin sentido y suspiré con frustración al recargar la cabeza sobre mis rodillas— aclara un poco tu mente, no solo porque ella te haya mencionado la palabra matrimonio ya pienses que debas obsesionarte aún más con el tema.

— Sé que Chaeyoung no bromearía con algo así. —jugué con mis dedos— sus palabras sonaron muy reales...

— ¡Por Dios, Mina! —soltó Sana al sentarse nuevamente y tiró de las raíces de su cabello— ¡Incluso te atreviste a comprar un anillo!

— ¡Yah! Sabes que aún no lo tengo en mis manos y deja de gritar. —golpee su hombro con el mío y miré a Momo, pero luego baje la mirada algo avergonzada— Chae dijo que pasar el resto de su vida conmigo no era tan mala idea. —dije al jugar con un pequeño hilo que sobresalía en la manga de mi suéter.

— ¿Casadas? —preguntó, me encontré con sus ojos nuevamente y ella enarco su ceja izquierda mientras negaba con mi cabeza— ahí está, ¿Al menos le mencionaste algo? —asentí lentamente— y bien, ¿Qué dijo?

— En realidad solo le dije que había pensado en casarme con Nayeon, pero nada más... Por ahora... —murmuré antes de hacer una mueca— ahora que lo pienso no fueron mis mejores palabras.

— ¿Pueden dejar de mencionar la palabra con C? —preguntó Sana en un susurro exagerado— o con M, cómo sea...

— ¿Quieres callarte? —ella hizo una mueca al imitarme y puse los ojos en blanco— cálmate, es obvio que quiero casarme con Chaeyoung, pero, aún cuando le entregue el anillo no significará que nos casaremos mañana. —aparté las manos de su cabello ya que aún lo sujetaba con fuerza y suspiró aliviada.

— ¿Por qué no esperas un poco más para entregárselo? —preguntó— solo tienes veintitrés, Mina y la mejor parte, tu novia es dos años menor que tú.

— Sé que Chae solo tiene veintiuno y créeme, no quiero atarla a mí de esa manera, pero... —traté de buscar las palabras exactas al tomar aire lentamente— pero necesito que sepa que realmente quiero pasar muchos años más con ella y con el anillo, solo quiero terminar de sellar mi promesa. —abracé mis rodillas contra mi pecho.

— El amor se acaba después del matrimonio. —dijo en voz baja— no quisiera que mi relación con Dahyun cambiara gracias a eso, así que tampoco lo quisiera contigo, suficiente tuve con que me usaras de espía en aquel tiempo. —hizo una mueca, pero esta fue cambiada rápidamente por una sonrisa al empujarla— hablo en serio, pienso que si te casas... Las cosas cambiarán.

— Su amor no cambiará a menos que una de ellas lo cambie. —dijo Momo sin quitar la mirada de la pantalla de su celular— acaso, ¿No escuchaste? Mina le entregará el anillo como un símbolo de su amor, le prometerá un futuro juntas... Sana, ¿Qué piensas que pueda cambiar? —esta vez la miró— ¿Un anillo más en tu dedo? —Sana ocultó su mano derecha donde claramente tenía dos anillos en su dedo índice y anular— si amas a Dahyun y ella a Chaeyoung, pues, es suficiente.