Capítulo 16

1.3K 57 13
                                    


Los gemidos de mi vecina

  - No sé cómo me has convencido. -Dijo ella nerviosa antes de subir al coche de Pierce.

  - Meryl, vamos, nena. Tú sabes que tengo mis trucos. -Respondió él guiñándole un ojo y abriendo la puerta del coche con presuntuosa galantería.

  - No hay duda de ello. -Añadió con una sonrisa. -Tengo miedo, Pierce. No sé si esto realmente funcionará.

  - Cariño, para saber si algo funciona o no, el primer paso es intentarlo. No conoceríamos las victorias si no probaramos el fracaso. Hay que arriesgarnos, Meryl. -Le respondió con calma. Acarició su mano con ternura y luego besó su mejilla. -Yo voy a estar contigo.

Meryl sonrió satisfecha. ¿Qué podía salir mal si estaba acompañada de un personaje tan tierno como Pierce? Él tenía razón, debía intentarlo.

Pierce llevaba muchos días tratando de convencer a Meryl de buscar un salón o en planes más ambiciosos, montar una galería para exhibir sus pinturas. Ella siempre se mostraba renuente a tal idea pero la persistencia de Pierce pudo más que su falta de fe en aquel gran talento que tenía. Para ese día acordaron visitar varios salones para elegir el mejor y exponer sus obras o por lo menos hacer cotizaciones. Pierce creía que era bueno irse involucrando con el tema aunque no fuera a exponer sus cuadro de inmediato.

Estuvieron toda la mañana en lugares exclusivos de la ciudad, visitando muchísimos salones y haciendo algunas cotizaciones. Hubo varios salones que robaron  toda la atención de Streep, pero prefirió tomarse un tiempo para meditar todo aquello. Pierce estuvo totalmente de acuerdo, esta era una decisión de vital importancia y debía tomarse con calma, no había motivos para apresurarse, lo mejor era que Meryl había accedido a intentarlo; eso era un verdadero avance.

  - Todos los salones que visitamos están hermosos. Son espaciosos, lujosos y oportunamente en lugares estratégicos, pero creo que me hace más ilusión tener mi propia galería.

  - A mí me parece magnífica la idea de hacer tu propio galería, pero eso demoraría mucho tiempo  y...

  - Y no hay ningún problema con eso, yo no tengo prisa.

  - Bueno, ya decidirás qué deseas hacer. Ahora hablemos de cosas más divertidas. ¿Estoy invitado a tu superfiesta mañana? -Dijo levantando una ceja y dejando ver una maliciosa sonrisa.

  - No creo que cumplir cuarenta años sea un motivo de fiesta, cariño. Aunque sí, tengo planes para mañana. -Respondió con una leve sonrisa.

  - Y supongo que yo estoy en esos planes. ¿Mañana me vas a regalar todo el día? Podríamos pasar un día I-N-O-L-V-I-D-A-B-L-E.

  - Eso sonó realmente tentador pero ya tengo ocupado el medio día. Louisa quiere desayunar conmigo. Le hubiese gustado compartir todo el día conmigo pero tiene una sesión de fotos para una importante revista. Sería egoísta de mi parte sentirme mal por eso, apenas se está iniciando como modelo y esta sesión representa una valiosa oportunidad. Don tiene reservas en un restaurante para almorzar conmigo y luego irá por fin a la inauguración del nuevo salón, finalmente se dieron las cosas.

Pierce se tensó de inmediato, escuchar el nombre de "Don" le alteraba un poco. Era un desgraciado, aunque para él era conveniente que estuviera poco tiempo con Meryl, le resultaba inconcebible que teniendo a su lado a una mujer como Meryl, prefiriera gastar casi todo su tiempo en cuestiones de trabajo.

  - Ya tienes todo armado. Maravilloso. -Dijo, tratando de sonreír de la manera más genuina posible.

  - Todo no, casi todo. Después del almuerzo estoy libre. Así que tengo para ti disponible toda la noche. ¿Te interesa? -Preguntó con voz seductora.

|Los Gemidos de Mi Vecina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora