•UN PEQUEÑO DESLIZ•
Kakashi prendió su cigarro mientras termina de secarse el cabello después de la larga ducha de agua fría que se acababa de dar. Ver a Sakura y estar cerca de ella durante la ceremonia de su hijo, fue un castigo para su sistema y sus deseos carnales.
Suspiro cansado y aburrido. Pensando. Mientras se paraba en medio de su sala y observaba los últimos rayos de sol que se ocultaban tras las montañas y daban en forma monótona la bienvenida a la noche. Camino perezoso a la ventana y observó toda la visión que esta podría brindarle.
Unos niños jugando en el parque de en frente, una viejecita pasando con una canasta de pan quizás recién horneado, una familia paseando con un pequeño de tres años.
—Una familia —Susurro Kakashi al ver el cuadro de un hombre y una mujer que llevaban a su pequeño de tres años colgando de sus manos. Se miraban felices y ajenos al mundo. Kakashi sonrió y expulsó el humo del tabaco con desgana, pensativo y vacío.
¿Como sería tener una familia?, Pensaba al ver ese cuadro que ya había salido de su visión. ¿Serían felices como esos tres?, pensó al ver cómo la mujer y el niño reían con algo que les contaba el jefe del hogar ¿El podría tener una? Se preguntaba volviendose a recostar en el marco de la ventana pensando y viéndose el en ese lugar.
Sonrió.
El llevando de la mano a un pequeño mientras "su" mujer lo llevaba del otro extremo.
Suspiro.
El llevando de la mano a Sakumo mientras Sakura lo llevaba de la otra mano, mientras el pequeño contaba chascarridos graciosos y mal pronunciados.
Lástima que no era su hijo y que ella ya no era más su mujer.
Esa era una escena muy dulce y familiar. Imposible de alcanzar. Sacudió su cabeza y se alboroto el cabello plateado tratando de dispersar esos pensamientos dulces y cálidos.
Para empezar Sakura ya había pasado pagina respecto a el y eso estaba más que claro. Sakumo no era su hijo... No lo era, el jamás sera capaz de dar afecto, es un ser muy frío y apático y la única persona que había logrado pasar ese muro ahora está criando un hijo de otro hombre. Además el no podía hacer feliz a nadie, a nadie. Prueba de ello, que Sakura se alejo de él sin más explicación.
Se llevó las manos a las sienes y se las masajeo. Debía de pensar en otra cosa, en otra persona.
Se retiro de la ventana y camino ahora hacia su habitación. Pero en esos momentos recordó que no había sacado la fotografía de Sakumo y de el, en la ceremonia de la academia, del sobre de papel en la cual el fotógrafo se la había entregado.
Sacó la fotografía y sonrió al ver esa imagen.
Sakumo se miraba tan feliz y realizado a la par de él. Aunque le triplicará la altura, aunque sus miradas eran diferentes, ese niño tenía algo especial. Ese niño no era común, no era como los otros niños.
Acaricio el rostro de Sakumo y un vacío se apoderó de su pecho. Sintiendo una alegría confusa y una tristeza hacia el menor. El pequeño ojiverde se miraba simplemente feliz a su lado.
—Necesito colocar esto en un portaretrato —Hablo con el cigarro en la boca urgando en sus cajones, buscando un portaretrato para colocar la fotografía del menor junto a sus recuerdos preciado. Donde estaba el con el Yondaime y donde el era el sensei del equipo 7.

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NO DEBE CONOCERTE
Fiksi PenggemarSakura se va por mas de tres años de la aldea de Konoha, por la misión de ofrecerse como voluntaria para ayudar al cuerpo médico de Suna con nuevas técnicas medicas. Pero lo curioso sera que regresara acompañada de un niño. Un niño que es su hijo y...