Sakura se va por mas de tres años de la aldea de Konoha, por la misión de ofrecerse como voluntaria para ayudar al cuerpo médico de Suna con nuevas técnicas medicas.
Pero lo curioso sera que regresara acompañada de un niño. Un niño que es su hijo y...
Kakashi pensaba en la tibieza de sus labios, en la suavidad de su piel, en el aroma dulce de ella. Cerraba sus ojos y al instante visualizaba su mirada esmeralda clavada en la de el, en sus ojos negros grisáceos que se llenaban de vida en ese mirar jade resplandeciente.
Rápidamente un escalofrío recorría su piel, al pensar en todas las caricias que ella dejo en su cuerpo, esos besos que marcaron su vida y sellaron su alma de algo que el, jamas pensó sentir.
Un recuerdo llego a su mente, uno de tantos que tenia junto a ella, en uno de esos pocos lugares en los cuales fueron libres.
Aun recordaba ese viaje a Yu no kuni, como si hubiera sido ayer. Después de una reunión con los cinco kages, el propuso pasar con su joven asistente a estarse aunque sea una noche a las aguas termales de esa aldea, que le hacia honor a su nombre.
Ella al principio se rehusó. Podían levantar sospechas, que era demasiado raro que llegaran tarde a la aldea del tiempo ya especulado, pero el insistió demasiado -raro en el- pero quería darle una noche de serenidad y tranquilidad fuera de la vida monótona y vacía de Konoha.
Sonrió ante ese recuerdo, y cerro sus ojos para disfrutar de su memoria con más libertad.
Recordaba como sus ojos jade se iluminaban con la luz de la luna, que resplandecía con toda su fuerza e iluminaba todo a su paso, estaba llena, a su máximo esplendor. Pero Sakura opacaba ese brillo natural con el encanto y la dulzura que, solo sus ojos jade le ofrecían a el.
Su cabello rosa se mezclaba con el rosa de las flores de los cerezos en esa noche de primavera, su aroma era casi el mismo, su belleza casi igual. Claro cabe decir, que la belleza natural de las flores dr esa noche era marchitada por la belleza de Sakura y el tono de rosa que estaba pintado su cabello era mas hermoso que el de esas simples flores, el aroma de su amante era mas dulce y fino hasta embriagante, mas juntando el tono de su piel blanca nívea, que parecía haber robado al resplandor y encanto de la misma luna.
Kakashi recordaba como esa noche, peculiarmente Sakura se miraba mas hermosa de lo que ya era, tanto así, que el llego a pensar, que su belleza opacaba la hermosura de la misma naturaleza y del astro rey de esa noche, y se alegraba ser el, el único hombre que disfrutara de tan bella musa.
Al menos por ese momento.
No recordó, como fue que acabaron besándose, pero no importaba, el perdía sus sentidos y la noción del tiempo frente a ella, su droga, su deleite.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Es hermoso este lugar — Le susurra contra sus labios. Un leve viento hace que unos mechones traviesos jueguen en su cara, el con una sonrisa los aparta cariñosamente.
—Vez te lo dije, y no fue mala idea Sakura-chan venir aun que sea una noche a descansar y salir de nuestra rutina diaria, puedes estar tranquila. Nadie sospechara que venimos aqui— Le dijo con un suave beso depositado en sus labios.
