Capítulo 9

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El grupo de amigos se encontraba jugando a un juego bastante peculiar, bueno al menos por la forma en que se estaba jugando, y en verdad que fue una sorpresa para Ramlah cuando le explicaron las reglas de "verdad o reto"

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El grupo de amigos se encontraba jugando a un juego bastante peculiar, bueno al menos por la forma en que se estaba jugando, y en verdad que fue una sorpresa para Ramlah cuando le explicaron las reglas de "verdad o reto". Pues el imaginar que tanto la verdad de su origen, su familia, o lago más profundo le.era algo muy importante de mantener en secreto y este juego solo era un atentado para que de un momento a otro la verdad acerca de él.

—Tranquilo Ramlah, no te haremos preguntas muy personales —le comentó Meikaisa con claridad y dulzura—, Misuto me ha contado lo que pasó hace tiempo...  

—Lamento haberlo hecho Ramlee... —suplicó la grisácea, juntando sus patitas delanteras— ¡No pude aguantarme a contarle!, un día simplemente me lo preguntó y al ser Meikaisa sentí que la traicionaba al mentirle... Te pido perdón de verdad —suplicaba la vulpina.

Ramlah reflexionó un poco, pero sabia que igualmente no tendría el valor para decirle a alguien más, Misuto hizo bien, pues tanto ella como Meikaisa tenían mucha confianza con él y eran expertas guardando secretos. Además, simplemente eran sus mejores amigas, y la confidencia del trío era respetable e inviolable, ya se habían guardado secretos e información personal antes.

—Tranquila —le respondió Ramlah esbozando una sonrisa—, vamos a jugar, ¿que no es por eso que vinimos chicas?

Y ambas se pusieron más que contentas, el trío reía de felicidad, mientras de otro lado de la extravagante casa se encontraban Hanatsu y Soilette degustando su dulce merienda, sin embargo sus corazones se habían amargado ante el hiriente recuerdo de los tiempos anteriores a la actualidad, justo antes de que la pequeña Meikaisa hubiera roto el cascarón para iniciar a si su vida. Las lágrimas de Soilette caían de sus hermosos ojos amatista y corrían por sus mejillas en un camino sin rumbo hasta el suelo, regando las hojas que habían ahí con el dolor de la madre dolida. Le era tan fácil recordar aquel fatídico momento, el cual hizo atrás tantas veces para que de esa forma ella pudiera seguir adelante junto a su cría, pero olvidar le era siempre muy difícil, y rememorar con melancolía era como despertar cada mañana; tan fácil volver a un hermoso pasado, que se había ensombrecido por un oscuro momento.

—Tranquila Soilette —dijo Hanatsu para calmarla mientras se acercaba a consolar a su amada amiga, la abrazaba con mucho cariño y esta correspondía—, eso ya pasó y sé que es difícil de superar... —la pobre Espeon se desplomaba sobre el hombro de Hanatsu y lágrimas caían de sus hermosas amatistas mientras que su corazón se hacía trizas de solo recordar el fatídico sentimiento de haber pérdida. 

—Pero... —articulaba pesadamente, sus vocablos eran callados por sus ahogados sollozos, aun no se le olvidaba que su pequeña estaba jugando con si grupo de amigos, y sería fatal si la viera en ese estado así que trato de callar la voz de sus sentimientos pero el corazón le seguía doliendo— Aún recuerdo cuando estaba aquí, disfrutando de sus galletas y dándome tanto amor a mí y a Mei -su respiración se agitaba, y su garganta le ardía tanto como si hubiera tratado fuego y las lágrimas eran tan frías como la gélida llegada del invierno, una mezcla inigualable que solo hacía más doloroso el sentimiento. 

Honor de dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora