Capítulo 17

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Los dos combatientes se encontraban frente a frente, empujando uno con otro mientras intentaban no recibir daño por las afiladas herramientas que portaban como extremidades

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Los dos combatientes se encontraban frente a frente, empujando uno con otro mientras intentaban no recibir daño por las afiladas herramientas que portaban como extremidades. Sin embargo, eso cambió muy rápido cuando Bhrame aspiró aire, y de su interior el fuego comenzaría a ser expulsado. Pero los ojos del tipo bichos se enrojecidos, preso de su cólera, la velocidad y fuerza de Meter aumentaron de manera asombrosa gracias a esa primitiva reacción de ver el color rojo de Brhame.

—No creas que es suficiente para detenerme —comentó Mezzer al momento de empujar con súbita fuerza al Zoroark, aunque claramente estando en cólera, pero parecía saber controlar aquel impulso.

—¡Ah!, maldito seas anciano —gritó molesto de haber fallado su ataque.

—Seré anciano, pero hasta un tipo bichos como yo sabe que no hay nadie más estúpido aquel que usa ataques de fuego bajo la lluvia —dijo burlándose del Zoroark sólo para rápidamente usar su poderosa Cuchillada y hacerle mucho daño.

—¡Ugh! —se quejaba Bhrame mientras trataba de reincorporarse.

—Tu "divina vendetta" no será posible hoy mi estimado vulpino —la seriedad que emanaba del Scyther era más cortante que las mismas guadañas que portaba.

Ramlah se encontraba siendo reanimado por Rose, quien le había dado una baya aranja la cual el joven hormiga león ingirió.

—¿Qué está pasando? —le preguntaba Ramlah muy confundido.

—Tranquilo Ramlah —le susurró Rose mientras lo acariciaba con uno de sus ramilletes—, Mezzer se está encargando. 

—¿Mezzer? —exclamó con duda, sólo para toser fuertemente, había recibido mucho daño. 

—Mezzer, el último de los Masutahanta —le contestó con un tono sereno.

La feroz batalla estaba en su punto más alto, Mezzer por todos los medios trataba de despedazar al elusivo Brhame. Así que dio un gran salto impulsado por sus alas, y con ferocidad se proyectaba como dardo hacia Brhame con sus guadañas enfrente. El Zoroark se encontraba en un gran aprieto, sabía que con ese potente ataque sería suficiente para vencerlo, sin embargo aun no habían terminado sus jugarretas, y todavía en el suelo casi vencido y sin poderse levantar cargó desde sus hombros un poderoso Pulso Noche para contrarrestar el ataque de Mezzer, y aquella energía oscura y rojiza emanó hasta sus garras, las alzó contra Mezzer y las guadañas del contrario hicieron contacto con ellas, el choque de esa energía fue increíble, provocando que en el bosque se sintiera dicha onda de poder a cientos de metros.

—¡Mi Tijera X no será opacada por nada Brhame! —vociferó el Scyther, pareciera que aquellos carmesí brillaran un instante, aplicó una fuerza tremenda que hizo que aquel pulso pareciera simple humo. 

—¡Agh! —gritó dolorosamente el Zoroark al recibir dicho ataque, sus brazos recibieron un corte que casi los hizo separarse de su cuerpo, y la sangre brotó desde ellos, además de recibir una "X" en su pecho, una que nunca se iría ni desaparecería.

Honor de dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora