El tiempo había pasado ya dentro de aquella prisión en la que se encontraba el joven Vibrava, al principio no tenía ni siquiera la más mínima idea de como salir de aquel cruel destino que le había tocado al ser capturado por aquellos desierdrilos. Tras aquella intervención de Horus a altas horas de la noche Ramlah meditaba las cosas, consideraba que con la ayuda de esta misteriosa aliada podría tener una oportunidad de poder escapar de aquel aprisionamiento en el que se encontraba. Después de todo, la tortura que pasaba ahí era terrible, azotes, golpes y arañazos era lo que le inflimgían; temía por estar así el resto de su vida, y no estaba esperanzado en poder salir de ahí por su propia cuenta.
La razón, o razones por las que estaba con las esperanzas hasta el suelo de tener la posibilidad de poder escapar de dicho lugar era principalmente que estaba atado a otros dos de su especie, y aunque en algún momento pensó en desintegrar aquella cuerda con su potente dragoaliento se dio cuenta que debido a la pésima alimentación que recibía por parte de los desierdrilos encargados de alimentarlos con esa terrible mezcla de bayas, trigo y yuca no era la suficiente como para recuperar la energía necesaria que le permitiera usar un buen dragoaliento y poder liberar tanto a él mismo como a sus dos compañeros con los que no había conversado de manera tan cercana e íntima en los últimos siete meses. Pero sentía que debía ayudarlos, le fastidiaba ver como aquellos despiadados lagartos los atormentaban con la ferocidad de sus latigazos sin piedad, y más aún saber que incluso aquellos que eran mayores que Ramlah y habían evolucionado en Flygon estaban a la merced de los Krookodile, de Grant el carcelero.
La razón por la que estos estaban bajo el control y dominio de los Krookodile se lo aclararon sus nuevos compañeros: Poder.Las terribles sequías habían asolado el desierto de Vuggaffry durante años, la especie de los desierdrilos habían pasado por muchas pero nunca ninguna como aquella, nadie sabía a la perfección a que se debía dicho suceso, pero era claro que esto no beneficiaba a ningún habitante del ardiente lugar. A excepción de los Flygon, la cúspide, el ser místico que era juez en el desierto, aquel que brindaba vida o muerte a cualquiera dentro de los arenosos dominios de Vuggaffry. El poder de las melodías de los Flygon al batir las alas, el poder levantar la arena con un sólo aleteo y el hecho de ver a la perfección en uno de los lugares más peligrosos de la región convertían a esta especie y sus integrantes evolutivos en una de las mayores criaturas que establecían un balance en el ecosistema, pese a que era difícil en tal lugar que un joven Trapinch llegara siquiera a la etapa de Vibrava. El hecho de que no se alimentaran totalmente de carne los volvía el absoluto vencedor en la contienda por la supervivencia, pero esto podía cambiar con un adecuado plan. Y así fue, aunque ambos grupos de especies tuvieran conflictos y alianzas eso no impidió que los desierdrilos usaran su naturaleza tan despiadada y con mucho esfuerzo lograran un control sobre la población de Flygon, de Vibrava y en cuanto a los Trapinch, tuvieran la osadía de tratarlos como un mero aperitivo, para sus pequeñas crías. Y en aquel terrible recinto los tenían aprisionados, privándolos de luz solar que nutriera sus cuerpos y alimentándolos con una masa que poco les aportaba nutrimentalmente.
Pero tanto Zumrut como Tahil desconocían si aquellas construcciones en las que vivían sus ahora amos habían sido construidas por ellos mismos o si eran obra de algún otro grupo, puesto que ellos nunca habían desarrollado ninguna habilidad en cuanto a construir se refiere. Habían pasado mucho tiempo dentro de aquella prisión según el par le relataba a Ramlah, afirmaban con seguridad que habían pasado ahí encerrados más de tres años, pero al no haber visto el sol de nuevo más que en pequeños rayos que solían atravesar la entrada cada que era abierta y corría por los escalones les era poco sencillo tratar de saber con exactitud cuanto tiempo era, pero justo ambos habían llegado siendo todavía una pareja de Trapinch, terminando de evolucionar por mera supervivencia en contra de sus captores, un caso no muy distinto del de Ramlah, solamente que esto no fue suficiente para poder evitar el cruel destino que les esperaba como prisioneros, así como tampoco significó para Ramlah el poder tener la fuerza suficiente para anteponerse a Nevsnar.
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Honor de dragón
Adventure¿Acaso las bestias también son honorables? Los dragones son feroces, poderosos entes que parecen domar a la naturaleza, inclusive son despiadados y no tienen límites al demostrarlo. Pero, ¿tienen honor? Podrán alardear tener el honor de ser los qu...