Capítulo Tres

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Félix despertó poco después y subió a la habitación, avergonzado por quedarse dormido en la sala

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Félix despertó poco después y subió a la habitación, avergonzado por quedarse dormido en la sala. Apenas iba entrar cuando el alfa desde adentro gritó que se estaba vistiendo. Lo que hizo al menor pensar en por qué lo hacía.

La puerta se abrió, interrumpiendo sus pensamientos y el pálido le dejó pasar. Notó de inmediato el cabello mojado y entonces si entendió.

-- ¿Quieres salir a conocer? -- ofreció Changbin, pensando en que al omega le caería mejor no estar encerrado todo el tiempo en un lugar donde desde lejos se notaba que no tenía idea de que hacer.

-- ¿No es una molestia? -- preguntó con ilusión de ver una parte de la ciudad.

-- Si lo fuera, no lo habría ofrecido, Félix -- alegó con calma ante la inseguridad que mostraba.

Pidió unos minutos de espera mientras iba a convencer a Seungmin de prestarle la camioneta por unas horas. Lo encontró trabajando con su computadora en la mesa del comedor, para su suerte, aceptaría con tal de deshacerse de él.

El alfa mayor soltó un quejido al ver a su sobrino acercarse y preguntó qué quería para volver a sus asuntos.

-- ¿Me prestas la camioneta? -- soltó, apoyándose en el respaldo de una silla.

-- ¿A dónde llevarás a tu novio? -- fastidió, sonrió con burla por el gesto consternado que del pálido.

-- A Insadong -- respondió después de dejar en claro en que ni siquiera eran amigos todavía y luego extendió su mano para recibir las llaves que le estaba dando.

-- No demoren demasiado, porque va a llover y no quiero que manejes con lluvia -- dio como advertencia.

-- Puedo chocar sin lluvia -- aventuró en comentar subiendo las escaleras.

Sacudió las llaves a la vista del peligrosa como trofeo de su triunfo y echó su cabeza hacia un lado en forma de "vamos" y se vio seguido hasta la salida.

Iban en silencio con Félix pendiente de lo que pasaba a través de su ventana, ni uno interesado, o lo suficientemente incomodo, para intentar sostener una conversación.

Consiguió un espacio lo bastante amplio como para estacionarse y salieron. Al caminar le preocupaba la forma en que el menor se quedaba detrás de él, ya que no le gustaría que se perdiera.

-- ¿Por qué te quedas atrás? -- frenó su andar para que se pusiera a su par.

-- Es más sencillo seguirle -- explicó convencido de que no le diría nada al respecto.

Entonces Changbin se tomó la libertad de atrapar una mano con la propia con la intención de que esa vez no se quedara atrás y el menor tuviera la seguridad de que irían para el mismo lugar. Le sorprendió no sentir la corta corriente como antes, pero la reacción en su lobo se mantenía igual, muy al contrario de Félix, que aún la sentía, alentandolo a soltar su mano por un instante de confusión. Se decidió a mantenerla ahí por la confortable calidez que le brindaba, a pesar de lo extraño que le parecía.

Estudiante De Intercambio [Changlix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora