Capítulo Doce

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Adoraba el enorme cambio de Félix, pasó de ser el chico callado e inseguro al chico que le hacía segunda a Hyunjin para hacer cualquier cosa que provocara que riera hasta terminar de la nada en el suelo; el baile le dotó de una seguridad que le pe...

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Adoraba el enorme cambio de Félix, pasó de ser el chico callado e inseguro al chico que le hacía segunda a Hyunjin para hacer cualquier cosa que provocara que riera hasta terminar de la nada en el suelo; el baile le dotó de una seguridad que le permitía movimientos gráciles y sumamente ágiles, a pesar de eso, solía ser demasiado torpe y llevar una cercana relación con el piso. Por lo que caminar tomando su mano ya no era únicamente para tenerlo cerca, si no, para evitar que se diera de bruces contra el suelo. Poco más de siete meses juntos. Por el tiempo transcurrido era obvio que ambos ya habían pasado por su celo, el cual se juntó.

Por suerte para Changbin, fue un solo día el que tuvo que atiborrarse de supresores, al contrario de los tres largos días de Félix. Ambos siendo empalagosos y posesivos con el otro. Sus amigos fueron a visitarlos y no pudieron cruzar el umbral de su cuarto, siendo Chan el único con ese poder.

Trató innumerables veces de separarlos, obteniendo ojitos tristes por parte del pelirrosa cada intento. Había planeado que Changbin se quedara en los dormitorios, lo que por supuesto no sucedió. Por lo que revisaba cada tanto, arriesgándose a ver algo que no quería; para su suerte, Félix difícilmente dejaba de abrazarlo y enterrar su rostro en la curvatura del cuello. Durmieron demasiado, tanto que incluso se preocupó.

-- No tiene que acompañarme -- comentó Félix mientras el alfa tomaba su mano para cruzar la calle. 

Seo hizo todo lo posible para poder acompañar al menor, acabó sus tareas para poder ir con él sin preocupaciones o algo que lo estresarse. Dejó todo listo para poder esperar al omega a que saliera para llevarlo de regreso e ir a su trabajo sin llegar tarde. Desde hacía tiempo deseaba hacerlo y por fin lo logró. Quería tomar su mano e ir con él, besar su frente antes de que se fuera a sus asuntos y abrazarlo cuando terminara.

-- Quiero hacerlo -– respondió serio, cambiando de lugar con el menor para él ir del lado de la calle.

Su seriedad era símbolo de que estaba haciendo algo cursi o lindo y pretendía que le daba igual, era extraño comportarse de forma "romántica" para él y necesitaba balancearlo de alguna manera. Lee lo miró juguetón y se llevó las manos unidas a sus labios para besar el dorso del pálido con cariño, rió al verlo torcer los labios y un tenue color rosado tomando lugar en sus mejillas, gesto que siempre ponía con el más mínimo grado de afecto que le demuestre en público, terminaba demasiado avergonzado para funcionar, así tropezaba hasta con sus propios pies.

Entraron al estudio, y el alfa notó el vidrio que permitía ver desde la sala de espera hacia adentro por lo que decidió esperarlo ahí para verlo. Desde hacía tiempo sentía genuina curiosidad por verlo bailar.

-- ¿Vas a esperarme? –- inquirió sonriente el omega. Recibió una repuesta afirmativa, por alguna razón quería molestarlo un poco más.

Pronunció sus labios y les dió unos toquecitos con su índice, inmediatamente hubo un cambio en el semblante de Seo, le rogaba con la mirada que se detuviera.

Estudiante De Intercambio [Changlix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora