Capítulo Ocho

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Un par de semanas pasaron y Félix no titubearia en decir que eran parte de los momentos más felices de su vida

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Un par de semanas pasaron y Félix no titubearia en decir que eran parte de los momentos más felices de su vida. No recibió llamada ni mensaje de parte de sus padres y él mucho menos los buscó, su hermano lo llamó un par de veces durante la semana mientras iba a su casa para que sus padres no escucharan. Era de sobra decir lo feliz que hizo a Jooheon cuando le contó lo bien que se sentía en Seúl.

Iba hacia la oficina de la psicóloga, cuyas citas se redujeron a dos veces a la semana. Cinco días corridos fueron suficiente para que sacara verbalmente toda la basura que lo llenaba y podría por dentro, además de las citas con la especialista.

Changbin gruñó

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Changbin gruñó. No había hecho o dicho nada juzgable a nadie desde que el pelirosa llegó, a pesar de eso, iba en camino a la oficina del director pues este lo citó.

Tuvo que esperar porque una madre de algún estudiante asistió de improviso por alguna cosa que no le interesaba.

Jugó en su celular hasta que la mujer salió de la oficina escoltada por el director, este desde la puerta me llamó.

– No he hecho nada –- se defendió apenas se sentó en la silla.

-– Lo sé –- el adulto dijo informal -–, no es por eso que te llamé -– sonrió amable --. Hay una habitación disponible.

Al inicio, Changbin no comprendió a qué se refería o a qué quería llegar con eso.

Félix.

Negó con prisa al entender que le estaba ofreciendo cambiar al omega de habitación. Cosa que por supuesto no quería. Ya no. Debía admitir que el chico de cabello rosado lo tenía hipnotizado y no lo dejaría ir mientras pudiera evitarlo.

Fue tentador para el director desquitar un poco todos los dolores de cabeza causados por el pálido y molestarlo disfrazadamente con respecto a que cedió con la compartir el cuarto. Pero debía comportarse como un adulto.

Además, ya lo veía venir. Aquel omega era encantador y la prueba de ello era Changbin.

Al salir, terminó encontrandose frente a frente con Félix. Por la mano en el picaporte de la oficina de la psicóloga, comprendió a dónde iba siempre después de clase. Pero deseó no haberlo descubierto nunca al ver el gesto del contrario, lucía entre avergonzado y asustado. Por algo no lo comentó.

Estudiante De Intercambio [Changlix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora