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-¿Que es esto?.- Pregunto a su querido amigo, mirándole en su escritorio haciendo a este girarse en su silla encontrando el desorden de su gran amigo.

-Espero dejes todo como estaba.

-Tome fotos.- Menciono, aun recuerda la ultima vez que no le hizo caso y dejo todo un desastre y no acomodo como se debía. Nunca imagino ser castigado como un niño chiquito.- ¿Y que es esto? ¿Porque tan oculto?.

-Si esta oculto es por una razón.- Resoplo, mirándole antes de desviar la mirada.- Son cuentos.

-¿Cuentos?

-Mejor dicho, vergüenza ajena.

-.... ¿Me dejas leerlos? (^w^).- Pregunto más animado, parecía un pequeño roedor merodeando por todo su cuarto y comiendo ahora de sus cuentos.

-Adelante. Pero, pobre de ti si le cuentas a alguien o subes algo relativo a eso.

-¡Lo juró!.

-.... ¿Por el corazón?.

-¡Por el corazón!.- Respondió haciendo una "X" en su pecho.

-Esta bien, pero estas advertido.

-¿Puedo leerlos en voz alta?.

-Si no quieres que el director nos mate, te surgiero que no.

-Esta bien.- Abrió el cuaderno. Entrando a la primera página, los fetiches raros de su amigo ya no le sorprendían. Pero siempre que le veía escribir algo en un ensayo era muy redactado y formar. Tal vez se encuentre algo interesante en ese cuaderno.

Primer Cuento.

Le extraño que no tuviera ningún titulo. Pero suponía que no era necesario. Sin embargo había guiones, pero ningún nombre antes de este. Suponía que por la intriga de quien decía quien.

-¡Deja el agua!.

-¡Nunca!.

-¡Al menos ponte un bañador!.

-¡Estoy teniendo relaciones sexuales con Agua-chan!.

¡Pfffffffffff! Se escucho un estruendoso choque de la risa contra los labios siendo detenida por la saliva. No, no debía burlarse. ¡Le iría peor! Y tan solo llevaba 4 renglones. ¿Que iba hacer si seguía?. Miro al rubio fresa, este mirándole con el ceño fruncido.

-Si tiene una gota de tu saliva te cortaré lo que resta de tu cabello y te dejare pelón.

-¡Me doy, me doy!.- Se apresuro a decir. Seguido de morderse el brazo para callar sus risas que amenazaban con salir. Y se había imaginado a Gakushuu, siendo un niño berrinchudo, sin nada de ropa aunque igual no iba a poder ver nada, regañado por su madre y este diciéndole aquello.- Oye, ¿eso se puede?.

-........ Restriegate contra tu bañera y me dices.- Respondió, sin dejarle duda al castaño de que había hecho aquello. Causándole más risa.- ¡Hay, callate!

-¿Que tan necesitado éstas?.

-¡Es inventada, por dios! ¡No lo hice en verdad!.- Declaro, mirando a su amigo que le miraba con una sonrisa picara, haciéndole enrojecer. A pesar de que el pensó lo mismo al escribirlo.- Te dije que daba pena ajena, no te quejes.

Asano Gakushuu y Sakakibara Ren. Cosas De Todos Los Días (RANDOM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora