Asano Gakushuu y Sakakibara Ren. Cosas De Todos Los Días (RANDOM)

🌃.4.

La noche había seguido tan tranquila y tensa a la vez, Gakushuu y Ren seguían sin regresar al igual que Karma para los demás. Este ultimo estando en su cuarto, mirando las fotos que su maestro pulpo le había tomado ese día de audiciones. Llegando a ver de nuevo como se abrazaban entre si. Recordando la misma escena con Sakakibara, este se molesto en hacerlo con delicadeza y no con dureza y demandante como él. Y sin embargo se había llevado el primer beso de Gakushuu, lo agradecía, pero después de eso comenzaron de nuevo a comportarse como siempre. Torturando sus pobres corazones, esperando otro empujón o ayuda por otra persona. Y esta vez les tocaba a los alumnos de la clase E, ayudar a su querido pelirrojo a volver a llegar hasta Gakushuu y hablar claramente.

Porque ambos sentían que estando enfrente de alguien sin necesidad de actuar para una estúpida obra que ya no pudieron realizar, ellos se sentían asfixiados, querían dar un paso pero a solas, no querían que nadie más fuera testigo, y cada vez que estaban solos, ese sentimiento les abrumada antes de ser arruinado por otras presencias. Manteniendo esa fachada con la persona enfrente. En verdad deseaba que solo fueran él y Gakushuu. Pero mientras no quitara a ese castaño le seria difícil. Suspiro, saliendo de su cuarto para irse a lavar los dientes y mojar su rostro. En verdad quería tenerlo para él solo.

-¿Ya se fue?.

-Si, bien, chicos, en silencio. Asegúrense de dejar la cama ilesa.- Estos asintieron, entrando comenzando a colocar las camas, dejando una sola donde se acostaría Sakakibara, dirigiéndose Nagisa por Karma e Isogai por Gakushuu y Ren. Encontrándolos juntos, al parecer discutiendo de algo.

-Asano-kun, Sakakibara-kun. Las camas están listas.

-Ya vamos.- Le respondió Ren, este tirando de la manga de su amigo para que le siguiera. Sin poder este negarse antes de aceptar. Entrando a lo que era el cuarto de Karma observando a Isogai dirigirse a una de las camas que estaban en el suelo.- Bueno, cumpliste tu sueño de estar a su cuarto.

-Callate.- Respondió a su susurro, mirando las dos camas, respirando aliviado, no dormiría con Karma.

-Ah, Sakakibara, acuestate con nosotros.- El mencionado reprimió la idea de ponerse en su modo meme, tragándose sus palabras.

-Ya voy.

-Ya traje a Karma.- Mencionó el peliazul, todos mirándole y el peliazul dirigiéndose a la última cama en el suelo. Karma y él mirándose al ver que solo quedaba la cama matrimonial de este.

-¿Y donde duermo?.- Pregunto Gakushuu en un vano intento de escapar del pelirrojo, esperaba todo menos que se durmieran juntos.

Osea, sabia de lo que podía ser capaz el pelirrojo al tenerlo en su cama, la sola idea le estremecía de una forma cómoda y el cosquilleo aparecía. Pero tampoco quería que 13 pares de ojos los vean en ese momento. No le iba a gustar. Sin embargo era su única opción.

-Pues.... Con Karma.- Terminaron diciendo, estos dos mirándose, detectando el rubio fresa como su amigo se reía con sus ojos, pues la sonrisa burlona no la paso desapercibida.

-¿Ren?.- Le llamo, este mirándole.

Todos mirando a este, bien, ya tenían con que estafarlo, pero antes de hacer aquello vieron a este acostarse tan cómodamente en su cama. Dándole un "No" como respuesta a su amigo.

-Lo siento, tengo sueño, buenas noches.

Bien, todas sus esperanzas se fueron.

Unas horas más tarde.

E

l ambiente seguía siendo tenso y frío, el rubio fresa por más que buscara alguna forma de entrar en calor, no lo conseguía, odiaba tanto ser friolento, y de los peores, al menos su cuello seguía caliente por la bufanda. Sin embargo no era el único despierto, el pelirrojo podía sentir todo el aroma que este siempre llevaba consigo, una dulce fragancia de lavanda y menta que lo acompañaba, y ahora percibía gracias a la bufanda, un aroma a jalea de moras. Mentiría si no dijera que le había encantado la idea, pero tenían más o menos, una separación de aproximadamente una almohada. Miro de nueva cuenta a sus compañeros.

Todos se habían dormido, algunos no les importaba lo que sucediera con ellos, y desde el principio les dieron la espalda. Otros quienes esperaban que sucediera algo se habían quedado lo más que podían despiertos, el último en caer fue Ren que los brazos de morfeo le atraparon.

Y ahí estaban, en la misma cama, y podía deducir que el rubio fresa no podía dormir más que por el frío, que aunque él no sentía, al ver de reojo a su compañero de cama el pequeño temblor le delataba. Girándose a verlo de una vez.

-¿Tampoco puedes dormir?.- Le pregunto sabiendo que era una pregunta tonta. Este girando su cabeza para verlo de reojo

-No.- Respondió, simple antes de percibir como la cama se hunde más de su lado. Girándose por completo para ver al pelirrojo.

-Eres friolento.

-Callate, no lo soy.- Le dijo, este en cambio no dudó en acercarse más.- Alejate, estas muy cerca.

-¿No es eso bueno? Te estoy ayudando a entrar en calor.- Estiro sus brazos, atrapando la cintura del rubio fresa que intentaba en vano escapar.

-Sueltame.- Le ordeno, sin embargo no obtuvo respuesta, y solo sintió que le atrajo a su cuerpo.

-Tu bufanda.- Observo como este enterraba parte de su rostro en esta, chocando su cabello con si mejilla dándole algo de picazón y cosquillas.- Huele a jalea de moras.- Siguió una vez respiro hondo en esta.

-Nunca se le ha podido quitar.- Comento, mirando al pelirrojo quien siguió en su cuello.

Debía ser sincero, a pesar de tener cerca a personas metiches y chismosas que podían despertar en cualquier momento. Suspiro, dándole un estremecimiento al rubio fresa al sentir el tibio aire caliente de este.

-Perdona por tu bufanda, no creí que fuera tan especial.

-Vuelvemela a quitar y voy a golpearte hasta dejarte inconsciente.

-Ya entendí.- Río, levantando su rostro para ver más de cerca el de Gakushuu, sonriendo al verse reflejado en estos.

-¿Que?.- Preguntó tras ver como este le miraba tan detenidamente, sintiéndose abrumado por como sus manos comenzaban a viajar por sus espalda.

-Gakushuu, ¿me dejas besarte?.