🍊🍒.2.

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Bien, ambos iban a dejar la cita de lado.

Pensaron todos excepto el pelirrojo, este y el rubio fresa se miraron, este ultimo abrazándole, pues apenas se acercaron, y aunque pensaba golpearle, se llevo una sorpresa cuando este casi se desmorono encima de el. Su rostro estaba rojo y caliente, muy caliente, su suéter estaba frío y se sentía muy húmedo, tanto que no dudo en darle su suéter solo para que estuviera bien a pesar de que él tuviera frío en ese momento.

Y todos comprendieron aquello. El pobre demonio estaba enfermo, definitivamente debían buscar a la persona causante de las desgracias de estos dos y matarla.
(QuQ.).

-¿Estas loco? ¿Como se te ocurre no irte a casa?.- Pero primero escucharían los reclamos del rubio fresa mientras le sostenía.

-No quería irme.

-Encima subiste esa colina y vienes aquí con tu suéter empapado. ¿Porque no fuiste a la enfermería?.

-Lo hice... Pero no quería irme.

-¿Porque?.

-Era nuestra cita....- Dijo, intentando no sentir dolor en su cabeza por las preguntas de este.- Quería que la tuviéramos.- Respondió.

A todos cayendoles una oleada de corazones imaginarios y unos angelitos que les disparaban a sus corazoncitos.

Las mejillas del rubio fresa siendo coloreadas por un rojo, mirando aun al pelirrojo.

-.... Gracias por pensar en ello, pero aun así eres un descuidado.- Dijo, intentando ser aun rudo ante la situación, escuchando el asentimiento de este. Suspirando.

-Sera mejor llevarlo a su casa.

-Yo lo llevaré.- Respondió de prisa el rubio fresa.- Me ha estado esperando, seria lo correcto agradecerle.

-Gakushuu-kun, eres un santo.- Los demás asintieron.

-¿Te ayudo a llevarlo?.

-No, me iré con mi padre.

-Ok, bueno, te encargamos a Karma. Adiós, Gakushuu.- Les dijeron la clase E, dejando atrás a los cuatro chicos.

-Yo los cubriré con mi paraguas.- Le dijo el castaño, este asintiendo, mientras cargaba al pelirrojo y el pelirosa se apresuraba alcanzar al director, encontrándolo a medio salir.

Explicándole la situación.

Bueno, después de todo no podía dejar a su yerno morir de hipotermia y solo en su casa. De igual forma iba aceptar sabiendo que su hijo probablemente siga con sus intentos suicidas, más si él les deja morir.

De todas formas iba aceptar. Lo extraño fue que le pidieran que fuera adelante..... Junto a Nanao. Así que tuvo que aceptar, aun si estaba incómodo.

Mientras atrás el pelirrojo seguía abrazando al rubio fresa, y viceversa, le gustaba escuchar sus latidos y que estos calmaran su jaqueca, le tranquilizaba saber que no se había enojado o entristecido por arruinar su cita. Además, le estaba llevando a su casa, desde hace tiempo quería saber donde este vivía, e iba a estar a su cuidado, así que no podía pedir más, y aunque le disgusto que el pelirosa fuera con ellos, lo acepto al saber que este se iría con Ren.

Cuando llegaron, inmediatamente comenzaron a bajar, siendo aun sostenido por su crush, además de ser ayudado por los otros dos en hacerlo subir y llegar al cuarto del rubio fresa.

Dejándole acostado en la cama.

-Sera mejor cambiarle de ropa a una más cómoda.

-Si, ya se, bueno gracias por su-.

-¡Tengo lo que necesitas!.- Escucharon el chillido del pelirosa, sacando una bolsa de su mochila. Mostrando dos pijamas que eran abrigadoras y algo kyu's.

-¿Porque llevas eso?.

-Porque si, iban a ser mis dos pijamas nuevas. Pero se las regalo como adelantado de su fiesta de novios.

-No vamos a tener fiesta de novios.

-Hubiera pensado en algo.

-No le sigas, Ren.- Este suspiro, mirando al pelirrojo antes de aceptar el regalo.- Gracias, supongo.

-De nada, cuando estén mejor me mandan una foto.

-..... ¿Ya se van?.

-Maaaloooo.- Se quejo, antes de los dos irse.- Aun así esperó la foto como agradecimiento.- Dijo, antes de irse con el castaño. Dejando a ambos solos, mirando al pelirrojo en su cama, esperaba que este tuviera fuerzas para cambiarse.

-Karma.- Se acerco, tocando su cabeza sintiéndola caliente, el sonido de como este se quejaba demostraba que aún estaba despierto... Y vivo.

-Gakushuu...- Respondió en un tono cansado, adormilado, intentando levantar el rostro, sintiendo la suave caricia del rubio fresa en su mejilla. Suspirando por como se sentía. Era muy agradable.

-¿Puedes cambiarte?.- Le pregunto, quitando los mechones de pelo de su rostro, dejándolos a un lado.

-Creo que si.

-Bien, entonces cambiate.- Le pidió, dejándole la ropa a un lado, probablemente se sentía un poco cansado. Ya luego le tomaría la temperatura. Le dio la vuelta a la cama, decidiendo en cambiarse. Probablemente ni tenga ganas para verlo. Pensó, comenzando a quitarse su corbata, seguido de desabotonar su camisa.

El pelirrojo mirando la ropa que tenía a un lado, girándose sobre la cama, la cabeza seguía dándole vueltas. Cuando abrió los ojos observó aquella espalda que aun no había tocado, tan limpia y sin ninguna imperfección, podía ver la pequeña cintura que este poseía, mirándolo detenidamente, el como su camisa se desprendía de su cuerpo, caía lentamente rozando su piel. Cuando escucho el cierre bajarse seguido de como sujetaba su pantalón a los lados, le hizo darse cuenta de que iba a bajarlos.

Sus mejillas se encendieron, estaba teniendo un bochorno por aquello, el como dejaba su no tan grande trasero a su vista, seguido de mostrarle sus muslos grandes, su bóxer solo llegaba a cubrir arriba de sus muslos. Ya solo le faltaría que se quitara el bóxer y este se deleitará.

¡Pero no iba a ser ese día!. Pensó mentalmente, pues este se estaba colocando la ropa abrigadora para esos días. Viendo como le llega la camisa de manga larga a cubrir su trasero.

Tenia que admitir que sería perfecta para la ocasión. Cuando este se dio la vuelta para verlo. Noto el sonrojo apoderarse. Suspiro. Tenia que esperar.

-No me mires, idiota.- Reprochó, tirándole una almohada.

Al menos iba a estar con su crush ese día.

Asano Gakushuu y Sakakibara Ren. Cosas De Todos Los Días (RANDOM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora