POLOS OPUESTOS.

5:Otra Vez Tu.

El sonido de la alarma me despierta. Son dos horas antes de lo normal que debo levantarme, y como no quiero hacerlo aun, me pongo a revisar mis plataformas de lectura. Me da gusto que mis historias estan creciendo poco a poco. Me centrare en terminar las que tengo empezadas y ya después publicaré mas. Mi cabeza es un revoltijo de ideas para esto. Me encanta leer, mucho...., pero escribir es otra faceta hermosa que descubierto me hace muy bien.
Los minutos pasan en lo que contesto comentarios y doy revisiones para que los capítulos no tengan faltas de ortografía. Y justo en ese momento en que estoy sumamente concentrada la puerta de mi cuarto es tocada con insistencia. De seguro es Gina, me siento mal con ella por como le hablé anoche, no se lo merecía. Ella se preocupa por mi y yo lo único que hago es encerrarme en mi mundo sin decir nada. Se que no se vale pero mi vida ha girado en esto todo el tiempo.
Me levanto y me veo al espejo, una rutina que hago todos los días solo para recordar mi realidad. Estoy gorda.
Abro la puerta y si, aqui esta Gina, con una bandeja del desayuno con todo tipo de cosas ricas.
Huevos revueltos, jugo de naranja, café y pan tostado con mermelada. En si como unas mil calorías solo de pensarlo.

-Buenos días, linda. Te traje el desayuno porque quiero disculparme por lo que te dije ayer. -

-No te...., - la interrumpo, pero ella levanta una mano y me la pone sobre los labios.

-Dejame continuar, por favor. - se sienta en el borde de mi cama y da una palmada sobre la colcha para invitarme hacer lo mismo. Yo lo hago.

-Amiga, te quiero muchísimo y se que hize mal en decirte ayer lo que tenías que hacer. Pero me preocupa ver que esta situación cada vez es mas frecuente, aunque yo se que tu eres la única que decidirá el día que este lista para hablar de todo. También se que tu familia no se preocupa por ti o por esos problemas alimenticios que padeces, lo cual hace que me de mucho coraje, tu vales mucho y nadie tiene derecho hacerte sentir menos, por eso quiero pedirte disculpas, y recordarte que estoy aquí, te apoyo en lo que sea y siempre tendrás mi cariño. Porque aunque no lo creas, a pesar de que soy muy loca y me gusta socializar, no tengo amigas de verdad, sólo tú y no quiero que te pase nada.-

Por un momento ninguna de las dos dice nada. Yo me quedó sorprendida por sus palabras, es hermoso sentir que alguien me dice lo que ella me acaba de decir. Es mi única amiga, y no quiero defraudarla, pero esto es más fuerte que yo, a veces siento que mi vida no vale nada y me hundo, luego me doy fortaleza a mi misma diciendo que yo puedo y que nada pasa, pero al final termino perdiendo de nuevo.
La miro y tomo sus manos.

-No te preocupes Gina. Yo también hice mal en contestarte asi, pero las cosas en mi vida son demasiado complicadas. Sabes muy bien que mi autoestima esta por los suelos y antes de decirle lo que me pasa a un desconocido, primero me gustaría que mi familia fuera la que me escuchara y como se que eso no va suceder, es mejor que yo me quede con todo esto. Puedo sola, y te prometo que me cuidare respecto a la comida. También no quiero morir. -

Mentira...., cruzo los dedos por que se que esa promesa no la voy a cumplir. Mi vida se basa en dietas, ayunos, laxantes, y restricciones de comidas grasosas que aunque me encantan se que son malas para mi. No puedo comer, no puedo seguir subiendo de peso.

-Bueno ya no insisto con lo del psicólogo pero al menos espero que comas mas. No comer te esta matando y por una vez entiende que no estas gorda. Que tu abdomen no sea plano y tus pompas sean un poco grandes no te hacen ser gorda. Entiendelo por favor. Y ahora dime, ¿que pasó ayer?. -

Una lagrima traicionera escapa de mis ojos. Se que debo contarle, en realidad lo necesito. Ese tipo me pego en lo poco que me quedaba de autoestima. Los hombres siempre me han rechazado pero el es el primero que me dice ofensas, y no es como si el me gustara, claro que no. Ya lo odio, después del incidente con el café se que el y yo si nos volvemos encontrar el resultado no será muy bueno. Y me importa muy poco que sea el hijo del dueño de la revista.