9:Almuerzos.

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Bien aqui voy. Hoy es domingo dia del dichoso almuerzo al que amablemente fui invitada.
Me levanto y como todos los días tomo una ducha.
Indecisa sobre que ponerme sabiendo que eso es lo primero que mi madre me criticara, me decido al fin por unos jeans rotos y una playera blanca de algodón. Ambos de Levi's y unos zapatos color menta. Me hago un moño alto y coloco un accesorio en el del mismo color de los zapatos. Al fin y al cabo es un almuerzo informal. Como a eso de la diez le llamo al taxista que me llevara y le dejo una nota pegada en el refrigerador a Gina.
El taxi llega y yo me dirijo a lo que se que será un pésimo dia.

La casa de mis padres se ve tan tierna a la luz de la mañana. Un lugar al que solía llamar hogar. Hasta que se llenó de malos recuerdos y lágrimas. Un lugar en el que mis traumas comenzaron, en el que lloré mis primeras gotas de dolor y sentimientos negativos. En el que recibí golpes y palabras despectivas.
Ahora lo veo y puedo decir que es un lugar que desconozco, al que ya no pertenezco. Por que siempre me sentí ajena a esta familia, como si no fuera parte de ella. Soy algo que no debió existir pero nadie pudo quitar del camino.

Suspiro sonoramente y el taxista me mira por el espejo retrovisor. Las pocas veces que he venido siempre es el el que me trae y podria decirse que ya somos amigos. Me ha contado de su familia y yo también un poco de la mia. Por eso su mirada, sabe que me cuesta entrar a ese lugar.

-¿Estas bien Allisson?. - me pregunta con su voz tranquilizante que lo caracteriza.

-Si....., Carlos, estoy bien. Es solo que......, aun es difícil despues de todo. -

-Te entiendo. Pero ya sabes que los problemas también son parte del camino. - y ahi está....., una de sus frases que te ponen a pensar.

Carlos el taxista es una de las pocas personas que han formado parte de mi vida para bien. Es un señor de unos cincuenta años, con una esposa que venció el cáncer y tres hijos mayores que yo. Vive con el temor que en cualquier momento lo jubilen, pero el no quiere aceptarlo debido al miedo que tienen que el cáncer regrese. Pero se nota la fe que tiene en ese Dios que dicen que existe, y siempre tiene una sonrisa dibujada en su rostro para regalarte y una frase que decirte.
A veces la pena me embarga con el. Fue testigo de una de las últimas golpizas que me dio mi madre, y cuando el llegó a recogerme me llevó a su casa donde su esposa amablemente me curó las heridas. Solo que no pudo hacer lo mismo con las internas.

Miro a Carlos e intento forzar una sonrisa que no llega a mi rostro.
Este ya no es mi hogar, ni siquiera puedo decir que algun dia lo fue.
Aqui tengo el peor recuerdo de mi niñez, el que marcó el comienzo de todo y el que hizo que el odio hacia mi madre se intensificara. Pero ese es un secreto que jure no decirle a nadie. Es algo que solo ella y yo sabemos y que espero ninguna revele.

Cierro mis ojos y me preparo mentalmente para enfrentar este dia. Se que será largo y por eso quisiera que el tiempo se fuera volando.

-Bueno Carlos, vienes por mi a las ocho. -

-Si Allisson..., lo siento pero más temprano no puedo. Pero si quieres te puedo mandar a uno de mis compañeros para que te recoja mas temprano. -

-No así esta bien....., no te preocupes.., yo te espero. -

-Ok...., entonces nos vemos. Y ya sabes, nunca es tarde para perdonar. -

Yo no digo nada. Solo bajo del taxi y cierro la puerta. Titubeo un poco al ver como se va por la calle, casi queriendo gritarle que me espere para salir corriendo de aqui. Pero no lo hago....., tal vez sea hora de que comienze a enfrentar mis miedos. Solo que siempre digo eso y al final mis miedos terminan triunfando.

POLOS OPUESTOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora