POLOS OPUESTOS.

17:Otra Que No Soy Yo.

El amanecer llega y con él un nuevo día. Hace frío conforme se acerca el mes de diciembre. No dormí en toda la noche y se que debí hacerlo. Pero los recuerdos volvieron y cuando eso pasa siempre es mejor no cerrar los ojos para no verme de nuevo y darme cuenta de lo que en realidad soy.
Unas manchas de sangre adornan la almohada que tengo abrazada. Varias cortadas en mis muñecas arden levemente y se que la sangre proviene de ellas.
Lloro por todo lo que siento. Por lo que soy y por lo que quiero ser. Se que no debo hacer esto porque muchas veces el impulso de encajar mas hondo la navaja aparece diciendo que esa es la mejor solución. Pero de alguna manera siempre termino diciéndome a mi misma que todo estará bien, que nada pasa y termino creyendo mis propias palabras.

Me levanto de la cama sintiéndome mas sola que nunca. Mis pasos son pesados hasta llegar a la cocina y ver que esta hecha un asco. Recordatorio de que hoy debo limpiar.
Mi estómago no ha recibido comida desde ayer y aunque tengo demasiada hambre ignoro la petición y me voy al cuarto de baño para ver si con una ducha se me olvida un poco todo lo que traigo en la cabeza.
El agua caliente cae por mi cuerpo al igual que las lágrimas. ¿Por que soy tan cobarde.?
Simplemente quiero encajar en la sociedad, verme y ser como todas esas mujeres que van por el mundo con un cuerpo y un maquillaje perfecto. Que son aguerridas y no le tienen miedo a las nuevas sensaciones. Me doy cuenta de que quiero hacer algo y simplemente a las personas no les parece.... Eso es una mierda....

Salgo y me envuelvo en una bata de algodón sin ponerme nada debajo.
Me siento en la cama y observo las cortadas en mi piel.... Recuerdo claramente el dia que comencé hacer esto...

FLASHBACK..

10 Años antes.........

-¿De donde vienes Allisson?.-mi madre me miraba con una expresión que supe descifrar enseguida.

-... Solo fui a caminar un rato mamá... Se me hizo tarde.... - mi respuesta fue titubeante al verla sentada en el sillón de la sala.
Solo fueron veinte minutos mas de la hora señalada para llegar de la escuela, pero se que esos veinte minutos me costarán caro.

-Eso no me importa. Sabes que tienes que llegar a la hora que yo te diga.... Pero como te gusta hacerme enojar, sabes muy bien que no soporto que me desobedezcas... - se levantó del sillón y se dirigió al cuarto.... Supe lo que iba a buscar y por instinto quise salir de la casa. Los golpes dolían demasiado y yo solo no quería uno más.
Antes de llegar a la puerta me tomó de los cabellos y me arrastró por el piso para llegar hasta mi habitación. Me aventó junto a la cama y el primer puntapié fue a dar a mi estómago, después en mi espalda sentí el ardor del cinturón mientras bajaba una y otra vez.

-¡TE HE DICHO QUE TIENES QUE HACERME CASO!.... NI SIQUIERA POR SER TU MADRE ME RESPETAS...NO SABES LO QUE DESEO QUE NO HUBIERAS NACIDO... - Escuche con atención cada una de sus palabras. Se iban clavando más y mas hondo en mi corazón y yo solo quería morir.

No grité, no lloré, no suplique. Simplemente me quedé callada como todas las veces... No se si al final se cansó o que pasó, pero cuando abrí mis ojos ya no estaba en el cuarto...
Salí a la sala y escuché con atención. No había nadie en casa y aun con el dolor que sentía en mi espalda, busqué mi mochila y en ella la razón por la cual me había tardado en llegar a casa.
Un florero artificial de flores llenas de brillos envuelto en papel trasparente dentro de mi mochila. Ese que me costó unos pocos de ahorros y una gran cantidad de imaginación. También una tarjeta que decía "Te quiero mucho mamá".
Ese día era diez de mayo, dia de las madres y yo solo quería decirle que la quería mucho. A pesar de todo lo que me hacía yo la quería..... Pero ella me recordó que yo no debí nacer, así que fui al cuarto de baño y tomando una navaja de afeitar, propiedad de mi padre me dirigí a la cocina y mientras mi regalo se quemaba en el fuego del fogón, el filo del objeto iba cortando poco a poco mi piel con la esperanza de que se clavara más hondo en mis venas........
No de si calcule mal, pero ese dia no logré matarme. Aun así al sentir el dolor de las cortadas por un momento se me olvidó lo que sentía en el alma y desde ese día es un hábito que muy seguido me hace recordar que yo soy un estorbo en este mundo.