Capítulo 1: Triste soledad

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Sakura abrió la puerta de casa. Eran las dos de la mañana y Sarada estaba durmiendo. Decidió ir a darle un beso, para después ir a su habitación y quitarse la ropa del hospital y usar una bata. Fue a la cocina y preparó la comida que tomaría Sarada al mediodía. Sus párpados pesaban, sus piernas aún más. Era consciente de que llevaba cinco años con aquel estilo de vida. Durmiendo apenas cuatro horas y teniendo como prioridad ayudar a la aldea como médico ninja y a su hija, por encima de todo. Mientras la sopa hervía, se sentó en el sofá y la soledad la invadió.

El motivo por el cual estaba tan conforme con aquel estilo de vida, aunque Ino y todos le riñeran, era aquello. No quería sentir la soledad, no quería pensar en Sasuke. En que estuviera bien, vivo, sano y a salvo. En sus besos, sus caricias y su amor. Porque aunque hubiera disfrutado de una vida junto a Sasuke durante tan solo sus tres años de viaje juntos y los primeros años de vida de Sarada, lo hechaba muchísimo de menos. Y después de pasar unos ocho años sin verle, una visita una vez cada dos meses con suerte, no le compensaba para nada el añoro que sentía por él.

De repente una lágrima cayó por su mejilla, una detrás de otra. Ella había cambiado, ahora era fuerte, pero de vez en cuando, si nadie la estaba viendo lloraba. Esa era la única forma que tenía de quitarse un poco el peso de preocupaciones que llevaba encima. De repente alguien llamó a la puerta con varios golpecitos y sin usar el timbre. Demasiado tarde para que alguien se presentara en su casa, por lo que se alertó un poco. Aún tenía los ojos mojados y enseguida se los secó. De repente una idea pasó por su mente, quizás era Sasuke, y su corazón dió un vuelco. Sin recordar su mala cara abrió la puerta con un brillo de esperanza en los ojos. Y se encontró con una cara conocida que no esperaba ver.

- Naruto.

- Sakura- él se la quedó mirándo analizando la hinchazon en sus ojos y la expresión de decepción al verle.- Creo que te he hecho pensar que era otra persona lo siento.

- Naruto, no te preocupes- dice un poco nerviosa.- No me malentiendas, se que el trabajo de Sasuke es esencial para la aldea y me hace muy feliz que eso sea así, no esperaba a nadie en concreto. Además ahora soy una mujer adulta y fuerte, ¿lo recuerdas?- dijo con una sonrisa forzada. Lo último que quería era preocupar a Naruto, él ya tenía bastante con lo suyo. La presión que sentía él como Hokage no era nada comparado con la suya.

- Sakura se que eres muy fuerte, pero tus ojos estan hinchados y rojos- dijo sorpendiéndola por no haberse dado cuenta de su aspecto-. No eres ni más débil ni peor madre ni ninja por mostrar tus sentimientos, es más yo te ayudaré siempre que pueda, por que somos amigos y te conozco muy bien.

- Graci- de repente una lágrima cayó de su mejilla, y después otra.-Lo siento- dijo tapándose la cara con los brazos. No quería que él la viera en aquel estado tan débil y sentimental.

Entonces sintió como Naruto la empujaba ligeramente hacia atrás, entraba en su casa y cerraba la puerta detrás de él. De repente unos brazos la envolvieron, en un abrazo fraternal.

- Sakura puedes llorar, no pasa nada- dijo en un tono triste y protector.

Aquello fue la gota que derramó por completo todo el llanto que retenía. Lloró durante varios minutos mientras sentía como Naruto acariciaba su cabeza delicadamente, como si se fuera a romper. Poco a poco se fue calmando y finalmente se separó de él.

- Gracias Naruto. Ya basta. Debo dejar de llorar como si aún tuviera doce años. Seguro que tienes cosas más importantes que hacer que perder de esta manera el tiempo conmigo. Pero bueno, ¿entonces que es lo que querías viniendo aquí tan tarde?

- Nada, tan solo acababa de terminar de trabajar y una de las enfermeras a pasado por mi oficina con un informe y de paso me ha dicho que te veía muy mal, y que aunque todos te decían que fueras ha descansar a casa porque llevabas desde las seis de la mañana sin parar en el hospital te habías negado hasta ahora. Verás, hace ya mucho que todos estamos algo preocupados por ti. Deberías tomarte uno o dos días de vacaciones, creo que te vendrían-

- No- dijo Sakura de immediato.- Estoy bien enserio, tan solo tengo bajones emocionales, como cualquiera. Naruto, tu situación es mucho peor, también deberías descansar, pero tu ni siquiera tienes ese lujo. Además, se que si descanso me siento peor, necesito tener la mente ocupada.

- Escucha, no es ninguna petición. Es una orden del Hokage. Quiero que te tomes dos días de descanso. Ya sabes que no puedo pedirle a Sasuke que vuelva, pero quiero que pases un poco de tiempo con Sarada y que vayas a un balneario con Ino o te relajes un poco. Si quieres puedo tratar de hacerte un hueco e ir a comer ramen algun día contigo y así podemos hablar, que hace mucho que no lo hacemos.

- Naruto, de verdad...

- Además, ¿qué clase de Hokage sería si ni siquiera puedo cuidar de mis amigos, dattebayo?- dijo sonriendo. 

Sakura notó su corazón latir y una memoria vino a su mente. Una memoria que ahora era demasiado inadecuada, el dia en el que le dijo a Naruto que le amaba, mientras los pequeños copos de nieve caían sobre sus rostros. Aquel día tan solo tenía el objetivo de que dejara de torturarse con cumplir la promesa que le había hecho de traer de vuelta a Sasuke, pero cuando le dijo que le amaba en voz alta por algun motivo sus mejillas enrojecieron y su pulso se aceleró. Ahora sentía lo mismo, y enseguida trató de quitarlo de su mente.

- ¿Estás bien?

- Si, si, lo siento, estaba demasiado sumergida en mis pensamientos.- Hizo una pausa y suspiró-. De acuerdo, voy a tomarme el descanso. 

- Me alegro- dijo sonriendo.

- Pero prométeme que trataras de descansar tu también a cambio.

- Está bien, te lo prometo- hizo una pausa.- Por cierto, ¿no huele un poco a quemado?

- Mierda la sopa- dijo Sakura corriendo hacia la cocina. Esta estaba llena de humo, y la sopa se había echado a perder.

- Veo que tus dotes culinarios siguen igual- dijo riéndo-¿Te ayudo en algo?- preguntó rascándose la cabeza.

- No, no tranquilo. Tan solo ve a casa ya, me has ayudado suficiente por hoy.

- De acuerdo, entonces me voy yendo, buenas noches- dijo saliendo de la habitación.

- Por cierto Naruto,- dijo haciendo que volviera de nuevo en la cocina- gracias. 

Él tan solo le sonrió amablemente y se retiró. Sakura se quedó limpiando aquel desastre pero una sonrisa se posaba en su rostro.

Los verdaderos sentimientos de SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora